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Ana Rosa Quintana decidió acertadamente al difundir los textos de Puigdemont

Ana Rosa Quintana decidió acertadamente al difundir los textos de Puigdemont
Felicísimo Valbuena es catedrático, periodista y consultor .
06/2/2018 06:10
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Actualizado: 12/7/2022 11:56
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Sobre los mensajes de correo electrónico que envió Puigdemont al exconseller Antoni Comín, he leído dos artículos. La letrada Alba María López escribió ¿Es legal la difusión de los mensajes entre Comín y Puigdemont? No, y aquí se explica porqué, publicado en Confilegal.

Alfonso Trallero Masó, abogado, publicó en “ABC”: La bufonada jurídica del soberanismo catalán. Representan posiciones contrapuestas y basadas en un tratamiento jurídico del asunto.

Que representen posiciones contrapuestas me parece muy bien, pues la ciencia avanza también gracias a la figura de los dialogismos, que tienen diversas manifestaciones: la enseñanza, los momentos polémicos y conflictivos y el descubrimiento de falacias.

Mi posición va a ser distinta.

Reducir las cuestiones importantes sólo al Derecho puede llevar a este diagnóstico de Gustavo Bueno: “Síntomas alarmantes de «delirio gremial» por parte de los legistas (sobre todo cuando adquieren la condición de jueces) los encontramos en algunos teóricos o prácticos del «Estado de derecho»; porque ahora los legistas parecen proponerse como objetivo supremo la transformación de toda la vida social y humana en «vida jurídica», la judicialización de la totalidad de las relaciones humanas, tanto las relaciones ad intra (familiares, empresariales, políticas) como las relaciones ad extra («derechos de los animales», «derechos del medio ambiente») (Gustavo Bueno (2000): Televisión, apariencia y verdad. Barcelona, Gedisa, Pp. 138.139) .

Ana Rosa Quintana se apuntó una exclusiva nacional con los mensajes de Puigdemont. Tele5.

Echando el sedal aguas arriba: La película «El dilema» y el conflicto que muestra entre Ética, Moral y Política

En 1999, Eric Roth y Michael Mann escribieron un guión cinematográfico basándose en un artículo de Marie Brenner en “Vanity Fair” sobre Jeffrey Wigand, un científico que había trabajado en una compañía tabaquera y que, después de dejar la empresa, pasó un calvario por revelar secretos de esas compañías.

Michael Mann llevó al cine el guión titulándolo «The Insider» (El informador, o El enterado). En España, y a mi entender, con más inteligencia, titularon la película como «El dilema».

¿En qué consistía ese dilema?

El productor de la CBS, Lowell Bergman (Al Pacino) se lo explica a Jeffrey Wigand (Russell Crowe), en el transcurso de una conversación que, durante los minutos 39-42 de la película citada, mantienen dentro de un coche.

Lowell Bergman: Entonces tiene usted un conflicto, Jeff. Porque ahora su situación es ésta: Si posee información interna vital que el propio pueblo americano por su bien debería saber y se siente obligado a revelarla y violar su acuerdo (de confidencialidad), al hacerlo es una opción. Y si lo que quiere es respetar el acuerdo, es simple: hágalo, no diga nada, no haga nada. Sólo hay alguien que puede tomar esa decisión y es usted, nadie más.

El conflicto que aquí enuncia Lowell Bergman es entre la Ética (individual), la Moral (de grupo) y la Política (planes y programas para sostener un buen orden social).

Jeffrey Wigand ha recibido un buen despido y goza de un buen servicio médico, que cubre el tratamiento de una enfermedad preocupante de una de sus hijas. Para eso, ha firmado un acuerdo de confidencialidad, que la Compañía tabaquera quiere ampliar.

La Ética es el conjunto de normas que rigen la vida individual y que están destinadas a la supervivencia individual: “Y si lo que quiere es respetar el acuerdo, es simple: hágalo, no diga nada, no haga nada”. En el apartado siguiente me referiré al aspecto político del conflicto que la película ilustra.

El caso de los mensajes de Puigdemont

En el caso de los mensajes de Puigdemont, si Ana Rosa Quintana hubiera querido limitarse al plano ético, se hubiera guardado para sí esos mensajes y hubiera evitado posibles problemas judiciales.

