Las dificultades de interpretación del polémico contrato de Messi y el FC Barcelona
El columnista Raúl Prieto Martínez, abogado especialista en Derecho Deportivo del despacho Lawyou, analiza el caso Messi en este preciso momento. Foto: EP.

Las dificultades de interpretación del polémico contrato de Messi y el FC Barcelona

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03/9/2020 06:47
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Actualizado: 18/1/2021 14:35
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Tras lo sucedido en la semifinal de la «Champions League» ante el Bayern de Múnich y la humillante derrota sufrida por FC Barcelona, Lionel Messi a través de sus representantes legales remite burofax al FC Barcelona en el cual comunica su intención de rescindir el contrato que le unía al club, apoyándose en una clausula inserta en su contrato que supuestamente le facultaría a ello.

Y comienza la guerra…

El FC Barcelona, responde a Messi mediante burofax, indicándole que en la fecha en la cual nos encontramos, no existe la posibilidad contemplada por el jugador de rescindir el contrato de forma unilateral, esa posibilidad ya habría prescrito.

Como consta en el contrato, esa opción debería de haberse efectuado con anterioridad al 10 de junio de 2020 y no se hizo.

Los representantes del jugador insisten en la validez de la citada cláusula, según su interpretación, la fecha de la misma se habría extendido por motivos de la pandemia sufrida, que trajo como consecuencia la finalización de la temporada con posterioridad a lo habitual, concretamente en el mes de agosto de 2020 cuando el club fue eliminado de la «Champions League».

Es por ello que los representantes del jugador insisten en esa cuestión.

También se ha filtrado, por parte del entorno del jugador, que en el ultimo contrato de renovación firmado por las partes, consta la posibilidad de abandonar el club por parte del jugador sin tener que abonar la cláusula de rescisión, por lo cual el jugador podría marcharse a coste cero.

Ante esta guerra abierta entre ambas partes, podemos contemplar una serie de escenarios aún por determinar según vayan pasando los días y se vayan sucediendo acontecimientos.

De momento el jugador se ha negado a asistir a las pruebas PCR que el club tenía previstas para el pasado domingo, 30 de agosto, al igual que no ha asistido al primer entrenamiento de la era Ronald Koeman.

Entiende el jugador que ya no tiene vinculación alguna con el club y que no forma parte del mismo desde el envío del primer burofax.

La ausencia a las pruebas PCR y al primer entrenamiento del jugador ha sido calificada por parte del club como una conducta muy grave.

LALIGA DA LA RAZÓN AL BARÇA

LaLiga, con fecha 31 de agosto, ha emitido comunicado en el cual da la razón al FC Barcelona e indica que no tramitará la baja federativa del jugador si no se abona la clausula de rescisión que viene implícita en el contrato firmado por ambas partes.

El FC Barcelona, manteniéndose firme en su postura, ha anunciado que el jugador no esta a la venta y que no recibirá a ningún club para tratar la posible salida de Leo Messi.

Parece ser que el FC Barcelona tomó nota de lo sucedido con Neymar en pasadas temporadas y va a actuar en consecuencia.

El PSG pagó la cláusula de Neymar cuando se marchó, y con Messi, si realmente quiere marcharse, debería de hacerse lo mismo.

Esta situación provocó la última renovación del contrato de Leo Messi, con la subida de su cláusula de rescisión de 400 a 700 millones de euros.

Por lo tanto, si un club quiere fichar a Leo Messi deberá pagar su cláusula, según declaraciones del club.

El FC Barcelona no va a facilitar la salida del jugador al igual que no lo hizo el PSG con Neymar la pasada temporada cuando el FC Barcelona trató de volver a fichar al astro brasileño.

MESSI PODRÍA FORZAR LA SALIDA

Visto el comunicado de LaLiga y la postura del FC Barcelona, el jugador tiene aún la posibilidad de forzar una salida a través del transfer provisional que solicitaría ante FIFA.

Pudiendo el jugador recalar en otro club a expensas de solucionar el conflicto surgido entre ambas partes por la interpretación del contrato firmado.

Si el jugador decide utilizar esta vía, en ese momento la competencia para conocer del asunto pasaría de la Liga a FIFA, quien sería el encargado de tramitar la ficha del jugador y de resolver el conflicto surgido.

Si el jugador opta por esta solución, no incurriría en una posible duplicidad de fichas y podría disputar partidos con su nuevo equipo mientras el conflicto se soluciona.

PERO ES UN ARMA DE DOBLE FILO

Esta maniobra, que podría facilitar al jugador salir del club de forma inmediata, puede resultar a la larga un arma de doble filo para el club que trate de hacerse con los servicios del jugador.

Si finalmente se da la razón al FC Barcelona, el club que se hubiera hecho con los servicios del jugador podría ser condenado a pagar una clausula que podría llegar a los 700 millones de euros.

Es esta última parte la que no va a posibilitar la situación descrita con anterioridad, ningún club y menos en la temporada que vamos a afrontar podría hacerse cargo de la cifra anteriormente referida en concepto de cláusula de rescisión del jugador, ya que trastocaría el «Fair Play» Financiero de los clubes implicados.

Es por ello que si el jugador quiere marcharse del club lo deberá de hacer mediante acuerdo con el FC Barcelona.

Esta situación se va complicando según van pasando las horas ya que el FC Barcelona ha comunicado que solo se sentará con el jugador, si es para hablar de su renovación ya que el mismo tiene contrato en vigor hasta junio de 2021.

El jugador no ha emitido aún ningún tipo de comunicado ni de forma personal ni a través de sus representantes y se mantiene en el silencio absoluto a la espera de la reunión que tendrá lugar entre el FC Barcelona y el Padre del jugador.

LO QUE YO CREO

Desde mi punto de vista, el jugador no abandonará el club de forma unilateral, solo lo hará si se alcanza un acuerdo con el FC Barcelona para su salida.

Para llevar a efecto este acuerdo surgen dos problemas.

El primero reside en la dificultad de interpretación contractual y las consecuencias que se pueden derivar de la interpretación del mismo en un sentido u otro.

El segundo problema residiría en la persona del presidente del club, Josep María Bartomeu.

Él mismo no querría ser el presidente responsable de la salida por la puerta de atrás del mejor jugador del mundo, del club que le ha dado todo y al que ha pertenecido desde los 13 años.

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