Ramón Cosío (SUP): ‘Los agentes vamos como sardinas en lata en los nuevos vehículos policiales’
Denuncia que desde la Dirección General de la Policía hay un “sistemático incumplimiento" de la normativa relativa a la Prevención de Riesgos Laborales
|
24/2/2019 07:00
|
Actualizado: 24/2/2019 08:26
|
Los nuevos vehículos policiales tienen tecnología de alta generación, pero los agentes van «como sardinas en lata”. Así lo denuncia en Confilegal Ramón Cosío, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP).
El pasado septiembre, la Dirección General de la Policía (DGP) informó sobre la adquisición de 70 Toyota Prius+, de los cuales 10 incorporan en su equipamiento adicional como vehículo Z un sinfín de medios técnicos e informáticos, orientados al apoyo y mejora de las tareas policiales, desempeñadas por las patrullas de seguridad ciudadana.
«La implantación de esos dispositivos electrónicos, así como la tecnología híbrida del vehículo y su propio diseño llevan consigo una nueva configuración del habitáculo reservado tanto a eventuales detenidos, como a los policías que al día patrullan», señala el sindicato.
Recientemente han sido puestos en funcionamiento y el SUP ha constatado que los agentes que miden más de 1,80, como es el caso de Cosío, que mide 1,83, tienen “dificultad de movimientos» en el espacio reservado para conductor y el acompañante.
Cosío destaca que «esta circunstancia se agrava por el equipamiento propio de un policía uniformado, las 8 horas que permanece a bordo del vehículo cada jornada, y las funciones operativas encomendadas».
Informa que existe «una diferencia considerable entre el espacio en las plazas delanteras, ocupadas gran parte de las 24 horas del día los 365 días al año, y las traseras, ocupadas esporádicamente por detenidos, presos o penados. «Hay 16 centímetros de diferencia», detalla.
«La zona del conductor tiene 70 cm, medidos en la zona más retrasada del asiento y con una inclinación del respaldo tal que la zona inferior trasera del asiento quede lo más retrasada, y por tanto, el respaldo con una inclinación inferior a los 25o expuestos por la directivas 74/60/CEE y 74/408/CEE (para pruebas de homologación), mientras que la parte trasera mide 86 cm», explica.
Además, Cosío informa que el coche tiene un compartimento o consola central entre los asientos, que viene de serie, y que resta al ancho total de las plazas delanteras unos 18 cm.
Ramón Cosío indica que para cualquier usuario esta reducción de espacio «podría ser válida», pero que como los agentes portan en el cinturón elementos como una pistola, cargadores, grilletes, la defensa o el equipo de transmisiones, esto supone «un aumento de ancho necesario respecto a su constitución física de un mínimo aceptable de 10 cm por usuario».
Subraya que eso supone problemas de ergonomía agudizados en el personal a mayor estatura y complexión física, así como limitaciones en gestos básicos como son el anclar o desanclar el cinturón de seguridad o limitaciones de gestos como la posible extracción del arma en determinadas actuaciones.
Este sindicato ha elaborado un informe técnico en el que detalla todas estas deficiencias detectadas y denuncia «vulneración y la nula observancia por parte de la Administración de materias tan importantes como la seguridad vial o la salud de los miembros de la Policía Nacional durante su servicio”.
En él también propone soluciones. Éstas pasan por desplazar hacia atrás la mampara y modificar o directamente eliminar el compartimento central de las plazas delanteras, explica el portavoz del SUP.
Además, el sindicato reclama que se tapen estos huecos, como se hace en otros vehículos tipo Z:
El SUP ya ha reclamado a la Dirección General de la Policía que lleve a cabo una reconfiguración del interior del vehículo, así como las modificaciones ergonómicas que sean necesarias para garantizar unas “condiciones óptimas de movilidad y la capacidad de respuesta operativa de sus ocupantes”.
Y ha pedido la retirada del servicio de estos vehículos policiales hasta que se efectúen los cambios.
Recientemente, a un reciente mensaje de la Policía en Twitter alertando de que «mientras conduces olvídate de tu teléfono», porque «no hay llamada ni mensaje tan importante que merezca la pena poner en riesgo tu salud», el departamento de riesgos laborales de este sindicato ha contestado: «Tu salud al volante también peligra su eres Policía y conduces un Toyota Prius».
