Andalucía recupera los niveles de litigiosidad previos a la pandemia, con el ingreso de un 12% más de asuntos que en 2020
El presidente del TSJA, Lorenzo del Río, presentó ayer la memoria de 2021 del alto tribunal andaluz. Foto: EP

Andalucía recupera los niveles de litigiosidad previos a la pandemia, con el ingreso de un 12% más de asuntos que en 2020

El TSJ de Andalucía destaca que el tiempo de respuesta y los asuntos pendientes suponen el principal problema de una justicia sobrecargada
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28/4/2022 06:47
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Actualizado: 28/4/2022 00:37
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Andalucía recuperó en 2021 los niveles de litigiosidad previos a la pandemia, con el ingreso de un 12% más de asuntos que en 2020. Los tribunales andaluces ingresaron 1.203.452 asuntos frente a los 1.078.773 de 2020, lo que revela que ha subido el nivel total de litigiosidad un 12%, aumentando en casi todos los órdenes jurisdiccionales.

Esta comunidad vuelve a estar «en los niveles más altos de litigiosidad de España, con una tasa de litigiosidad superior en un 8% a la media estatal», ha explicado el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Lorenzo del Río Fernández, durante la presentación de la memoria anual de 2021 en la Real Chancillería de Granada, sede del alto tribunal andaluz.

Si en el conjunto del Estado ha sido de 132,3 asuntos por cada 1.000 habitantes durante 2021, en el ámbito del TSJA dicha tasa ha sido de 144,1 asuntos, la segunda más alta de España.

Durante 2021 subieron los asuntos ingresados en todas las jurisdicciones, excepto en la contencioso-administrativa. La jurisdicción penal ingresó un 13% más de asuntos que en 2020 y su cifra final supone el 23% del total de asuntos ingresados a nivel nacional, lo que  sitúa a Andalucía en el segundo lugar de litigiosidad en esta jurisdicción.

La jurisdicción social ingresó un 10% más de asuntos que el año anterior y la jurisdicción contenciosa continuó con el descenso de 2020, con un 3% menos, «rompiendo la tendencia al alza tan inusual de 2019, cuando se produjo un desmesurado ingreso de asuntos en materia de extranjería», ha explicado el magistrado Lorenzo del Río.

Por su parte, la jurisdicción civil ingresó un 3% más, siguiendo la tendencia al alza desde el incremento de 2017, que obedecía a la litigiosidad derivada de las “cláusulas suelo”. «En este sentido, nuestro territorio judicial asume más del 16% del registro a nivel nacional de este tipo de condiciones generales de contratación bancaria (Andalucía registró 18.573 asuntos y a nivel nacional 116.342 asuntos)», ha detallado.

El presidente del TSJA afirma que es imposible acabar con la pendencia existente con los actuales recursos personales y el defectuoso sistema organizativo

Se mantiene la delicada situación generada en esta materia, de forma que también la estadística ha subido en Andalucía con respecto al año anterior y se ha ingresado un 22% más de este tipo de asuntos. En concreto, 18.573 procedimientos, con la siguiente distribución por provincias: Almería (1.809), Cádiz (3.858), Córdoba (1.561), Granada (1.725), Huelva (1.158), Jaén (1.649), Málaga (3.202) y Sevilla (3.611).

RESOLUCIÓN ELEVADA

También aumentaron de forma significativa los asuntos resueltos, por lo que los órganos judiciales del territorio resuelven la totalidad de los asuntos ingresados anualmente y mantienen, en general, un nivel alto de laboriosidad.

Durante 2021 los órganos judiciales resolvieron 1.239.820 asuntos, un 20% más en relación con el año anterior, quedando pendientes al final del año un total de 625.681 asuntos. Esto supone un descenso del 4% respecto a los que quedaron en trámite al final de 2020.

Pese a ello, el presidente del TSJ de Andalucía ha explicado que la carga total de trabajo, es decir los asuntos registrados más los pendientes, siempre es superior a los asuntos que se resuelven, lo que impide una valoración final satisfactoria ante la patente dificultad de rebajar el volumen de asuntos pendientes y mejorar los tiempos de respuesta de muchos órganos judiciales.