Pero la vida no es sólo Ética. También está la Moral. La Moral es el conjunto de normas que rige la vida de los grupos. Éstos pueden ser muy heterogéneos entre sí (religiosos, políticos, culturales, empresariales, militares, vecinales, ONG, sindicales, de derecha, de izquierda, grupos poderosos, contraculturales, una banda terrorista…).

Y también, la Política, que consiste en que personas que conforman un Gobierno desarrollan planes y programas para lograr un buen orden social o “eutaxia”. A los políticos se les juzga, sobre todo, por los resultados.

Hay conflictos inevitables entre Ética, Moral y Política. Una persona puede afirmar que tiene todo derecho a su intimidad. Y los grupos y las Leyes le reconocen ese derecho. Pero si la persona invoca su derecho a la intimidad para defender que el Estado no tiene derecho a inspeccionar sus cuentas bancarias, los grupos y los representantes políticos no dan por buena esa interpretación.

El poder político redistribuidor se ejerce recaudando impuestos y extendiendo los beneficios de la manera más justa a todos los contribuyentes. Y para desempeñar bien ese poder, es necesario acceder a las cuentas bancarias de los ciudadanos.

De lo contrario, el fraude está asegurado.

Al Pacino y Russell Crowe en la película «El dilema» («The Insider», en versión original).

En «El dilema», hay un conflicto entre lo que Wigand como científico conoce -que los cigarrillos contienen una sustancia que crea adicción- y el contrato de confidencialidad que ha firmado con su grupo empresarial.

Sin embargo, lo que él ha descubierto desborda su privacidad y los intereses de las tabaqueras. Se trata de un problema de salud pública, y éste es un asunto político, que afecta a la política de sanidad.

Jeffrey Wigand accede a que le entreviste el célebre periodista Mike Wallace, en el Programa 60 Minutos. Y el público norteamericano se entera del proceder inmoral de las industrias tabaqueras. Aunque la cosa no resultó tan sencilla, como luego vamos a ver.

En el caso de los mensajes de Puigdemont, se trata de mensajes privados, pero con gran transcendencia pública y política.

Es un personaje que lleva dos años desarrollando planes y programas para cambiar la estructura de España como nación. Y en esos mensajes él se pronunciaba sobre la marcha de esos planes y programas. Por tanto, esos mensajes estaban por encima del personaje Puigdemont (Ética) y de los partidos que supuestamente le apoyaban (Moral).

Silverio Sánchez Corredera, catedrático de Instituto y un filósofo excepcional, ha distinguido 12 conflictos entre Ética, Moral y Política. Pues bien, el conflicto de los mensajes es el último, el nº 12, y el filósofo enuncia así la solución ideal de ese conflicto:

12) P[E(M)]: relaciones entre aspectos políticos, éticos y morales, de forma que los morales son dependientes de los éticos y ambos a su vez de los políticos.

Y ahora abordemos el asunto de cómo los técnicos y periodistas han obtenido los mensajes

El gran mérito de quienes han conseguido los mensajes consiste en que saben muy bien cómo relacionarse con los políticos. Cuando los buenos periodistas se relacionan con los políticos, hacen dos cosas: a) captan el ruido que late debajo de lo que los políticos declaran, y b) transforman ese ruido en información para sus públicos y audiencias. Si no hacen esta conversión, los periodistas se limitan a ser unas grabadoras; o recolectores de “repollos” informativos.

Es decir, admiten cualquier cosa que les ofrecen los políticos.

Hace años, Eric Berne se dio cuenta de que, cuando una máquina tenía una avería, los usuarios podían aprovechar la oportunidad de conocer cómo funcionaba. Efectivamente, el técnico que arreglaba la avería, podía disipar las dudas que el usuario tenía, puesto que abría la máquina y mostraba sus componentes. Cuando cualquier aparato funciona muy bien, no solemos preguntarnos cómo funciona.

Aplicándolo a la comunicación interpersonal, él escribe lo siguiente:

“… Pero si el receptor (el periodista) está interesado en el estado del emisor (el político), entonces lo que es ruido para el emisor se transforma en información para el receptor, y lo que es información para el emisor se hace ruido para el receptor, ya que interfiere en la recepción clara del mensaje que desea recibir, de forma que su recepción es ambigua. Así, lo que es información en un momento dado puede pasar a ser ruido en el siguiente, y viceversa, por un mero cambio de actitud por parte del receptor” (Eric Berne: “Sobre la naturaleza de la Comunicación). (Los paréntesis en el texto son míos)

Entonces, no es difícil re-presentar lo que debió de ocurrir en Bélgica. El periodista o el técnico debieron de notar algo raro en el político Antoni Comín. O dicho de otro modo, les pareció que estaba emitiendo ruido. Entonces, ellos utilizaron una tecnología para convertir ese ruido en información.

