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Letal indefensión de los mayores: Urge crear la figura del Defensor del Mayor

Letal indefensión de los mayores: Urge crear la figura del Defensor del Mayor
El abogado Jesús Seligrat en la Academia de Jurisprudencia y Legislación, de la que es miembro. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.
22/7/2020 06:45
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Actualizado: 19/11/2020 09:26
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Del amor en tiempos de guerra nace la más bella historia de la humanidad: Vivir.

Desde lo más profundo de mi corazón, siento sangrante tristeza, grave indefensión y enraizada decepción ante la barbarie sanitaria, social y económica que las mujeres y los hombres de la Tierra estamos padeciendo.

Siento profunda decepción de los altos gobernantes y de las cuantiosas instituciones internacionales que mandan y rigen los destinos del mundo.

Desoladora indefensión, falta de garantía y vulneración integral del derecho humano a la salud, del derecho humano a la vida y del derecho a la información veraz de lo que realmente está sucediendo en el mundo, de tan cruel y despiadada barbarie vírica contra la Humanidad, letal guerra con elevado número de muertos en mujeres y hombres en su tercera y cuarta edad.

La sociedad internacional, el mundo actual, no necesitamos políticos líderes, ni gobernantes mediáticos… necesitamos gobernantes que en verdad, sepan gestionar, gobernantes capaces de emplear eficazmente la prevención sanitaria, jurídico-social y económica para evitar catástrofes como la actual, necesitamos gobernantes que sepan en verdad paliar la expansión del letal virus, necesitamos gobernantes que no vulneren el derecho a la información veraz de la barbarie sanitaria, social y económica que estamos paciendo en el mundo.

Queda nítidamente demostrado que sobran cargos e instituciones internacionales ineficaces, ya que, los hechos demuestran que no fueron capaces ni de prevenir la barbarie actual, ni de atajarla a tiempo, resultando a todas luces, que sufrimos una crónica y grave  “desorganización mundial de la salud”, una clara “desorganización de naciones”, una  triste “desunión de Estados” sufriendo en su corazón, en sus derechos, en sus libertades y en su economía, tan letal barbarie mujeres y hombres, el pueblo de a pie, que con nuestro bolsillo costeamos tan elevado número de instituciones internacionales y tan exacerbados cargos y prebendas en la sociedad administrativa internacional actual.

Los pueblos necesitamos que las instituciones garanticen el derecho humano a la salud, el derecho humano a la vida y el derecho a la información libre y veraz de la génesis, composición y origen de tal letal virus que mata vidas, economías, derechos y libertades en el mundo.

En mis más de 70 años de vida, no logro salir de tan grave y triste asombro, como defensor vocacional de los derechos humanos y de las libertades, al comprobar que tantas y tantas instituciones internacionales, organismos de control de investigación, de seguridad, de garantía internacional de la salud, no hayan sido capaces de prevenir para evitar tan bárbaro y sangriento suceso, así como, no hayan logrado evitar con eficacia, la expansión a lo largo del mundo con las adecuadas medidas de seguridad internacional, de control sanitario internacional.

LOS MAYORES MUEREN VÍCTIMAS ENVUELTAS EN INDEFENSIÓN

Lo que estamos padeciendo jamás ha existido en la historia de la humanidad, por la envergadura, magnitud y desconcierto de la ciencia médica.

La dramática situación actual contra las mujeres y los hombres, adquiere un mayor desconsuelo en los seres humanos más vulnerables, en los mayores, que en su tercera y cuarta edad mueren víctimas envueltas en indefensión, en soledad, sin poder lograr la sanación, evitando el volver a empezar en sus corazones.

Los graves acontecimientos que están sucediendo en el mundo del mayor, su precariedad, las irregularidades en residencias de mayores, mujeres y hombres en situación dependencial, deben sobrecogernos a todos, solicitando con urgencia la incorporación al ordenamiento legal internacional y nacional de la nueva figura jurídica del Defensor del Mayor que desde hace más de veinte años llevo suplicando a los distintos Estados de la tierra, así como la necesidad de un acuerdo internacional entre los distintos Estados en favor de una Carta Magna Internacional de los derechos humanos del mayor.

Como creador de la nueva figura jurídica del Defensor del Mayor con supremo respeto y en defensa de los mayores, apelo nuevamente a la incorporación de tan necesaria figura multidisciplinar internacional, con el ofrecimiento de un voluntariado social de mayores para su desarrollo y eficacia en beneficio, tutela y protección de los derechos sanitarios, jurídico-sociales y económico-asistenciales de las mujeres y los hombres en su tercera y cuarta edad.

Los mayores siempre hemos luchado a lo largo de la historia en el mundo, desde la razón y el altruismo por la defensa de los derechos humanos, por la garantía de los derechos sanitarios, de los derechos jurídico-sociales y económico-asistenciales, luchando siempre en aras de lograr una sociedad internacional más justa, luchando siempre para evitar que las libertades entren en prisión y evitar que los derechos sean sangrantemente vulnerados.

¡¡¡Sin conciencia, sin dignidad, sin derechos, sin libertades, muere criminalmente la verdad de la humanidad!!!

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