Trapero dice que los ‘Mossos’ no tenían efectivos suficientes para contener las protestas del 20-S
Josep Lluís Trapero, en la primera sesión del juicio; la Fiscalía pide 11 años de cárcel para él por rebelión, como «pieza clave» para «llevar a cabo el plan secesionista» catalán. Foto: EP

Trapero dice que los ‘Mossos’ no tenían efectivos suficientes para contener las protestas del 20-S

Afirma que Sànchez no era ningún mediador y que el presidente de una asociación "no es nadie para imponer condiciones" a la policía
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20/1/2020 16:20
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Actualizado: 20/1/2020 19:32
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El mayor de los ‘Mossos d’Esquadra’ Josep Lluís Trapero ha manifestado hoy ante el tribunal que le juzga en la Audiencia Nacional por el ‘procés’ que la policía autonómica no contaba con los efectivos suficientes para contener las concentraciones que se produjeron el 20 de septiembre de 2017 en protesta por los registros judiciales que se sucedieron en diferentes lugares de Cataluña.

El juicio ha comenzado a las 10.30 horas con la exposición de cuestiones previas. El fiscal Miguel Ángel Carballo ha anunciado que la Fiscalía mantendrá hasta el final del mismo la acusación por el delito de rebelión contra él.

La Fiscalía pide 11 años de cárcel para Trapero, como «pieza clave» para «llevar a cabo el plan secesionista» catalán.

Fue el mayor de los ‘Mossos d’Esquadra’ hasta su cese en aplicación del artículo 155 de la Constitución.

El Ministerio Público reclama la misma pena para el exsecretario general de la Consejería de Interior César Puig i Casañas y el exdirector de los ‘Mossos d’Esquadra’ Pere Soler i Campins, también por rebelión, mientras que a la intendente de los ‘Mossos’ Teresa Laplana Cocera, la acusa de sedición por los incidentes del 20 y 21 de septiembre de 2017, y solicita para ella 4 años de prisión.

Después de que Carballo pusiera en duda que el mayor quisiera evitar el «desmadre» durante la concentración y enumerara las comunicaciones oficiales que mantuvieron la Guardia Civil y los ‘Mossos’ ese día, en la que la primera solicitaba apoyo en los registros y los segundos contestaban que tomaban nota, Trapero ha asegurado que las entradas ordenadas por el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona -del que entonces era titular el magistrado Juan Antonio Ramírez Sunyer, ya fallecido- no estaban planificadas, de modo que el cuerpo que dirigía no pudo planificar su despliegue.

«¿De dónde sacamos los efectivos? Si hubiese sido algo planificado… La Guardia Civil no sólo nos pedía el cordón en la Consejería de Economía, sino en otros escenarios. No podíamos hacer cinco cordones de seguridad de 40 metros con los efectivos de orden público de los que disponíamos», ha afirmado.

Trapero ha criticado que el hecho de que las actuaciones estuvieran en secreto «no afecta» a que se hubiese avisado a los ‘Mossos’ para poder valorar con antelación las distintas actuaciones. Ha explicado que desde primera hora de la mañana de ese 20 de septiembre la «prioridad» era poder «hacerse con recursos de orden público» y que todo «transcurriera dentro del orden y que no afectara ni a personas, ni a la diligencia que se estaba haciendo».

El fiscal ha hecho un interrogatorio sirviéndose de detalles muy concretos para cuestionar la actuación del acusado como jefe de los Mossos. En muchas de las cuestiones sobre las que ha repreguntado ha señalado que «no se enteró de nada», que su actuación iba encaminada a «dar largas» o saber si «no era posible evitar el desmadre».

Trapero ha alegado que él sólo conoce lo que «los mandos en el lugar de los hechos» trasladaban al Centro de Coordinación Operativo (CECOR), dónde él se encontraba. Así ocurrió en los momentos que se trataron de realizar un cordón policial para garantizar la seguridad de los vehículos de la Guardia Civil o la entrada y salida de los miembros de la comitiva judicial.