De esa manera, lograron la verdad técnica. Es decir, sin esas nieves de la pantalla de televisión que no funciona o sin esos papeles rotos que son el ruido que alguien produce cuando destroza un mensaje. Si Comín hubiera tenido un comportamiento normal, es casi seguro que ni el técnico ni el periodista se hubieran interesado por él.

De la misma manera, cuando Ana Rosa Quintana difundió los mensajes, muchos telespectadores empezaron a notar ruido en el comportamiento de Comín. “¿Cómo es que no respondió a los mensajes de Puigdemont?” “¿Cómo es que no tomó medidas para proteger la confidencialidad de los mensajes que había recibido?”, etc.

En cuanto al citado Antoni Comín, al que no conocía de nada, he comprobado después la gran, la enorme diferencia entre él y su padre, Alfonso Carlos Comín, del que guardo un libro que me agradó mucho: Noticia de Andalucía. Desde luego, el hijo está ahora mismo a mucha diferencia de lo que fue el padre.

La derrota de los abogados en «El dilema»

Ana Rosa Quintana podría haber tenido un problema de conflicto entre su Ética, dispuesta a difundir los mensajes, y Telecinco, como grupo moral, si esta cadena se hubiera opuesto a la difusión, por miedo a un conflicto jurídico de primera magnitud.

Al Pacino y Russell Crowe en otra escena de «El dilema».

Es lo que ocurrió en «El dilema».

Mike: ¿Cuál es el problema? ¿Qué tiene un contrato de secreto empresarial? Venga, no me fastidies. Es un problema de salud pública. Como el armazón inseguro de un avión de pasajeros, o que una compañía vierta cianuro en el East River; es un caso igual. Si lo cuenta, lo emitimos, no tiene derecho a esconderse detrás de un acuerdo empresarial. ¡Manda la leche!

Compañero 2: No necesitan el derecho, tienen dinero.

Compañero 1: El talonario ilimitado. Así es como las grandes tabacaleras ganan siempre todos los casos. Te asfixian económicamente. 600 millones al año en contratación de abogados. Mira a GM y a Ford. Los fríen si explotan once o doce furgonetas. ¿Verdad, eh?, pero a estos tíos jamás, pero jamás.

Compañero 2: nN una sola vez.

Compañero 1: Ni siquiera con cientos de miles de muertes al año por enfermedades relacionadas con su producto, han perdido un pleito por daños personales. En este caso pedirán secreto sumarial, denunciarán por incumplimiento, violación anticipante, y con él a ti, a nosotros, al perro, al veterinario. Metiéndonos en un litigio de diez o quince años, te lo aseguro, ganan siempre, todas las veces; él (Jeffrey Wigand) lo sabe, por eso no va a hablar contigo.

Y todavía podrían haberse puesto las cosas peor si un grupo económico muy poderoso se hubiera propuesto apoderarse de Tele5.

Es lo que ocurrió con CBS, la cadena que producía 60 Minutos. Hubo un lío monumental cuando un sector de Informativos de la CBS se opuso a emitir la entrevista.

Helen Caperelli: Pensé que debíamos reunirnos porque hay un concepto legal que nos ha llamado la atención últimamente, injerencia torticera. Si dos personas tienen un contrato, como un contrato de confidencialidad, y una de ellas lo incumple porque ha sido inducida a ello por una tercera parte, a esa tercera parte pueden llegar a ponerle una demanda por daños por haber interferido.

Dan: ¿Interferir? Es nuestro trabajo.

Lowell: Lo que quiere decir es que sucede continuamente. Somos una empresa de información. La gente nos cuenta cosas que no debería. Debemos de comprobar si son ciertas, y por interés público, si lo son, las emitimos.

Mike: Y después las corroboramos. Por eso nunca hemos perdido un juicio y tenemos un buen programa. ¿Algo más?

Helen Caperelli: Y 60 minutos verifica con exactitud y precisión; así que deberíais aseguraos de tener razón en este caso.

Dan: ¿Por qué? ¿Creéis que nos podrían demandar?

