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El Internet de las cosas ya está operativo en muchas empresas españolas

El Internet de las cosas ya está operativo en muchas empresas españolas
29/3/2017 05:57
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Actualizado: 28/3/2017 22:01
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Imaginemos un centro de trabajo donde todos los objetos estuvieran conectados para hacer la vida más fácil a los empresarios y a los trabajadores. Una dimensión empresarial caracterizada por unos dispositivos interconectados que trabajan de la mano para producir cambios y mejoras en los modelos de negocio, en los procesos y en los servicios. Es lo que se denomina el Internet de las Cosas.

Y no tenemos que imaginarlo porque los objetos interconectados en los espacios de trabajo ya son una cotidiana realidad.

En los últimos años hemos tenido que acostumbrarnos a términos tan incomprensibles, como reales, pero que han transformado nuestras costumbres, nuestras formas de vivir, e incluso sentir, como pueden ser entre otros: el «Cloud Computing», los «Bitcoin», los «Big y Smart Data», el uso de la técnica «BYOD», y obviamente, Internet de las Cosas (IoT), y todo esto parece que solo es el principio de lo que se denomina revolución o transformación digital, que ha venido para quedarse entre nosotros, y de la cual todavía no somos conscientes ni conocemos prácticamente nada de ella.

Este proceso de cambio hacia un mundo eminentemente digital viene acompañado de nuevos y poderosos riesgos, muchos de ellos son una realidad hoy en día, fundamentalmente en lo que atañe a la seguridad en general de medios y dispositivos, y consecuentemente la privacidad de las personas, que sin lugar a dudas se verá muy seriamente afectada a consecuencia de los procesos que se están poniendo en marcha.

Esta situación, no obstante, también comporta manifiestos y evidentes beneficios.

Así, no se puede olvidar que la revolución digital esta transformado la vida de la sociedad, impactando positivamente en sectores como la educación, la comunicación y la ciencia, por ejemplo.

Este crecimiento desmesurado de la tecnología viene impulsado principalmente por los consumidores cuya demanda de dichos servicios digitales evidencian los beneficios de su vida cotidiana.

Uno de los principales riesgos de la era digital lo representan las propias personas, pues todavía no son suficientemente conscientes de que determinadas prácticas puedan afectar a su privacidad, o bien, incluso sabiendo que afectan a ésta, están dispuestos a asumir determinados riesgos en compensación con la adquisición de determinados bienes o servicios “aparentemente” gratuitos, aunque finalmente no sea realmente así.

Lo que es, sin duda, una realidad y no parece que vaya a tener marcha atrás, es la tendencia hacia el uso de espacios inteligentes en las empresas. Trabajar en espacios de trabajo estructurados a través de objetos interconectados, es una evidencia hoy en día. Es lo que se conoce por internet de las cosas.

Como lo definía recientemente el magistrado excedente y consultor TIC, Javier Puyol “IoT está basado primordialmente en la conectividad de los objetos a través de Internet, en la que los mismos serán parte de un entorno interconectado”

En un primer momento los avances de esta técnica de interconexión digital de objetos estaban enfocados para implantarse en los hogares, pero esta tendencia se está modificando para asentarse en el ámbito laboral.

El 42 por ciento de las empresas españolas emplea Internet de las cosas, superando a la media europea

En un reciente estudio “El Internet de las Cosas: hoy y mañana” publicado por Aruba, empresa de Hewlett Packard Enterprise, afirmaba que en el año 2.017 el 42 por ciento de las empresas españolas emplea Internet de las Cosas, superando así a la media europea.

Dicho estudio también revela que internet de las cosas será adoptado de manera masiva por parte de las empresas para el año 2.019.

A través de este concepto acuñado por Kevin Ashton en 1.999, las empresas hoy en día pueden poner en conexión determinados elementos de la producción, herramientas de los empleados, y técnicas de vigilancia, en definitiva, pueden obtener una gestión inteligente de los activos empresariales.

La capacidad de adaptar los lugares de trabajo al mundo de Internet de las cosas está permitiendo que empresas obtengan, entre otras, una mayor visibilidad, modificar el modelo de relación con sus clientes y optimizar sus activos.

Esta cultura de espacios de trabajo inteligentes ha llegado a la gestión de activos empresariales, para proporcionar fundamentalmente, optimización sobre éstos. Desde la utilización de recursos hasta la optimización del espacio en almacenes, pasando por la planificación de la producción.

Como publicaba Logicalis[i] “cualquier objeto, dispositivo o elemento imaginable será susceptible de convertirse en una fuente continua de nuevos datos e informaciones, con lo que las oportunidades de negocio y las posibilidades de optimizar las tareas de gestión en los ámbitos más diversos (como por supuesto la gestión de recursos humanos) se incrementarán de un modo exponencial”

La cultura de adaptar los espacios de trabajo con técnicas de internet de las cosas conlleva indudables beneficios de gestión de los principales activos dinámicos de la empresa, como son los trabajadores, así como el control en el cumplimiento de determinadas normas de ámbito laboral.