Trapero ha indicado que en los lugares donde se intentaron hacer «la gente se puso delante y ya hubo los primeros incidentes».

«En una concentración de miles de personas eso nos puede crear problemas serios y eso hay que valorarlo. Seguro que nos hubiese encantado poder hacerlo», ha señalado. Asimismo, ha indicado que trataron de evitar que las actuaciones de la policía tuvieran «un efecto contagio» en otras protestas que tuvieron lugar ese mismo día.

Ha negado que no se quisiera hacer una barrera de protección a los coches de la Guardia Civil, sino que los «mandos presentes y el responsable de orden público en ese momento desaconsejaron esa actuación» para evitar posibles altercados.

Al igual que hizo en su declaración como testigo en el juicio por el ‘procés’ en el Tribunal Supremo, ha explicado que sobre las 21.00 horas trató de montar otro cordón policial con una línea de voluntarios de la ANC previa, para «evitar el contacto con los manifestantes» y garantizar la salida de la comitiva judicial una vez que hubieran terminado el registro.

Ha apuntado que una hora después finalmente lo desmontó porque tuvieron diferentes informaciones de que la diligencia se alargaría por problemas informáticos en la copia de documentos de la Consejería.

Sobre este punto ha dicho que le extrañó que, minutos después, el juez de Barcelona, que no se identificó como tal, le llamara para pedirle que sacara de la Consejería a secretaria judicial, Montserrat del Toro.

Ha señalado que este hecho motivó que ordenara a uno de sus mandos hablar «directamente» y «por primera vez» con la secretaria judicial, para ofrecerle la alternativa de salir por el tejado del edificio, algo que ella misma aceptó.

«No es porque no podamos garantizar la salida, sino porque necesitábamos tiempo», ha subrayado.

«¿Tardó bastante salir?», ha preguntado el fiscal, por lo que Trapero ha explicado que el retraso se debió a que el teatro Colisseum de Barcelona, por el que saldría la secretaria judicial al ser el edificio contiguo a la Consejería de Economía, se encontraba en medio de una representación y que después el responsable del mismo puso objeciones para permitir la salida. Ante estos inconvenientes, Trapero ordenó que se «saltara» cualquier impedimento porque él se responsabilizaría si había algún problema, ha indicado.

Por otro lado, el fiscal Carballo ha insistido también sobre los requerimientos que formuló la Guardia Civil a los Mossos pidiendo auxilio. Trapero ha subrayado que durante ese día los mandos de la policía autonómica desplegados en los lugares de los registros y el comisario Ferran López mantuvieron contacto con los responsables del Instituto Armado y que esa incapacidad de actuar se transmitió «in voce, en persona».

«Si fuese una actitud de no querer hacer, el coronel de la Guardia Civil en Barcelona no habría aguantado esa comunicación. Se le explicaba el por qué algunas cosas no se podían hacer. Eso no quiere decir que ni él ni nosotros estuviésemos satisfechos», ha apuntado.

SÀNCHEZ ERA ‘LA VOZ CANTANTE EN ESO DE LA INDEPENDENCIA’

Sobre sus llamadas con el entonces presidente de la ANC, Jordi Sànchez -condenado a 9 años de cárcel por sedición-, Trapero ha incidido en la versión que ya prestó durante su comparecencia como testigo en el juicio del Tribunal Supremo el pasado marzo.

Según ha señalado, es común en el protocolo de ‘Mossos’ establecer contacto con los líderes de las manifestaciones y concentraciones y en ese marco ha situado sus comunicaciones.

«No es nada extraño en el modelo de orden público de los ‘Mossos d’Esquadra’ desde el año 2013, porque apostamos por un modelo en el que prima la mediación. Es un trabajo habitual de ‘Mossos’ y creo que ha tenido resultados muy buenos», ha concretado.

Trapero también ha dicho que desconocía entonces los tuits que Sànchez fue publicando a lo largo de la mañana del 20 de septiembre llamando a la concentración ante la sede de la Consejería de Economía, donde se estaba produciendo el registro principal.

