Más de la mitad de los consumidores temen que su situación económica empeore tras la crisis sanitaria del coronavirus
Las restricciones en la movilidad han forzado un cambio en el comportamiento de los consumidores.

Más de la mitad de los consumidores temen que su situación económica empeore tras la crisis sanitaria del coronavirus

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23/4/2020 06:35
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Actualizado: 23/4/2020 01:32
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La Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) ha publicado, en colaboración con la agencia 40dB, los resultados del primer barómetro ‘Consumo y compra dentro y fuera del hogar’, que analizará periódicamente los cambios de comportamiento del consumidor durante la crisis sanitaria.

La mitad de los hogares españoles prevé que su situación económica empeore una vez termine el confinamiento provocado por la crisis del Covid-19.

De hecho, tan solo el 21,8% de los consumidores afirma que la crisis del Covid-19 no está teniendo ningún efecto en su estatus económico.

Un 36,6% ya percibe un impacto negativo, aunque considera que será pasajero y el 41,6% cree que el empeoramiento de su situación económica sea duradero.

La previsión de dificultades hace que la mayoría de hogares anticipen un periodo de postcrisis de contención presupuestaria.

Así, el 63,8% de los consumidores asegura que controlará más sus gastos una vez acabe el confinamiento, mientras que son minoría los que priorizan retomar su ritmo de vida anterior.

Tan solo un 26% piensa en recuperar las compras e inversiones que la crisis ha retrasado, por un 32,4% que prevé invertir en viajes para el próximo verano.

La caída en el gasto de los hogares también afectará a las compras de gran consumo. Un tercio de los usuarios avanza que, una vez acabado el confinamiento, reducirá su inversión en alimentación y bebidas, ya que el factor precio y las promociones ganarán peso en la decisión de compra.

Esta contención en el gasto prevista por los consumidores una vez haya pasado el confinamiento está en línea con el hecho de que hasta el 43,7% de los encuestados afirma que ya ha retrasado o paralizado alguna inversión a causa de la crisis.

Menos compras, aunque más planificadas

Las restricciones en la movilidad han forzado un cambio tanto en el comportamiento del consumidor como en sus motivos de compra.

Según los datos del barómetro, el 44,7% de los encuestados ha rebajado su frecuencia de compra durante el estado de alarma.

Este cambio de hábitos conlleva que el 78,5% planifique más sus compras, mientras que un 39,7% acumula productos en casa para tener reservas. En este sentido, un 7,5% reconoce que ha aumentado su desperdicio de alimentos.

La cesta de la compra también ha cambiado. Además de la priorización de los productos básicos, el confinamiento también ha hecho que el 23,3% de los consumidores aumente su inversión en marcas de distribución y que el 27% de los usuarios haya probado nuevas marcas o productos que seguirá incorporando a su cesta una vez pasado el confinamiento.

El hecho de no tener libertad de movimientos también ha provocado que el 78,1% de los consumidores concentre sus compras en un solo establecimiento, priorizando en el 74,2% de los casos las tiendas más cercanas al hogar.

Además, el 70,6% de los compradores trata de pasar el mínimo de tiempo posible en los comercios para reducir el riesgo de exposición al virus.

Si antes de la crisis del Covid-19 solo el 2% de los consumidores escogía su establecimiento bajo el criterio de invertir el menor tiempo posible, hoy el 71% de los encuestados procura hacer su compra lo más deprisa posible.

Fernando Moner, presidente de Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), señala que “en esta situación tan grave como la que estamos viviendo, parece que la crisis sanitaria mejora aunque aún tardaremos tres o cuatro semanas en tener más tranquilidad. A nivel económico las noticias no son buenas derivada de esta crisis sanitaria. Hay familias sin trabajar, que no tienen ingresos y han reconducido sus compras”.

Fernando Moner, presidente de Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).

