Jaime Sanz de Bremond: «El jurado ha visto que mi defendida mató a su bebé porque tenía sus capacidades mentales afectadas»
El abogado Jaime Sanz de Bremond en una foto tomada en su despacho de Madrid. Carlos Berbell/Confilegal.

Jaime Sanz de Bremond: «El jurado ha visto que mi defendida mató a su bebé porque tenía sus capacidades mentales afectadas»

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02/3/2020 06:30
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Actualizado: 02/3/2020 14:10
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El abogado Jaime Sanz de Bremond es uno de los grandes especialistas en juicios ante jurados populares. Como abogado de la acusación particular o como abogado defensor, como ha sido en el caso de Sonia Bedoui Amroune, de 20 años, una joven que quitó la vida a su bebé recién nacida y que fue juzgada entre el martes y el viernes pasados ante un tribunal del jurado en la Audiencia Provincial de Madrid.

Sanz de Bremond está contento. Porque competía, de salida, con la fiscal, que solicitaba 22 años de cárcel por un delito de asesinato, con la agravante de parentesco.

Que luego rebajó la fiscal a 8 años de internamiento en un psiquiátrico penitenciario, al apreciar una eximente incompleta por la enajenación mental que sufrió la acusada.

«Esa fue, precisamente, mi planteamiento de salida. Desde el primer momento lo planteé. Y el jurado ha visto que mi defendida mató a su bebé porque tenía sus capacidades mentales afectadas. La aplicación de la eximente incompleta era evidente», explica el abogado.

El jurado popular respondió unánimemente a 15 de las 17 preguntas del veredicto que les presentó el magistrado Eduardo Urbano Castrillo.

El abogado en un momento del juicio por el tribunal del jurado. Foto: EP.

Una de ellas, la decimocuarta, reconoce que la joven tenía sus facultades mentales afectadas de manera parcial.

«El caso es tremendo. Cuando ocurrieron los hechos, Sonia tenía 18 años y era madre de un niño que había tenido a los 16 años. Vivía con su novio en casa de los padres de este, donde compartía con él la cama baja de una litera en la que dormían los tres», relata Sanz de Bremond.

«En la de arriba dormía la hermana del novio en una casa que compartían tres personas más: Los padres y un tío del joven que, además, estaba en paro. Sonia trabajaba de lo que le saliera. De camarera, de dependienta, en un almacén de chinos… Cuando se quedó embarazada por segunda vez, nadie se enteró», añade.

Dio a luz en torno a las 5 de la madrugada del 20 de febrero, no se sabe bien en qué parte de la casa.

La niña nació viva y respiró, según se pudo probar a través de la autopsia.

Sonia le quitó la vida apuñalándola hasta en nueve ocasiones en distintas partes del cuerpo.

Luego la metió en una mochila, que dejó en su habitación, colgada en el respaldo de una silla.

«La perito psiquiatra de Alcalá de Henares lo explicó muy bien durante el juicio. Sonia sufría lo que se denomina ‘síndrome de negación del embarazo’. La persona no desarrolla los síntomas, incluso físicamente. Puede ocurrir que no se desarrolle la tripa propia de una embarazada y que se sigan teniendo los sangrado menstruales», indica.

Sonia Bedoui Amroune, según el testimonio de varios psicólogos forenses, sufre, como consecuencia, «una depresión grave con características psicóticas y amnesia disociativa». 

Todos ellos recomendaron que la joven fuera internada en un centro psiquiátrico penitenciario para seguir con un tratamiento psicoterapéutico adecuado a su patología mental.

Eso es lo que entendió el jurado en su veredicto.

Ahora le corresponde al magistrado presidente, Urbano Castillo, darle la forma jurídica de sentencia.

«Estoy contento de que todo haya salido como debía de salir. Es una decisión justa», concluye el abogado.

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