Firmas

Yo reivindico y proclamo: ¡Hay que crear la figura jurídica del Defensor del Mayor!

01/10/2019 06:15
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Actualizado: 30/9/2019 23:44
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Hoy, 1 de octubre es un día señalado. Especial. Porque se celebra el Día Internacional del Mayor. Un día para reflexionar sobre la creación de una figura necesaria y vital en nuestros días, la del Defensor del Mayor.

Una figura que proteja a nuestros mayores, hombres y mujeres que son olvidados, abandonados, vejados, maltratados, puestos en la calle de la vida, sin hogar, sin asistencia, sin cobijo y sin cobertura de sus derechos y necesidades asistenciales.

En este viejo país por su historia, y joven por sus ansias de renovación y cambio, conviene recordar que más del 36% de la población han cumplido los sesenta años de edad y el 58% de la tercera y cuarta edad, malviven con míseras pensiones, víctimas de desahucios. 

No existe una legislación adecuada y eficaz que contemple el estado de necesidad como exención de los desahucios en la tercera y cuarta edad.

Es alarmante el número de mujeres y hombres en la última etapa de su vida que malviven en la indigencia, víctimas de malos tratos y violencia familiar siendo echados a la calle ancianas y ancianos en el umbral de su final.

El Estado Social y Democrático de Derechos y Libertades tiene esa obligación. Debe protegerlos, ampararlos y darles cobertura.

Porque cuando la conciencia social del corazón de los pueblos olvida los latidos de sus mayores, es una sociedad enferma de indignidad, de injusticia, de insolidaridad y sin esperanza.

Y aquí vamos caminos de olvidarlos.

EL BIEN COMÚN

Se debate sobre las independencias, las nacionalidades, las historias, las culturas, incluso las etnias, pero olvida el problema de los mayores.

¿Por que no se trata la actual carencia de independencia personal, social y económica de las mujeres y los hombres en su cruda y desnuda realidad, en el último tramo de sus vidas?

¿Por qué se ha olvidado el norte, el bien común?

¿Por qué palabras como seguridad, justicia o solidaridad han perdido sus significados?

Crear instituciones ricas, gestando pueblos pobres, lejos de progresar, resulta un claro signo de regresión, ya que las instituciones, como las leyes, deben tener su raíz en lograr cumplir una función de servicio, siendo garantía y seguridad del cumplimiento eficaz de todos y cada uno de los derechos, libertades y necesidades de las mujeres y hombres de la Tierra.

Sumar soluciones eficaces, con humanistas leyes-servicio y no leyes-poder, sin aumentar exacerbadamente el número de instituciones y cargos públicos, en aras de lograr, en verdad, el progreso social, económico, personal y cultural de las mujeres y hombres de la Tierra, a mi entender, debe ser la primigenia base para lograr un auténtico bienestar, asegurando los derechos y libertades de todo ser humano.

Ese es nuestro reto como sociedad hoy.

Por eso, desde las páginas de este diario digital hago un llamamiento a todos los partidos políticos y a todos los poderes públicos para que hagan frente a la realidad y se pongan de acuerdo para crear la figura jurídica del Defensor del Mayor.

Y para que lo hagan cuanto antes.

Porque una sociedad que no cumple con sus obligaciones hacia sus mayores está tocada de muerte. Es una realidad que todos y cada uno de nosotros llegaremos algún día a esa edad.

De nosotros depende de que esa realidad no se convierta en un infierno como el que muchos de nuestros mayores padecen. De nosotros depende acabar con ese infierno para siempre.

 

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