Firmas

Juicios que marcaron historia, como el del «procés»

Juicios que marcaron historia, como el del «procés»
Manuel Álvarez de Mon Soto, ha sido magistrado, fiscal y funcionario de prisiones. Actualmente ejerce la abogacía. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.
13/10/2019 06:25
|
Actualizado: 12/10/2019 21:56
|

Todos los ambientes sociales, políticos y mediaticos españoles están hoy, 13 de octubre de 2019, pendientes del inminente desenlace del llamado juicio del «procés», seguido ante la Sala de lo Penal del  Tribunal Supremo desde febrero de este año contra Oriol Junqueras y otros 11 políticos catalanes.

Todo ellos enjuiciados por los diversos acontecimientos ocurridos en 2017 y que culminaron con la declaración unilateral de independencia de Cataluña, proclamada por el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont –hoy prófugo de la justicia–tras la celebración del ilegal referéndum del 1 de octubre de ese año.

Se especula en la prensa sobre cual podría ser el sentido de la trascendente sentencia , su fallo y consecuencias jurídicas y las inevitables políticas.

En cualquier caso un juicio y sentencia de alcance histórico.

Tampoco voy yo a especular sobre su hipotético contenido, sino a recordar algunos juicios que tuvieron también en su época gran interés público y en algunos casos gran trascendencia jurídica y o también histórica .

El primero con repercusión, aún duradera para los cristianos y su influencia en la cultura occidental, fue el celebrado ante el Sanedrin judío en Jerusalén, en el año 33 de nuestra era, contra Jesucristo y que culminó con su condena a muerte.

El juicio fue una farsa, como demuestran los historiadores judíos hermanos Max y Jacob Lehmann, pues estaba condenado de antemano.

Ambos citan hasta 27 violaciones de las leyes penales y procesales hebreas del momento. Por eso el gobernador romano Poncio Pilatos, quien tenía que ratificar la condena, quiso evitarlo.

Pero no se atrevió a enfrentarse a la masa popular azuzada por los jefes del Sanedrín cuya autoridad negaba Jesucristo y concedió la libertad al asesino Barrabás.

JUICIO A UN PAPA MUERTO, DE CUERPO PRESENTE

Un juicio muy interesante fue el esperpéntico, seguido en el año 897, contra el cadáver del Papa Formoso, del que se ordenó su exhumación por su sucesor, el Papa Esteban VI, el cual ordenó un juicio en forma de concilio contra su odiado antecesor, en el llamado Sínodo del terror o Sínodo cadavérico.

En el Renacimiento son de destacar entre otros , los juicios contra Galileo, Savonarola, Juana de Arco o contra el abogado, magistrado y político inglés Santo Tomás Moro. 

El proceso contra Moro se articuló por negarse a jurar leyes despóticas del Parlamento inglés que complacían al monarca, Enrique VIII,  del que Moro había sido íntimo amigo y canciller.

Moro fue condenado a muerte en juicio que tuvo poco de juicio y mucho de farsa, como demuestra el jurista e historiador chileno Hernán Corral.

El juicio planteó interesantísimas cuestiones como la libertad de conciencia, los límites del poder político, la validez de la ley, la independencia judicial, etcétera.

En la época contemporánea, ya en el siglo XX, podemos destacar el juicio de Nuremberg contra los jefes nazis supervivientes tras la Segunda Guerra Mundial.

Un proceso que ha sido cuestionado por muchos eminentes juristas por infringir el principio de tipicidad penal, establecer la retroactividad de la ley penal y falta de competencia del tribunal enjuiciador.

Es el precedente de los también famosos juicios por los genocidios de la antigua Yugoslavia y de Ruanda.

En un plano más personalizado, pero también mediáticos, destacaron en Francia el juicio contra el general Petain,tras la Segunda Guerra Mundial, quien fue acusado de colaborar con los nazis.

Y los juicios contra los generales Raoul Salan y Jouhaud , jefes de la OAS ( Organización del Ejército Secreto) por atentar contra el presidente de Francia, el general Charles De Gaulle, por oponerse a la independencia de Argelia de Francia, que este último apoyaba y concedió.

Su abogado Jean Louis Tixier de Vignancour, hizo carrera politica tras estos juicios aspirando incluso a la Presidencia de Francia, que no logró.

En Estados Unidos, también en el siglo XX, el caso Wae contra Roe, ante el Tribunal Supremo sobre la constitucionalidad o no del aborto libre, marcó una época.

Lo mismo que los relativos al matrimonio homosexual, la tenencia de armas y el trascendente para la salud de mucha gente, relativo a la legislación del expresidente Barak Obama, sobre la generalización de la protección sanitaria pública, tema aún no resuelto definitivamente por la oposición de los «lobbies» defensores de los intereses de la sanidad privada, contraria al plan llamado el Obamacare para destinado a proteger a los sectores con menos poder económico del país.