Haa subrayado que, pese a que «sabía que era la voz cantante en el tema este de la independencia», los Mossos en ningún momento otorgaron a Sánchez el rango de «mediador» ni ningún otro «título».

Trapero ha querido dejar claro que los ‘Mossos d’Esquadra’ en ningún momento otorgaron a Sànchez el rango de «mediador» ni ningún otro «título».

También ha destacado que el expresidente de la ANC «no impuso ninguna condición» en ningún momento del día, pues «no es nadie para imponer condiciones».

«Sànchez puede decir misa», ha afirmado en referencia a una de las conversaciones con el expresidente de la ANC en relación a los cordones policiales.

«Yo tuve una conversación con él que acabó mal, aunque quiero entender que lo hacía desde la perspectiva de que no nos cree más problemas, pero le digo: ‘tú a mí no me vas a decir cómo hacer un dispositivo’ y le cuelgo el teléfono», ha explicado.

ASEGURA QUE NUNCA TUVO UNA ‘RELACIÓN ESTRECHA’ CON PUIGDEMONT

Preguntado por el fiscal Miguel Ángel Carballo por sus vínculos con el entonces presidente catalán Carles Puigdemont en 2017, cuando tuvieron lugar los hechos, Trapero ha asegurado que nunca tuvo una «relación estrecha» con él.

«No tenía una relación ni buena ni mala. No tenía ningún tipo de relación estrecha con el presidente», ha afirmado.

Carballo ha sacado este tema cuando el exjefe de los ‘Mossos’ ha explicado que fue nombrado mayor en abril de 2017 por decisión del entonces director de la policía autonómica Albert Batlle, designación sobre la que Puigdemont, ha asegurado, no tuvo nada que ver.

Ha comentado que accedió al rango de mayor de los ‘Mossos’ porque fue la manera de Batlle de «dar una mayor autoridad» al jefe del cuerpo, pero ha remarcado que la propuesta se había hecho en enero de 2016, aunque hasta más de un año después no se hizo efectiva.

Según su relato, la ley establece que el cuerpo de Mossos debe tener un mayor, pero que este puesto llevaba vacante diez años. Ante la extrañeza del fiscal de que el nombramiento se produjera justo unos meses antes del referéndum ilegal del 1-O, Trapero ha admitido que no sabe por qué hasta entonces no se había hecho y que fue una «irregularidad» que se sostuvo durante una década.

AFIRMA QUE NUNCA CONOCIÓ EL PROYECTO INDEPENDENTISTA

Preguntado por Carballo sobre si conoció el proyecto independentista o alguien le solicitó su implicación, Trapero ha respondido: «Ni lo conocí, ni se me expuso, ni se me consultó, ni conozco a alguien a quien se le hubiera expuesto algo similar».

Sobre la creación de la comisión sobre el proceso constituyente, Trapero ha subrayado que le pareció una «barbaridad más de las muchas que se estaban haciendo» en aquellos años y que suponía que la justicia las «iría anulando», al tiempo que si se cometía algún delito, se imputaría a las personas responsables.

El fiscal también ha preguntado al exjefe de los ‘Mossos’ por el Libro Blanco o el documento Enfocats, la hoja de ruta secreta hacia la independencia, sobre los cuales ha señalado que la primera vez que oyó hablar de ellos fue cuando fue imputado.

LOS ‘MOSSOS’ ESTARÍAN ‘DONDE DIJERAN LOS JUECES’

Trapero ha explicado que ya desde 2016 tuvo alguna conversación con sus superiores políticos en la que él dejó claro «dónde iba a estar el cuerpo» de ‘Mossos’, que era «donde dijeran los jueces».

El fiscal ha querido saber si podía controlar lo que hacían todos sus agentes, a lo que ha respondido que no podía «asumir lo que iban a hacer 18.000 personas», pero que él era el jefe de la policía autonómica y tomaba las «grandes decisiones».

En este punto ha querido dejar claro que ya desde un año antes del referéndum ilegal los dirigentes de la Generalitat «no confiaban» en él para llevar adelante el proceso independentista.