De verdad que NO ☝
No hay ? llamada ni ? mensaje tan importante que merezca la pena poner en riesgo tu #salud al volante.
Mientras conduces ? olvídate de tu #teléfono? #SeguridadVial pic.twitter.com/oxN0gSAakt
— Policía Nacional (@policia) 21 de febrero de 2019
Tu salud al volante también peligra si eres Policía y conduces un toyota prius… pic.twitter.com/hmkrWgBXVv
— SUP Riesgos Laborales (@SupRiesgosLab) 21 de febrero de 2019
PONE VARIOS EJEMPLOS DE ESE ‘INCUMPLIMIENTO’ DE LA NORMATIVA DE RIESGOS LABORALES QUE DENUNCIA
El portavoz del SUP, Ramón Cosío, manifiesta a este diario que en esta ocasión la denuncia es sobre los vehículos radio patrulla, pero que hay un “sistemático incumplimiento desde la Dirección General de la Policía de la normativa relativa a la Prevención de Riesgos Laborales”.
Preguntado por otros casos, informa que sólo la mitad de los policías, aproximadamente, disponen de chalecos antibalas, y que muchos de ellos ya están obsoletos.
«Es cierto que se están barajando varias posibilidades para adquirir más y que la ley de licitaciones públicas, que se aprobó durante 2018, complica los concursos, pero la realidad es que a día de hoy la mitad de los policías no tienen chaleco antibalas y están en la calle desempeñando su trabajo sin los medios necesarios«, critica.
También informa que la ley de prevención de riesgos laborales de la DGP establece la implantación de 42 unidades básicas sanitarias (integradas por un médico, un psiquiatra y un psicólogo), de las que hasta la fecha únicamente se ha puesto en funcionamiento una en Madrid, mientras que en el resto de las plantillas indistintamente cuentan con un médico o un sanitario o un psicólogo, encontrándose la mayoría incompletas.
«En Melilla algo de suerte tenemos. Nos falta el psicólogo», señala a Confilegal Jesús Ruiz Barranco, portavoz y secretario general del SUP de Melilla, quien lamenta que el reparto de los chalecos vaya «tan lento», y que tampoco haya guantes anticorte para todos.
Asimismo, el Sindicato Unificado de Policía reclama una mejora de infraestructuras. Cosío denuncia que «en muchos casos las instalaciones están en un estado de precariedad absoluto» y que «se están parcheando con reformas parciales».
Recuerda que en las dependencias de Moratalaz se desplomó un falso techo de escayola el pasado agosto. Afortunadamente no hubo heridos.
«Si el derrumbre se hubiera producido en horario de relevo, el número de afectados y la gravedad hubiera sido enorme», avisó entonces el sindicato, y criticó que llevaban desde 2012 solicitando a la administración inspecciones de todos los edificios policiales antiguos.
El de Moratalaz tiene más de 60 años.
?VERGONZOSO @interiorgob?
?Llevamos tiempo informando de que las instalaciones policiales del Complejo de Moratalaz no están en condiciones de albergar a nuestros Policías.??♂️??♀️
??Por suerte no hay que lamentar heridos.
⚠️Se necesita una solución URGENTE⚠️ pic.twitter.com/QY0DPHFeil— SUP (@Sup_Policia) 2 de agosto de 2018
También afirma que «la falta de una buena climatización en algunos de los servicios centrales de la DGP y grandes dependencias hace que en cuanto llega el verano, el día a día se hace insufrible».
Otro tema sobre el que pone el foco son los medios de defensa intermedios, como la pistola taser o las defensas extensibles, por ejemplo, que los agentes vienen demandando desde hace años, sin éxito todavía, y con los que ya cuentan otros cuerpos como el de los Mossos d’Esquadra.
«Vas a una intervención y te encuentras a una persona con un cuchillo que está fuera de sí y sin este tipo de medios no tienes alternativa a pegarle un tiro», señala Cosío. «O tienes mucha pericia y suerte o no hay otra posibilidad de desarmarle», añade, «mientras que con medios de defensa intermedios pueden inmovilizarle sin causarle mayores daños ni lesiones y no te la juegas».
«Es muy difícil disparar y en una situación de tensión mucho más, por lo que un mal disparo podría afectar a un órgano vital y acabar con la vida de esa persona o de terceras», comenta.
Noticias Relacionadas: