Ricardo Conde, exdirector general del Ministerio de Justicia, valora presentarse a promotor de la Acción Disciplinaria
El presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, con Ricardo Conde el 13 de enero de 2014, en el Tribunal Supremo el día que el primero tomó posesión. Yolanda Rodríguez.

Ricardo Conde, exdirector general del Ministerio de Justicia, valora presentarse a promotor de la Acción Disciplinaria

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03/6/2017 04:59
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Actualizado: 04/6/2017 19:34
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Ricardo Conde Díez, director general de Relaciones con la Administración de Justicia del Ministerio del ramo entre 2012 y noviembre de 2016, de 52 años, está valorando de forma muy seria presentar su candidatura al puesto de promotor de la Acción Disciplinaria (pAD) del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cargo que quedó vacante el pasado 23 de mayo tras la dimisión «por motivos personales»de Antonio Jesús Herrero-Fonseca.

Según ha podido saber Confilegal, Conde ha sido «tocado» por el CGPJ.

La publicación de la oferta para el puesto se produjo el pasado jueves, 1 de junio, en el Boletín Oficial del Estado.

Conde cumple todos los requisitos exigidos. Tiene 27 años de antigüedad en la carrera judicial, dos más que los 25 exigidos, y posee un valioso bagaje de experiencia, por los 5 años de servicio en esa Dirección General del Ministerio, con Alberto Ruiz Gallardón, primero (de 2012 a 2014), y después con Rafael Catalá (de 2014 a 2016).

Su solicitud sería contemplada con muy buenos ojos porque, según ha podido pulsar Confilegal en el seno del CGPJ, consideran que sería el candidato ideal para revitalizar y recomponer un puesto que es percibido, hoy por hoy, como «un cuerpo extraño» por la carrera judicial, donde algunos lo denominan, abiertamente, de «Gran Inquisidor».

Las meteduras de pata con el portavoz de la Plataforma Cívica para la Independencia Judicial y magistrado de lo Mercantil de Barcelona, Manuel Ruiz de Lara, la deficiente gestión del «culebrón canario» y el profundo charco de la magistrada que preguntó a una violada si había cerrado bien las piernas, contribuyeron a definir ese perfil del cargo que recuerda la gran interpretación del desaparecido Fernando Fernán Gómez en esa función en la película de «El Rey Pasmado».

El magistrado mencionado contaría, además, con el apoyo del presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, quien ya intentó «ficharlo» en marzo de 2015, como secretario general del órgano de gobierno de los jueces, tras la muerte de José Luis Terrero Chacón.

En aquella ocasión, Catalá, que había aterrizado en el Ministerio de Justicia apenas cinco meses antes, no le dejo marchar.

La relación de Lesmes y de Conde se remonta a la etapa del primero como director general de Objeción de Conciencia del Ministerio de Justicia, cargo que ocupó entre 1996 y 2000 y director general de Relaciones con la Administración de Justicia en el mismo Ministerio, puesto que desempeñó entre 2000 y 2004, bajo los mandatos de los ministros Ángel Acebes y José María Michavila, bajo los dos gobiernos de José María Aznar.

En aquel periodo, Lesmes contó con dos asesores de la máxima confianza: la fiscal Ana Murillo, actualmente su jefa de Gabinete en el CGPJ y en el Tribunal Supremo, y Ricardo Conde.

El magistrado, conocido por ser hiperactivo y extremadamente ordenado, posee, además, un evidente don de gentes, habilidad social que, en este caso, cobra un especial valor por la naturaleza del puesto.

Dudas

Cuando Conde dejó el Ministerio, en noviembre de 2016, regresó al frente del Juzgado de Primera Instancia 58 de Madrid.

Recientemente, se cambió de destino, a magistrado de la Sección Civil-Penal Única de la Audiencia Provincial de Cuenca, donde comparte tribunal con Ernesto Casado Delgado y María Victoria Orea Albares.

La magnífica relación con sus dos compañeros, el hecho de haber conseguido crear un microsistema de trabajo muy eficaz y colaborativo y de que su aterrizaje en Cuenca en muy reciente, operan de freno en el proceso de deshojar la margarita para optar por «la silla caliente» del promotor de la Acción Disciplinaria. Decisión que tomará muy pronto.

A favor de la decisión de presentar su candidatura juega el hecho de que su domicilio sigue teniéndolo en Madrid y el sueldo es mejor que el de magistrado de Sección de Audiencia Provincial.

Todo un dilema.

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