Esta modificación de hábitos esta siendo notable en muchos de los consumidores afectados por la deriva económica de este asunto, “las prioridades son otras, cuando acabe esta situación, muchas familias tendrán que volver a modificar su estrategia de compras. Eso ha hecho que la compra por internet haya crecido de forma coyuntural o que en lugar de comprar en cinco sitios vayas solo a uno, por poner un ejemplo”.

Este experto recuerda que en vísperas del estado de alarma, “las familias realizamos una compra importante que generó colas en los supermercados y cierto desabastecimiento. Luego pasó esta situación y las compras ya se hacen de forma más racional, con lo cual se están reduciendo los problemas de desperdicio alimentario. Se trata que los consumidores mantengan una alimentación sana en las situaciones en las que nos encontramos”.

En cuanto a la subida de precios, desde CECU no se percibe aún esa subida generalizada. “Es posible que algún producto perecedero de verdura haya modificado su precio al alza, pero no observamos dicha subida total con porcentajes significativos. Habrá que ver cuál es la causa de que calabacines, patatas o manzanas estén con un precio superior al habitual, pero la mayoría se mantiene más o menos estable aunque realmente la cuestión es que controlamos menos el gasto y parece nos gastamos más”.

Las recomendaciones del presidente de CECU son “no comprar todos los días y estar el menos tiempo posible en estos establecimientos para evitar el contagio de terceros, siempre evitando la concurrencia de visitantes y aglomeraciones. Hay que intentar comprar lo que se necesite, siempre con compras pensadas, evitando la improvisación a la hora de adquirir productos”.

Reducción de pedidos a domicilio

La crisis sanitaria ha conllevado la supresión del consumo fuera del hogar, lo que impacta también en los pedidos a domicilio.

Según los datos de este informe, el 65,5% de los consumidores ha reducido sus pedidos a través de plataformas de ‘delivery’ y el 6% de los usuarios ha integrado el servicio como parte de su menú semanal.

El estudio indica que 6 de cada 10 encuestados está esperando a que acabe el confinamiento para volver a los bares y restaurantes, pero el 30% apunta que gastará menos en alimentación fuera del hogar tras el confinamiento.

Asimismo, el 44% de los encuestados asegura que reducirá su inversión en entregas de comida a domicilio.

Las pautas de consumo forzadas por el Covid-19 provocarán cambios en el comportamiento del consumidor una vez pasado el confinamiento.

Ligado a la contención del gasto, el factor precio cobrará mayor importancia para el 61,3% de los consumidores, por un 58,9% que buscará productos de proximidad.

Por otra parte, el 55,4% asegura que comprará más productos para cocinar en casa. En este sentido, la mitad de los encuestados aspira a tener una alimentación más saludable en el futuro, por solo un 10% que aumentará su gasto en productos ‘premium’ tras la crisis.

Además, el hecho de priorizar la proximidad a la hora de escoger los establecimientos de compra está llevando a los consumidores a descubrir nuevas tiendas.

Así, el 56,5% de los encuestados afirma que seguirá comprando en los locales más cercanos a su hogar, y casi la mitad reconoce que podría ser infiel también a sus marcas de consumo habituales.

Del mismo modo, el 20,2% de los compradores se ha iniciado en las compras ‘online’ para productos de gran consumo y el 17,1% de los encuestados asegura que comprará más a través de este canal una vez acabe el confinamiento.

AECOC, la asociación que ha publicado este estudio, es una de las mayores organizaciones empresariales del país y la única en la que la industria y la distribución del gran consumo trabajan conjuntamente para desarrollar buenas prácticas y estándares tecnológicos que ayuden a las empresas a ser más eficientes y competitivas, aportando valor al consumidor.

La asociación engloba tanto a las mayores compañías como a las pequeñas y medianas empresas y representa sectores tan diversos como el de la alimentación y bebidas, textil, electro, ferretería y bricolaje, salud y hostelería, entre otros.

Cuenta con más de 30.000 empresas asociadas cuya facturación conjunta supone cerca del 20% del PIB nacional.

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