Mike: ¿Qué dice informativos, Erick?

Erick: Existe una posibilidad, aunque será remota.

Helen Caperelli: Pero tenemos que comprobarla antes, Mike. He contratado a asesores externos para que lo hagan. Es un reportaje, debo añadir, que ya está plagado de problemas.

Lowell: ¿A qué te refieres?

Helen Caperelli: Me han dicho que se le hicieron promesas poco corrientes a Wigand.

Lowell: No, solo que retendríamos el reportaje hasta que…

Helen Caperelli: Y me han dicho que se cuestiona la veracidad de nuestro testigo estrella.

Lowell: Su veracidad le bastó al Estado de Mississipi.

Helen Caperelli: Nuestros criterios deben ser más estrictos que los de cualquiera, porque somos el criterio de todos los demás.

Lowell: Como criterio, yo elegiría el “está diciendo la verdad”.

Helen Caperelli: Pues, con injerencia torticera me temo que, cuanto más cierto, el daño será peor.

Lowell: ¿Cómo dices?

Helen Caperelli: Es de ellos la información que él está revelando, y cuanto más cierta sea, mayores daños sufrirá. Si mintiera, no revelaría su información y los daños serían menores.

Lowell: ¿Esto es el mundo al revés?

Mike: Has dicho en este caso, ¿qué le pasa al caso?Helen Caperelli: Si esto sale adelante, y es posible que no, Mike, pero si lo hiciera y emitiésemos el reportaje y la CBS fuese demandada por Brown & Williamson (una compañía tabaquera), podríamos correr un grave riesgo.

Mike: ¿Cómo de grave?

Helen Caperelli: Pues, sin ir más lejos, debido a tu reportaje, la compañía Brown & Williamson podría quedarse con la CBS. Ah, lo siento, disculparme, pero me esperan abajo.

Lowell: ¿La dirección de la CBS le está diciendo a sus informativos que no se les ocurra emitir esta historia?

Es decir, Helen Caperelli quería esto:

10) M[P(E)]: relaciones entre aspectos morales, políticos y éticos, de forma que los éticos son dependientes de los políticos y ambos a su vez de los morales.

No lo logró ni lo lograron los abogados de las compañías tabaqueras y lo que ganaron fue un desprestigio ante la opinión pública.

Por tanto, y con esto acabo, si Comín lleva a Ana Rosa Quintana a juicio, sólo hace falta un juez que sepa Filosofía, además de Derecho.

Sobre lo “finos” que son algunos “filósofos”

Resulta que hay una creencia, que por supuesto no se discute, basada en que las palabras procedentes del griego son más nobles, más “finas” que las que proceden del latín. “Vengo de ver a mi odontólogo” es más chic que “Vengo de ver a mi dentista”; “Vengo de visitar a mi oftalmólogo” suena más fino que “Vengo de consultar a mi oculista”. Y así sucesivamente.

Lo anterior sólo tendría un aspecto humorístico si no nos encontrásemos con el siguiente problema:

El concepto de ética procede del griego ethos que, tanto con «epsilon» como con «eta», ha venido a significar el comportamiento derivado del «carácter» de cada individuo.

El concepto de moral resulta de la palabra latina mores y, al traducirla Cicerón, se desplazó semánticamente apuntando ahora hacia las «costumbres» de los individuos en el grupo social.

Sin embargo, la mayoría de los autores han prescindido del término «moral» y lo han incluido en el de «ética».

Esto lleva a confundir individuo y grupo y a enmarañar los conceptos, demostrando una falta de ideas muy considerable. ¡Qué se va a hacer! Ellos/as se lo pierden.

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Bueno Martínez, Gustavo (1991) Primer ensayo sobre las categorías de la Ciencia Política. Logroño,

Bueno Martínez, Gustavo (1996) El sentido de la vida. Seis lecturas de filosofía moral. Oviedo, Pentalfa.

García Sierra, Pelayo (2000) Diccionario filosófico (sobre la filosofía de Gustavo Bueno). Oviedo, Pentalfa.

Padilla Castillo, Graciela (2010) CIC: Cuadernos de información y comunicación (Ejemplar dedicado a: Avances e investigación crítica en Comunicación Política), págs. 165-185

Sánchez Corredera, Silverio (2003) Los conflictos entre Ética, Moral y Política: criterios para su negociación. CIC Cuadernos de Información y Comunicación. 8, 39-60.

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