«Tenían desconfianza, no, lo siguiente», ha señalado.

A continuación ha reconocido que a pesar de conocer las intenciones del gobierno de Puigdemont por las declaraciones públicas que éste hacía, ninguna investigación «dio sus frutos» para tratar de parar los planes de convocatoria del referéndum.

Asimismo, ha desvinculado su nombramiento como mayor de los ‘Mossos’ con el proceso independentista. Lo ha hecho cuando el fiscal ha incidido sobre si alguna vez se preguntó «por qué en este momento de esas locuras», en el que todas las resoluciones independentistas estaban siendo anuladas por el Tribunal Constitucional, le nombran mayor de los ‘Mossos’, «un rango que le va a seguir toda su vida».

Trapero ha reiterado, al igual que hizo al inicio de su interrogatorio, que ello «no tiene ningún tipo de relación» con el desafío independentista, pues la propuesta para ser nombrado tiene fecha de enero de 2016 y la hizo entonces director Albert Batlle, «una persona que no tiene absolutamente nada que ver» con el proyecto independentista.

Según ha explicado, Batlle propuso al entonces consejero del Interior, Jordi Jané, recuperar la figura del mayor porque no se había nombrado a nadie con ese rango desde hacía 10 años.

«Lo irregular es lo que había pensado entonces», ha dicho en referencia a ese tiempo, y ha añadido que la propuesta estuvo «paralizada» hasta abril de 2017, cuando finalmente se aprobó su nombramiento.

Al igual que Batlle, también en julio de 2017 dimitió el consejero del Interior Jordi Jané.

A preguntas de la Fiscalía, Trapero ha explicado que éste dejó el cargo porque no quería estar vinculado a «todas las acciones que estaba llevando el gobierno». «Por una serie de actos ilegales que estaba llevando a cabo el gobierno», ha precisado.

PROTECCIÓN A LÍDERES INDEPENDENTISTAS

Por otro lado, el fiscal le ha preguntado por la protección que los ‘Mossos’ ofrecieron a algunos líderes independentistas en el marco del denominado ‘plan Ágora’.

En este sentido, Carballo ha querido saber el motivo por el que se interesó personalmente por la «medida de protección» dada a Marta Pascal, que estuvo investigada en el  Supremo por el ‘procés’ independentista; a Marta Rovira, procesada en esta misma causa y huida de la Justicia; a los conocidos como ‘los Jordis’, condenados por el delito de sedición; o a Xavier Vendrell, investigado por el Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona por los preparativos del 1-O.

Trapero ha explicado que pidió esta información al comisario Ferran López -que le sustituyó tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución-, a través de un correo electrónico el 3 de agosto de 2017, porque el exdirector de los ‘Mossos’ Pere Soler, y acusado en esta causa, quería saber si esas personas «estaban dentro» de dicho plan.

No obstante, Trapero ha querido matizar que esta protección «no era de 24 horas», sino en momentos puntuales, y que se daba a algunas personas que tenían que acudir a «actos de tipo público donde podía haber algún tipo de agresión o escrache».

«Hay de todo tipo de aspecto ideológico, también tres diputados de Ciudadanos, periodistas», ha indicado para negar que se ofreciera a los políticos independentistas por encontrarse investigados entonces en causas relacionadas con el proceso independentista.

«Por condición de investigados no se ha dado protección absolutamente a nadie», ha concluido.

‘LA ACTITUD DE LOS VOTANTES DEL 1-0 FUE DIFÍCIL DE PREVER’

Por otra parte, el mayor de los ‘Mossos’ ha señalado que la actitud de los ciudadanos que se encontraron los agentes en los colegios durante el referéndum ilegal fue «difícil de entender y de prever».

«Ver cómo la gente defendía las urnas de esa manera era poco imaginable, se les iba la vida«, ha explicado.

El mayor ha indicado que lo que esperaban encontrar el 1-O era una «resistencia pasiva» por parte de los ciudadanos y que en algunos focos -«cuarenta y pico» zonas de toda Cataluña- podía haber determinados grupos que podían causar problemas de orden público, si bien ha dejado claro que esta no era la situación general que preveían los mandos de la policía autonómica.