Así, manifiesta que «es difícil, por no decir imposible, acabar con la pendencia existente en los órganos judiciales andaluces con los actuales recursos personales y defectuoso sistema organizativo». Del Río sostiene que «para avanzar en la normalización de los tribunales, generalizar un rendimiento óptimo de la justicia y una reducción de la bolsa de asuntos pendientes, será imprescindible contar con nuevas plazas judiciales y mejorar los planes de refuerzo, sin olvidar la mejor optimización de ciertos órganos y recursos personales».

SOBRECARGA DE LOS JUZGADOS

La Memoria también recoge los problemas derivados de la «gran judicialización de los conflictos entre la ciudadanía, que no acude a métodos de resolución alternativos, lo que origina una sobreutilización del proceso y sobrecarga innecesaria en los Juzgados». Por ello, el TSJ reivindica la implantación de mecanismos de mediación para la solución de conflictos. Y se apuesta por una mejora sustancial de las herramientas procesales, simplificando los procesos y sus fases y, sobre todo, implantando soluciones que eviten un uso indebido del proceso, normalmente para dilatar en el tiempo una respuesta judicial definitiva.

Por este motivo, subraya que debe materializarse con urgencia el Proyecto de Ley de Eficiencia Procesal, «que introduce los medios adecuados de solución de controversias (MASC) y reforma las leyes procesales en aras a reducir la litigiosidad, impulsando un servicio público de Justicia sostenible, así como dotar de mayor agilidad la tramitación de los procedimientos judiciales». 

«De esta forma, se establece un requisito de procedibilidad en los procedimientos civiles y mercantiles, que exige haber intentado una solución consensuada con carácter previo a la interposición de la demanda», manifiesta el presidente del TSJA.

MODERNIZACIÓN DE LA JUSTICIA

Según ha explicado, las cifras recogidas en la memoria de 2021 no reflejan una realidad de la justicia en Andalucía diferente a la apreciada en las memorias de los últimos años y evidencian, de nuevo, conclusiones similares sobre tasa de litigiosidad muy significativa, «lo que lastra la reducción de la excesiva pendencia de asuntos existente en nuestros Juzgados y Tribunales, pese a que la tasa de resolución de asuntos consigue prácticamente absorber los de nuevo ingreso durante estos últimos años».

«La evolución organizativa de los tribunales, explica, no puede esperar más», sentencia Del Río, y apela a la responsabilidad de los encargados de la gestión política

Por este motivo, el presidente del TSJA apela “a la responsabilidad de los encargados de la gestión política, que ostentan la competencia y tienen la capacidad para invertir esta situación». «Nosotros cumplimos con la nuestra poniendo de manifiesto esas necesidades y ofreciendo soluciones que entendemos adecuadas para satisfacerlas”, señala-

También recuerda que «la falta de modernización del Poder Judicial, las deficiencias llamativas denunciadas año tras año, así como la necesidad de replantear la organización de la oficina judicial y sus recursos personales son reivindicaciones planteadas hace más de una década». 

En este sentido, el presidente del TSJA indica que los diversos indicadores que elabora la Comisión Europea alertan sobre nuestro defectuoso sistema organizativo y de distribución de la carga de trabajo, anclado en formas del siglo XIX. “Todos los análisis detectan problemas de institucionalidad y gobernanza, siendo necesario modificar radicalmente su organización para adaptarla a las nuevas realidades y conflictos, al tiempo que perfeccionar la gestión de los medios personales y materiales, mejorando los mecanismos e instrumentos de evaluación y rendición de cuentas ante la sociedad”, expone.

Por ello, Lorenzo del Río apuesta por el llamado ‘Plan Justicia 2030’ que «quiere modernizar y transformar la Administración de Justicia en España en torno a tres ejes de actuación: organizativo, procesal y tecnológico». Y por el proyecto de ley de Eficiencia Organizativa del Servicio Público de Justicia, que «supondría contar con medidas de agilización, tecnológicas y de medios alternativos de solución de conflictos».

“El problema es acuciante y el tiempo pasa a una velocidad de vértigo, por lo que las fuerzas políticas deben ser conscientes de su necesidad e importancia en nuestro ámbito de justicia”, concluye el presidente del TSJA.

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