Legislación que ha sido duramente combatida por continuos recursos legales, que han recibido el apoyo del actual presidente, Donald Trump enemigo de la reforma, pese a su necesidad social.

En España, de gran interés en los medios jurídicos y políticos de la época, fueron, entre otros, el juicio seguido en 1859 contra el exministro de Fomento, Esteban Collantes, acusado de corrupción ante el Senado, que se constituyó en Sala de Justicia y en el que fue defendido por Manuel Cortina.

Otro juicio de indudable interés público fue el seguido en 1895 contra el mismo juez decano de Madrid, José Rodríguez Zapata, acusado por su supuesta implicación en la falsificación de un testamento.

Le defendió magistralmente el abogado y político Eduardo Dato.

También tuvo mucha importancia mediática, el juicio contra el periodista Julian Zugazagoitia, director del periódico El Socialista, acusado de desobediencia a la autoridad, por negarse a revelar sus fuentes informativas.

FIDEL CASTRO

Fue brillantemente defendido por el eminente jurista Luis Jiménez de Asúa, que planteó temas como la colisión de derechos, la falta de tipicidad y fundamentalmente el del secreto profesional .

Este tema, aún hoy en día es, a veces, un problema para los periodistas. Basta recordar la causa contra el magistrado Miguel Florit, acusado de prevaricación, vulneración del secreto profesional, delito contra la inviolabilidad del domicilio e interceptación ilegal de comunicaciones por los abogados de la Agencia Europapress y Diario de Mallorca, por ordenar la incautación de teléfono móviles y ordenadores de dos periodistas.

En el siglo XX España ha sido protagonista de innumerables juicios mediáticos. Cabe destacar, además de los relativos a asesinatos o violaciones airados profusamente en los medios sobre todo televisiones, los referentes a la corrupción económica y política que continúan este siglo, empezando con el del caso Filesa.

Destaca, eso sí, por encima de todos, el juicio contra los implicados en el golpe del 23 de febrero de 1981 por sus similitudes y por supuesto diferencias con el juicio del «procés».

Antes de finalizar quiero referirme, por el tema y la forma de defensa, al juicio contra el líder cubano Fidel Castro, por el asalto en 1953, del cuartel de Moncada, en rebelión contra el régimen tiránico de Fulgencio Batista en Cuba, finalmente derrocado por la revolución de 1959 .

Castro, que era abogado realizó una brillante auto defensa, que finalizó, de una forma no habitual –genial, podría decirse en términos de defensa– diciendo: «Señores magistrados, no pido la absolución Condénenme. Quiero irme con mis compañeros presos a la isla de Pinos, pues la Historia me absolverá».

No me extiendo más pues estos y otros juicios darían para hacer sus correspondientes trabajos.

Su relación con el juicio del «procés» es su indudable trascendencia jurídica como el delimitar la existencia o no y el alcance de importantes conceptos jurídicos en que no entro, que será muy bien fundada, como corresponde a la alta calidad jurídica del presidente de la Sala y ponente y los ilustres magistrados componentes de la misma.

Eso sí ,será polémica en lo jurídico, pero también inevitablemente en lo político, se quiera o no y sea el fallo el que sea, pues se verá por muchos con criterios extrajurídicos.

También recordar que solo en España y Reino Unido de Gran Bretaña, es posible televisar en directo juicios desde los respectivos Tribunales Supremos, como ha sucedido con el del «procés». Haciendo realidad el dicho del político y revolucionario francés Mirabeau: «Dadme un Juez injusto, prevaricador, mi peor enemigo pero que sea un juicio público».

Por eso todos opinan y opinarán, con y sin conocimiento jurídico.

Otras Columnas por Manuel Álvarez de Mon Soto:
Últimas Firmas
  • Opinión | Sostenibilidad: un suma y sigue para las empresas
    Opinión | Sostenibilidad: un suma y sigue para las empresas
  • Opinión | Mocro Maffia y micro justicia
    Opinión | Mocro Maffia y micro justicia
  • Opinión | CDL: El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (V)
    Opinión | CDL: El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (V)
  • Opinión | Entidades especializadas en las ejecuciones civiles: la eficiencia de exportar un modelo de éxito
    Opinión | Entidades especializadas en las ejecuciones civiles: la eficiencia de exportar un modelo de éxito
  • Opinión | Un abogado civil en la corte militar: el caso de Cerro Muriano
    Opinión | Un abogado civil en la corte militar: el caso de Cerro Muriano