Pensemos, por ejemplo, en el funcionamiento inteligente de la iluminación en un centro de trabajo donde la intensidad de la luz se adapta en función de la luz natural en tiempo real, no solo supone una disminución de costes energéticos para las empresas, sino que también suponen una adecuada medida de prevención de riesgos laborales de acuerdo con la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.

Control de las medidas de seguridad

De igual modo, que el empresario pueda saber en tiempo real si un empleado lleva las medidas adecuadas de protección y la seguridad en el trabajo solo puede reportar beneficios para todas las partes, suprimiendo un factor de riesgo sobre la probabilidad de que un empleado tenga un accidente sin estar lo suficientemente protegidos para el desempeño de las funciones encomendadas.

En estos casos, IoT constituiría, además, un sistema de prevención y control, idóneos y eficaz dentro de un Programa de Cumplimiento Normativo.

Internet de las cosas en los lugares de trabajo también supone una mejora en la productividad de los empleados, así el estudio revelado por Aruba, anteriormente señalado, reveló que el 78 por ciento de las empresas que empleaba IoT en los lugares de trabajo, había mejorado la efectividad de su equipo de IT, y el 75 por ciento consideraba que había aumentado su rentabilidad.

IoT también está suponiendo una revolución respecto a las facultades de vigilancia y control configuradas en el artículo 20.3º del Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores.

Como menciona el artículo 20.3º de dicha norma laboral: “El empresario podrá adoptar las medidas que estime más oportunas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento por el trabajador de sus obligaciones y deberes laborales, guardando en su adopción y aplicación la consideración debida a su dignidad y teniendo en cuenta, en su caso, la capacidad real de los trabajadores con discapacidad.”

Así la aplicación de sensores estratégicamente colocados en los puestos de trabajo, con el objetivo de detectar en tiempo real si los empleados están en su puesto, ya es una realidad. De esta manera IoT se pone al servicio del empresario para facilitar la puesta en práctica de nuevas y novedosas las facultades de vigilancia y control del empresario.

Como bien sabemos las facultades de control vienen destinadas a comprobar el efectivo cumplimiento por el trabajador de la prestación debida de acuerdo con las directrices establecidas por el empresario en el ejercicio de sus poderes empresariales.

No obstante, el empleo de dichos controles por parte del empresario se encuentra sometido a determinados y rigurosos criterios exigidos por las normas laborales, sin los cuales el empresario no podrá dejar de atender para que dichas facultades desplieguen la eficacia deseada, para ello deberán dotarse de profesionales para abordar con éxito dichas medidas de control y vigilancia.

El Internet de las Cosas tiene riesgos

Ciñéndonos de nuevo a los beneficios empresariales a la hora de integrar IoT en los centros de trabajo, Ranstad[ii] ha señalado que dichos sensores en las oficinas podían servir de gran ayuda para detectar aspectos relevantes para determinar el ánimo de los trabajadores en determinados momentos del día y, en consecuencia, facilitar al empresario diseñar planes de acción dirigidos a mejorar el employer branding de las empresas.

Igualmente, el Internet de las Cosas en las cadenas de producción está teniendo un impacto sobresaliente, la integración de esta técnica permite a los empresarios tener acceso en tiempo real a la información de toda la cadena de producción para tomar decisiones. La implantación de sensores y su interconexión hace que las cadenas de suministro sean más eficaces y fiables, pudiendo detectar, por ejemplo, retrasos y posibles mejoras de los productos.

Respecto al traslado de las mercancías, productos y/o servicios. Dotar al empresario de la capacidad de conocer mediante la acumulación de datos, cual es mejor recorrido, cuanto combustible tiene un vehículo o que conductor es el más apropiado para realizar un recorrido supone una optimización significativa de los recursos y de las herramientas de los trabajadores.

En este nuevo contexto de revolución digital de los espacios de trabajo, para el año 2.019, siguiendo los pronósticos de estudio elaborado por Aruba, muchas empresas estarán adoptadas al nuevo ecosistema de gestión inteligente empresarial, con nuevos beneficios, pero también nuevos riesgos impensables hace unos años, viniendo obligadas a realizar un análisis exhaustivo sobre éstos con el objetivo de minimizar los riesgos sobre que atañen a la seguridad de la empresa y la privacidad de los trabajadores.

La creatividad y el desarrollo de nuevos proyectos en el ámbito de las relaciones empresa trabajador no tiene límites, y sin lugar a dudas, la transformación digital desarrollará toda su impronta y eficacia en este ámbito de las relaciones humanas, que tan llamada está a sufrir transformaciones y modificaciones, pero siempre con el transfondo irrenunciable de los valores éticos, y el respeto a los derechos y libertades de las personas, que constituye por encima de todo, un bien en el que las sociedades, como la nuestra, altamente vinculadas al desarrollo tecnológico, no debe renunciar jamás.

 

[i] Cfr.: LOGICALIS. “Cómo impactará Internet de las Cosas en la gestión de recursos humanos” 22 de noviembre de 2.015.

[ii] Cfr.: RANDSTAD, “Internet of things y recursos humanos”11 de agosto de 2.016.

 

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