Ha dicho que consideraron el envío de una pareja de ‘mossos’, como así se hizo, para «tener ojos en los 2.300 colegios» que podrían abrirse ese día y tratar de impedir la votación con su presencia. Ha subrayado que la policía autonómica no era la única que iba a actuar ese día, sino que era «parte de una coordinación conjunta de tres cuerpos».

De hecho, ha destacado que más de 200 colegios a los que fueron ‘mossos’ cerraron en las primeras horas del 1-O y que se incautaron 434 urnas.

«¿Y esto lo hicieron los binomios, en mangas de camisa y gorra de plato?», ha preguntado el fiscal, a lo que Trapero ha contestado que le hubiera gustado que el «efecto» hubiese sido mayor.

Según el mayor, las órdenes dadas a los agentes de los ‘Mossos’ no iban en ningún momento encaminadas a facilitar la votación y que se sintió ofendido cuando esto se puso en duda por el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, coordinador el dispositivo policial, en una de las reuniones preparatorias. Este fue el motivo, ha explicado, por el que ha reconocido que nunca tuvo buena relación con él.

Trapero ha explicado que a primera hora del 1-O vio en televisión a una pareja de agentes con la actitud contraria, por lo que dio órdenes de retirarles del colegio en el que estaban porque su comportamiento era «impresentable».

Ha contado que dos días después del referéndum instó a todos los jefes de región que informaran de cualquier actuación de este tipo de la que tuvieran conocimiento.

«Hemos hecho en cada momento lo que hemos podido, y nunca para aparentar nada», ha dicho, a lo que ha añadido que algunas actuaciones de ‘mossos’ se han «sacado de contexto».

El fiscal ha recordado a Trapero que el fiscal superior de Cataluña los días previos, cuando él estaba al frente del operativo, le ordenó destinar más efectivos, ya que la consideraba que la primera propuesta era insuficiente. El mayor ha contado que decidieron aumentar el número de agentes en unos 800, hasta los 7.850, con turnos de muchas horas que supusieron «el mayor esfuerzo» realizado por los ‘Mossos’ hasta la fecha.

Aunque ha admitido errores de planificación, Trapero ha descargado parte de la responsabilidad del dispositivo policial para el día del referéndum, teniendo en cuenta que Policía Nacional y Guardia Civil también estaban desplegados en Cataluña para cumplir la orden de impedirlo.

Como ya dijo en el juicio en el Supremo cuando declaró como testigo, Trapero ha subrayado que días previos a la votación avisó en dos reuniones a Puigdemont, al vicepresidente catalám, Oriol Junqueras, y al consejero de Interior, Joaquim Forn, de que la convocatoria podía acarrear «problemas de orden público».

El fiscal ve una contradicción que hiciera esta advertencia si, según Trapero, esperaban una resistencia pasiva generalizada.

Trapero lo ha justificado por los grupos violentos que ya conocían de otras concentraciones y que los ‘Mossos’ preveían que también iban a estar presentes en los colegios.

También ha destacado que en esas reuniones con Puigdemont, Junqueras y Forn les insistió en su «preocupación» por las declaraciones políticas que se estaban haciendo esos días llamando a votar y su intención de que «los ‘Mossos’ no iban a permitir ninguna ilegalidad».

NIEGA SEGUIMIENTOS A OTROS CUERPOS

Por otra parte, Trapero ha negado que el 1 de octubre los ‘Mossos’ hicieran seguimientos a vehículos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.

«En la vida los ‘Mossos’ han hecho seguimiento a otros cuerpos», ha señalado.

El mayor de los ‘Mossos’ ha explicado que una vez que se dieron cuentan de que el dispositivo de coordinación «no estaba funcionado», su ‘número dos’, Ferran López, ordenó que se informara sobre los colegios en los que ya estaban actuando guardias civiles y policías «para no ir allí, no para espiar» y ni mucho menos para «facilitar información» a Puigdemont sobre a qué colegio podría acudir a votar.

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