El jurado declara culpables a los acusados del crimen de la Guardia Urbana
El magistrado presidente, Enrique Rovira, durante la lectura del veredicto en la Audiencia de Barcelona, el 23 de marzo de 2020. Foto: David Zorrakino | Europa Press.

El jurado declara culpables a los acusados del crimen de la Guardia Urbana

El veredicto considera que Albert López y Rosa Peral idearon un plan para matar al novio de ella porque "obstaculizaba" su relación sentimental
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23/3/2020 14:30
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Actualizado: 23/3/2020 18:19
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Los dos acusados por el crimen de la Guardia Urbana, Rosa Peral y Albert López, agentes de la policía barcelonesa, han sido considerados culpables este lunes por el tribunal del jurado de la Audiencia de Barcelona de asesinar al novio de ella y también agente, Pedro Rodríguez.

El jurado –configurado por nueve miembros– ha declarado a Rosa Peral culpable de asesinato con alevosía (con 8 votos a favor) y a Albert López culpable de asesinato con alevosía (con 7 votos a favor) por la muerte de Pedro Rodríguez, y se muestran contrarios por unanimidad a que se les suspenda la ejecución de la pena o se les indulte.

Los nueve miembros del jurado ven probado por unanimidad que Rosa Peral y Albert López se conocieron patrullando juntos en la Unidad de Apoyo Diurno de la Urbana y que mantenían una relación sentimental al menos desde principios de 2013, mientras ella seguía casada con el padre de sus dos hijas, Rubén C.

También por unanimidad, que el verano de 2016 Rosa Peral inició una relación con Pedro Rodríguez, que simultaneó con las otras dos parejas, hasta que se separó de su marido ese diciembre, y la relación con la víctima «se intensificó fuertemente», él se fue a vivir con ella y manifestaron a su círculo íntimo su intención de casarse y tener un hijo.

Según el relato considerado probado por unanimidad, Albert López desveló a la víctima que Rosa Peral había iniciado su relación mientras seguía con él, lo que motivó «una creciente desconfianza» y frecuentes discusiones entre la pareja, constantes dudas sentimentales y celos de Pedro Rodríguez, y posteriormente un sentimiento de hostilidad profunda de Albert López hacia Pedro Rodríguez.

Por siete votos a favor y dos en contra, el jurado cree que entre marzo y abril de 2017, Rosa Peral y Albert López retomaron su relación sentimental, y llegaron a la conclusión de que Pedro Rodríguez «obstaculizaba su relación«, y en abril empezaron a trazar un plan para matarle, decidiendo finalmente ponerlo en marcha la noche del 1 al 2 de mayo.

Con la misma proporción de votos, estima que Rosa Peral llamó esa noche a Albert López para activar el plan: primero una llamada perdida, después una de 4 minutos, y posteriormente la activación de un teléfono prepago adquirido en un establecimiento de Badalona (Barcelona), unos días antes.

El plan consistía en esperar para la consumación del crimen a que Pedro Rodríguez estuviera dormido o descansando, sin que se produjera ninguna comunicación más entre ellos, y divulgar insinuaciones sobre el enfrentamiento entre Pedro Rodríguez y el exmarido de Peral, Rubén C.

Así, también por siete votos a favor y dos en contra, se considera probado que la madrugada del 2 de mayo, los dos acusados, «conjuntamente o al menos uno de ellos con la anuencia y colaboración activa del otro«, agredieron a Pedro Rodríguez y le privaron de su vida de forma violenta, y actuaron con una intención común y aprovechando que la víctima estaba enteramente despreocupada.

«Ataque mortal»

Escogieron un momento en que Pedro Rodríguez estaba dormido o descansando y «el medio más idóneo para que él, persona de gran corpulencia y forma física, no pudiera ejercer defensa eficaz frente al ataque mortal del que fue objeto».

Tras el crimen, aceptado por unanimidad, los dos acusados usaron el teléfono móvil de la víctima para fingir que seguía vivo, usándolo la noche del 2 de mayo en varias ocasiones, y lo desplazaron hasta la casa del exmarido de Rosa Peral para «fingir una motivación distinta en los hechos» y evitar que les relacionaran con la muerte.

También dan por probado por unanimidad que, la noche del 2 al 3 de mayo, trasladaron el cadáver en el maletero de un vehículo hasta una pista forestal cerca del pantano de Foix, en Castellet i la Gornal (Barcelona), y usando un combustible, prendieron fuego al coche con el cuerpo dentro del maletero.

El cadáver quedó «enteramente carbonizado por la acción de las llamas, sin que hayan quedado restos o signos suficientes de la causa violenta de su muerte».

Cuatro días deliberando

El tribunal del jurado, que empezó a deliberar –incomunicado– el miércoles 18 de marzo a las 13 horas el objeto del veredicto, ha contestado a una lista de 27 preguntas sobre los hechos juzgados.

En la sala de jurado de la Audiencia de Barcelona han estado presentes el magistrado presidente, Enrique Rovira, la fiscal Elena Contreras –fiscal coordinadora del servicio de jurado de Barcelona–, y los miembros del jurado, además de abogados sustitutos, pero no los acusados.

Peral dio positivo en coronavirus, lo que ha motivado que el acusado Albert López, el fiscal del caso, Félix Martín, el abogado de la acusación particular, Juan Carlos Zayas, y las defensas Olga Arderiu y José Luis Bravo, estén aislados preventivamente.

Finalmente, Peral y López –desde el Hospital de Terrassa y la cárcel de Quatre Camins– no han podido seguir la lectura del veredicto a través de videoconferencia, como estaba previsto inicialmente, al no poderse establecer conexión ni tener disponibilidad de videollamada «por problemas técnicos«, ha explicado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJCat).

Los dos acusados, que llevan en prisión preventiva desde el 16 de mayo de 2017, se enfrentan a peticiones de condena de hasta 25 años por un delito de asesinato con alevosía.

Versiones cruzadas

Rosa Peral y Albert López han mantenido versiones contradictorias, se han acusado mutuamente del crimen en el juicio y se situaron a sí mismos solo como encubridores, y ella incluso dijo que supo que su pareja había muerto cuatro días después del asesinato.

En su declaración en el juicio, dijo que López entró la noche del crimen en la casa donde ella convivía con la víctima saltando la valla, y que llevaba una pistola e iba con una braga y unos guantes de jardinería, lo que la asustó: «Me quedé inmovilizada, me quedé quieta. Solamente me moví en el momento que él me pidió el teléfono. Me vi con valor de tirarle el teléfono y salir corriendo».

Albert López, en su interrogatorio, reconoció que quería reactivar su relación con Peral, y la situó como única autora del asesinato, además de desvincularse de la quema del cadáver dentro de un coche junto al pantano de Foix y ha justificó que la encubrió porque las emociones le nublaron la inteligencia y sufrió un «secuestro emocional».

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