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La manifestación de Barcelona fue minuciosamente planificada para vejar la figura del Rey 

La manifestación de Barcelona fue minuciosamente planificada para vejar la figura del Rey 
Diego Miranda, de 47 años, es uno de los grandes especialistas en formación y capacitación para profesionales de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de profesiones afines, en España. Confilegal.
30/8/2017 04:55
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Actualizado: 29/8/2017 21:44
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Tener miedo es algo que el ser humano no podemos evitar que nos suceda por mucho que nos gustase que esto fuese así. No se puede, insisto.

El miedo, o el susto, en un momento dado es un mecanismo de defensa. Nos ayuda a la supervivencia y nos ha servido para haber llegado hasta hoy en día. Les puedo decir, sin complejo alguno, que he pasado muchas veces miedo a lo largo de mi vida, y, estoy seguro, de que a medida que me hago mayor, pasaré miedo otras muchas veces más.

Han sido muchos los años que de mi vida que me he dedicado a la protección de personas amenazas de muerte por la banda terrorista ETA, tarea que he compaginado con el estudio y la investigación. Algo que me ha llevado a crear unos cuantos programas formativos en disciplinas como la “Protección de Víctimas de Delitos Violentos”, “Programas de formación dirigidos a policías y agentes de protección”, “Programas que abordan que se debe de hacer en el caso de uno encontrarse involucrado en una acción terrorista o criminal” y así ya van unos cuantos tal y como les comparto, que se han impartido a colectivos, en universidades en España y fuera de la madre patria.

En todas estas formaciones una de las más importantes observaciones que se exponen y explican, hace comprender al alumno  precisamente por qué “tener miedo es normal y no solo esto, no tenerlo sería una inconsciencia” enseñando que lo que se puede aprender y perfeccionar es la técnica de pasar de lo que denominamos  “R1” = asustarnos/miedo a “R2” responder/acción.

Lo primero es inevitable. Lo segundo se puede convertir en algo nuestro.

Pues bien, tras esta introducción quiero compartir con todos ustedes mi punto de vista sobre lo sucedido en el día de la manifestación de Barcelona, la cual, con el título en catalán “No tengo miedo”, sirvió solo a los intereses de los nacionalistas catalanes y separatistas.

Aunque muchos cargos públicos y políticos hayan escrito o manifestado sentirse orgullosos de cómo transcurrió este acto, o bien estos se engañan (una vez más) o se autoconvencen, en la línea de siempre de callar ante el intransigente, siendo  lo que más pena da por ser políticamente correctos, algo de lo que la ciudadanía comenzamos a estar más que hartos.

Pero vayamos por partes.

Observando las redes sociales es curioso ver como infinidad de “entes” ya que estos no aparecen identificados más que por un seudónimo desde el anonimato, hicieron multitud de comentarios en contra del Rey, del Gobierno, de Instituciones, de España y de todo lo que representa la verdadera unidad de España y de los demócratas.

Estos mismos “entes” se emocionaban con el abrazo del imán de Ripoll y los padres del niño asesinado en el horrible atentado de Barcelona, siendo lo curioso de que estos, si uno observa sus perfiles, en cambio no han sido capaces de perdonar algo que no han vivido la mayoría de ellos como ha sido la guerra civil, algo que sus abuelos perdonaron y supieron dejar atrás.

Observando como el odio y el rencor reaparece y aflora con más fuerza con motivo de la manifestación en contra del Estado Español y de sus Instituciones que se dio en Barcelona.

Lo que se aconteció fue que dirigentes de Madrid fuertemente escoltados, pancartas de la bandera española las cuales con el lema “España en contra del terrorismo” igualmente protegidas por la policía, ni un solo cartel en contra del terrorismo de inspiración yihadista radical y si, por el contrario, un sinfín de alusiones al separatismo catalán y a la independencia, al igual que carteles ofensivos en ingles y catalán contra el Rey, el Estado y las instituciones, todo esto tras una pancarta que decía “No tenemos miedo”.

La estrategia de los nacionalistas he de decir que tal y como siempre lo hacen les salió de miedo, lo que ocurre es que en esta ocasión los líderes y dirigentes españoles estaban ahí aguantando el chaparrón y lo que es para mí inexplicable es que todo esto lo intenten normalizar en sus declaraciones y “twitts” cuando ni ha sido normal, ni es para sentirse orgulloso y mucho menos para hacer un balance positivo de esto.

La manifestación no hacía referencia alguna al terrorismo es España, y esto bien lo supieron identificar la totalidad de los dirigentes europeos, quienes no acudieron, a pesar de que en esta manifestación por primera vez en la historia de la democracia y en un gesto valiente, estuvo al frente Su Majestad, el Rey.

Recuerdo como si de ayer se tratase cuando se produjo el atentado contra el periódico satírico “Charlie Hebdo” en Francia.

Como a la posterior manifestación en París acudieron prácticamente todos los líderes europeos, entre ellos el presidente Mariano Rajoy, la canciller alemana, Angela Merkel,  el primer ministro británico, David Cameron, el italiano, Matteo Renzi, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, o la ministra austriaca de Interior, Johanna Mikl-Leitner.

Francia es una gran nación, patriota.  Y eso se nota y transmite fuera…, pero, ¿y España? ¿Qué transmitimos nosotros y con respecto a la relación entre el Gobierno de España y el de la Comunidad Autónoma de Cataluña? ¿Habría venido algún dirigente europeo si el atentado hubiese sido en Madrid? ¿Qué imagen hemos proyectado al exterior?

Y lo que es más importante, ¿por qué nos cuesta tanto reconocer que les hicimos el juego a los separatistas, que picamos el anzuelo y que asistimos a una manifestación que no se planteó para que fuese una repulsa al terrorismo?

España un día se levanto contra ETA tras el asesinato de Miguel Angel Blanco y esto supuso un antes y un después para acabar con una forma de terrorismo podríamos definir como nuestro, de eso no solo no hemos aprendido si no que hemos dejado que quienes están con lo que queda del terrorismo de ETA, con quienes los jalean al salir de las cárceles, y quienes quieren romper el estado de derecho nos organicen desde la trastienda las manifestaciones que van en contra del terrorismo al que hoy en día nos toca hacer frente.

La manifestación de Barcelona no tuvo nada de improvisado, no tuvo nada de asistir sin más y de buena fe, no tuvo nada de ir en contra del terrorismo, y si por el contrario fue minuciosamente planificada para vejar la figura del Rey y que esta manifestación obedeciese a los intereses de quienes en la confrontación, el separatismo, el nacionalismo y la violencia se ha creado un “modus vivendi” un ejemplo de los muchos de esto la presencia de David Minoves.

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