Cuixart, sin nombrarlo, rememoró a Gene Sharp, su «maestro en la sombra», en su deposición ante el tribunal
Jordi Cuixart en la foto grande; en la pequeña, su "inspirador", Gene Sharp, el filósofo estadounidense, autor del libro "De la dictadura a la democracia", su libro de cabecera.

Cuixart, sin nombrarlo, rememoró a Gene Sharp, su «maestro en la sombra», en su deposición ante el tribunal

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27/2/2019 06:15
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Actualizado: 27/2/2019 00:40
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No lo mencionó ni una sola vez, pero las enseñanzas del filósofo estadounidense, Gene Sharp, autor del libro «De la dictadura a la democracia», impregnó todo el discurso del procesado, Jordi Cuixart, presidente de la organización separatista Òmnium Cultural, durante su deposición de ayer ante el tribunal del Supremo que lo está juzgando por un delito de rebelión.

Un alumno aventajado del estadounidense, fundador de la Albert Einstein Institute, con base en Boston, organización sin ánimo de lucro comprometida «con la defensa de la libertad, la democracia y la reducción de la violencia política a través de acciones no violentas», según dice su página web.

«De la dictadura a la democracia» es un libro de 111 páginas que ha sido traducido a 30 idiomas distintos en el que se enumeran 198 acciones de resistencia no violenta específicas para hacer caer regímenes dictatoriales.

Medidas que van desde las huelgas estudiantiles, parodias de celebración de elecciones, huelga general, desobediencia civil de leyes legítimas, interposición no violenta, ocupación no violenta, plantadas, piquetes, manifestaciones…

Las actuaciones de los CDR, con cortes de carreteras, apertura de los peajes de las autopistas, manifestaciones y sentadas son una buena prueba de ello.

Gran parte de ese catálogo de medidas se ha aplicado en Cataluña desde el mes de septiembre de 2017. No en vano fue traducido al catalán por el Instituto Catalá Internacional.

Las ideas de Sharp han estado en la raíz del derrocamiento del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, en 2000, en la revolución de las rosas de Georgia, en 2003, en la llamada revolución naranja de Ucrania, en 2004, en independencia de Kosovo, en 2008, en la fallida revolución verde iraní, en 2009, en la primavera árabe, entre 2010 y 2013, que desencadenó la guerra de Siria, y en el llamado Euromaidan de Ucrania, en 2014, que provocó el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich, con el objetivo de sacar a Ucrania de la órbita de influencia rusa.

LA FILOSOFÍA DE GENE SHARP

Las mismas ideas han inspirado al movimiento separatista catalán, del que forma parte Cuixart. 

«Si puedes identificar las fuentes del poder de un gobierno, como la legitimidad, el apoyo popular y el apoyo institucional, entonces sabrás de qué depende la existencia de esa dictadura», dice Sharp en un documental de 2013 titulado «Cómo empezar una revolución».

«Puesto que todas esas fuentes de poder dependen de la cooperación, de la buena voluntad y la obediencia de la gente y de las instituciones, tu trabajo es bastante sencillo. Sólo tienes que reducir ese apoyo, esa legitimidad, esa obediencia y el régimen debilitado caerá», explica. 

«La lucha no violenta es lucha armada. Nosotros combatimos con armas psicológicas, armas sociales, armas económicas y armas políticas», dice Sharp. «Es un tipo de lucha más poderosa contra la opresión, la injusticia y la tiranía que la violencia«.

Sharp, que se negó a ir a la guerra de Corea y que se pasó 9 meses en la cárcel por ello, ideó esta metodología para tumbar dictaduras.

Y de hecho, no pocas veces ha sido acusado de haber proporcionado a la CIA una herramienta poderosa para desensibilizar regímenes enemigos.

LA PRIMERA VEZ QUE SUS IDEAS SE APLICAN EN UNA DEMOCRACIA

Sin embargo, en el caso de Cataluña es la primera vez que sus ideas se adoptan para provocar la secesión de una parte de un territorio de un estado democrático que, además, es parte de la Unión Europea.

Con ese objetivo ha sido necesario desarrollar el discurso del que hizo gala Cuixart: «Los valores de la democracia están por encima del Estado de derecho. Defender la democracia es obligación de la ciudadanía».

Una afirmación que, implícitamente, asimila al estado de derecho, a la ley y a la dictadura.

La dictadura de la ley, que impide el ejercicio democrático y el derecho a la autodeterminación que el separatismo reclama.

Obviando que la esencia de la democracia es, precisamente, la ley, que es la que garantiza el respeto a los derechos de los ciudadanos.

LA DEMOCRACIA Y EL ESTADO DE DERECHO SON LA MISMA COSA

«No es posible apelar a una supuesta democracia por encima del Derecho”, declaró el Jefe del Estado, el Rey Felipe VI, el pasado miércoles cuando recibió el premio Premio Mundial de Paz y Libertad (World Peace and Liberty Award), una suerte de “Premio Nobel del Derecho».

«No tiene sentido, no es admisible apelar a una supuesta democracia por encima del Derecho, pues sin el respeto a las leyes no existe ni convivencia ni democracia, sino inseguridad, arbitrariedad y, en definitiva, quiebra de los principios morales y cívicos de la sociedad»”, añadió.

Más alto se puede decir, pero no más claro.

El discurso del separatismo que representa Cuixart ha creado, de hecho, un «universo paralelo» a la realidad, en el que España aparece como una dictadura opresiva de la que es necesario desprenderse reivindicando el «derecho a la autodeterminación».

«Que se gana votando. Lo que hicimos en Cataluña es un ejercicio de dignidad colectiva», declaró Cuixart ante el tribunal.

Un derecho a la autodeterminación que es, en realidad, la reivindicación de un supuesto derecho de secesión inexistente de uno de los territorios de Europa y del mundo que, paradójicamente, gozan del mayor nivel de autogobierno del que pueden disponer hoy día un estado federal. 

La diferencia del caso catalán con los otros en los que se ha aplicado la metodología de Sharp es que España no es precisamente eso, una dictadura. Por lo que el separatismo que representa Cuixart reitera machaconamente, siguiendo las lecciones de Joseph Goebbles -una mentira que se repite mil veces se convierte en verdad-, que sí que lo es.

Esto es lo que lo convierte en diferente al resto de los escenarios en los que se ha aplicado.

La batalla se libra en convencer a propios y extraños en la inevitabilidad de la secesión por los medios que sean, incluso a través de la televisión, como testigo en un juicio por el que podría ser condenado a 17 años de cárcel por un delito de rebelión.

Acciones de movilización, como la del 20 de septiembre de 2017, por la que está en la cárcel, manifestaciones multitudinarias o cualquiera de las 198 acciones que recomienda Sharp, «el maestro en la sombra», en su «preciado» manual, convertido en Biblia, «libro rojo» o «libro verde».

Cualquier recurso para ellos es válido, lo que no asegura que el éxito al final del camino esté asegurado. Porque si algo es seguro es que el futuro no está escrito.

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