Hablar del suicidio para abordar su prevención: En 2020 en España se suicidaron 3.941 personas, 11 al día
Se trata de un problema de salud pública: 2020 se convirtió en el año con más suicidios registrados en la historia de España desde que se tienen datos. Foto: Fundación Española para la Prevención del Suicidio.

Hablar del suicidio para abordar su prevención: En 2020 en España se suicidaron 3.941 personas, 11 al día

Desde Salud Mental España destacan que "es imprescindible acabar con los mitos e ideas erróneas sobre el suicidio para facilitar la desestigmatización y terminar con la culpabilización de la conducta suicida"
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14/12/2021 06:47
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Actualizado: 14/12/2021 00:38
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El suicidio de la actriz de 66 años, Verónica Forqué, ha puesto en el foco público un problema del que tradicionalmente no se ha querido hablar. Y es porque se ha creído que hablar de ello suponía incitar a otros a hacerlo. Nada más lejos de la realidad. La Fundación Española para la Prevención del Suicidio asegura que abordarlo de manera adecuada facilita la superación de ideas suicidas.

En España fallecen por suicidio una media de casi 11 personas al día, un cada dos horas y cuarto. En 2020, fallecieron por esta causa en este país 3.941, un 74% fueron varones (2.938) y un 26% mujeres (1.011).

Así, 2020 se convirtió en el año con más suicidios registrados en la historia de España desde que se tienen datos (año 1906). Respecto al año anterior se produjo un aumento de 270 defunciones.

Es la principal causa de muerte no natural en España, produciendo casi el triple de muertes que las provocadas por accidentes de tráfico; 13,6 veces más que los homicidios y 85 veces más que la violencia de género. Además, el suicidio ya es la segunda causa de muerte en la juventud española (de 15 a 29 años), detrás de los tumores.

A ello hay que sumarle los intentos y la ideación suicida, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) por cada persona adulta que decide quitarse la vida existirían otras 20 que lo han intentado. Las mujeres lo intentan tres veces más que los hombres, pero los hombres lo consuman tres veces más que las mujeres.

Todo ello, son datos del Observatorio del suicidio en España 2020, elaborado por la Fundación Española para la Prevención del Suicidio en base a los datos de las Estadísticas de Defunción por Causa de Muerte publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

España no posee ningún plan o estrategia estatal para la prevención del suicidio. El pasado 3 de diciembre, según informó la ministra de Sanidad, Carolina Darias, se aprobó la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud para el periodo 2022-2026. Llevaba 12 años sin actualizarse. La estrategia cuenta con un plan de prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida.

Desde la Confederación Salud Mental España piden un Plan Nacional de Prevención del Suicidio. Entre las medidas, reclaman la implantación de un servicio telefónico de atención al riesgo suicida, de carácter público y gratuito, evitando así iniciativas que carecen de control o atención profesional.

Además, debería servir para sensibilizar y mejorar la información a la población general a través de campañas de concienciación promovidas por instituciones públicas, medios de comunicación y entidades sociales dedicadas a la causa y ayudar a detectar precozmente el riesgo suicida.

«Es prioritario ponerse a trabajar en un plan que abarque desde la formación a profesionales de la salud, hasta la elaboración de campañas de sensibilización social y visibilización del problema para que deje de ser un tabú, pasando necesariamente por la promoción de una educación emocional, ya desde la escuela infantil», afirmaba el presidente de la Confederación, Nel González Zapico, el pasado 10 de septiembre con motivo del Día Mundial de la Prevención del Suicidio.

Desde Sanidad, lanzaron en julio del año pasado un manual de apoyo sobre ‘Recomendaciones para el tratamiento del suicidio por los medios de comunicación’. En el pasado se ha abogado por silenciar el suicidio en los medios de comunicación, entre otros motivos porque sigue siendo un tabú en la sociedad y por temor a un efecto contagio.

Sin embargo, recordaban desde el departamento, que «el tabú y el estigma que rodean a las conductas suicidas dificultan su prevención y añaden sufrimiento a los familiares y allegados».

«Parece obvio que estamos ante un problema de salud pública, y cuya tendencia es al alza, por lo que es necesario que el problema se afronte con medidas políticas que hagan que el problema este en la agenda de todos los políticos», se subraya en el Documento Estratégico para promoción de la Salud Mental: Depresión y suicidio 2020, elaborado por la Sociedad Española de Psiquiatría, Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB).

Desde Salud Mental España destacan que «es imprescindible acabar con los mitos e ideas erróneas sobre el suicidio para facilitar la desestigmatización y terminar con la culpabilización de la conducta suicida y, con ello, facilitar que las personas con ideaciones suicidas pidan ayuda».

Fuente: Documento Estratégico para promoción de la Salud Mental: Depresión y suicidio 2020

Estos mitos o ideas erróneas también son abordadas desde el Ministerio de Sanidad en su manual sobre el tratamiento de este tipo de información. Recuerda que no es cierto que todas las personas que mueren por suicidio o lo intentan sufran un problema de salud mental.

«Es cierto que las personas que sufren trastornos mentales mueren a causa del suicidio en una proporción mucho mayor que la población en general, la proporción de suicidio consumado asociado a trastorno mental es alrededor del 80-90% (múltiples trastornos mentales favorecen la aparición de tendencias suicidas), pero la cuestión que parece ser común en el suicidio es la existencia de un gran sufrimiento emocional», afirman.

No es cierto que el suicidio no se pueda prevenir al ser un acto impulsivo, como tampoco es cierto que los intentos de suicidio solo sean una forma exagerada de llamar la atención. «Este criterio peyorativo contribuye a menospreciar a la persona que se encuentra en esta situación y a no dedicar esfuerzos sociales y sanitarios para atenderla».

Tampoco es cierto que quien habla de sus intenciones suicidas no las llevará a cabo, ya que se estima que el alrededor del 75% de las personas que consuman un suicidio hicieron alguna advertencia antes de llevar a cabo la acción.

Desde Sanidad, destacan que no es correcto asociar cobardía o valentía a las personas que mueren a causa del suicidio o hacen una tentativa, ya que «las personas que mueren a causa del suicidio sufren profundamente. Es a partir de ese sufrimiento que consideran la muerte como una solución a su situación vital. Asociando este comportamiento a una cualidad negativa de las personas, se contribuye a menospreciar esas conductas y a facilitar su ocultamiento por parte de quien sufre esos impulsos».

Por ello, los pensamientos y comportamientos suicidas no son debilidades o fallos personales.»Entenderlos de esa forma va a reducir el apoyo y tratamiento adecuados por profesionales de la salud mental. Y a la inversa, asociarlo a valentía puede reforzar una conducta que pueda parecer ser considerada como digna de imitar».

Según datos de la OMS cada año cerca de 800.000 personas se quitan la vida en todo el mundo. En Europa el suicidio es uno de los mayores problemas de salud pública. Se estima que la tasa es aproximadamente de un 13,9 por 100.000 habitantes/año, en España la tasa se encuentra cerca del 10.

A nivel nacional existen recursos como el Teléfono de la Esperanza (717 003 717), que está disponible las 24 horas, todos los días de la semana, o los de la Confederación Salud Mental España, que ofrece un servicio de información y asesoramiento gratuito a través del email [email protected], la web www.consaludmental.org y de los teléfonos 91 507 92 48 y 672 370 187.

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