Covite contabiliza 325 actos de apoyo a ETA en los seis primeros meses del año, un 406% más que en 2021
No obstante, el Colectivo, presidido por Consuelo Ordóñez, se felicita de que los 'ongi etorris' prácticamente hayan desaparecido, con solo uno en 2022.

Covite contabiliza 325 actos de apoyo a ETA en los seis primeros meses del año, un 406% más que en 2021

Fenómenos como la aparición de pintadas y pancartas de apoyo a ETA y a sus presos han aumentado un 406% respecto al mismo periodo de 2021, en el que registró 64 actos
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01/7/2022 13:03
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Actualizado: 03/10/2022 13:01
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El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha contabilizado un total de 324 actos de apoyo a ETA en los primeros seis meses de 2022 en su Observatorio de la Radicalización, un espacio web del Colectivo en el que desde 2016 se registran todos los actos relacionados con la radicalización violenta en el ámbito del terrorismo, con un mayor hincapié en el de ETA.

Según informa, el número de actos de apoyo explícito a ETA y a sus terroristas ha aumentado un 406% con respecto al mismo periodo de 2021, en el que Covite contabilizó 64 actos.

No obstante, el Colectivo considera muy positivo el dato de homenajes a la salida de prisión -‘ongi etorris’- de miembros de ETA en lo que va de 2022, ya que es el más bajo desde que se creó el Observatorio de radicalización, habiendo registrado solo un ‘ongi etorri’ en 2022: el realizado al etarra Ibai Aginaga el 13 de marzo en Berango por parte de la disidencia de ETA.

Del total de los actos de apoyo a ETA documentados, 129 han tenido lugar en Vizcaya, 106 en Guipúzcoa, 32 en Navarra, 29 en Álava, 22 en el extranjero, sobre todo en el País Vasco francés, y siete en otras provincias de España como Madrid o Barcelona.

En cuanto a la tipología de los actos, según los datos de Covite, los que más han aumentado han sido las pintadas y pancartas de apoyo a ETA, con un total de 111 registradas, así como las manifestaciones para exigir la amnistía de los etarras presos, con 116.

El resto de actos de apoyo a ETA documentados han sido 36 fiestas populares que «se instrumentalizan para lanzar proclamas a favor de ETA» –este año se ha visto con especial repercusión durante la ‘korrika’–; 22 homenajes a etarras fallecidos en el aniversario de su muerte; y 40 acciones clasificadas como «otros actos», como charlas o presentaciones de libros de etarras en espacios públicos como las casas de Cultura de distintas localidades del País Vasco o Navarra.

Covite atribuye la desaparición casi total de los ‘ongi etorris’ a su «labor constante de documentación y denuncia pública de este tipo de actos humillantes e indignos, que son los que más humillan a las víctimas», y que ha dado como resultado «el rechazo de la mayoría de la sociedad vasca, navarra y española a los ‘ongi etorris’, así como la condena de la mayoría de las instituciones y fuerzas políticas a los mismos, exceptuando a EH Bildu».

Asegura que incluso antes de la declaración que el EPPK formuló el 30 de noviembre de 2021 renunciando a hacer más ‘ongi etorris’ públicos, la izquierda abertzale «ya no tenía más remedio, desde hacía tiempo, que realizar este tipo de actos prácticamente en la clandestinidad».

«Aunque no hayamos conseguido ganar la batalla judicial, hemos ganado la batalla social, que es incluso más importante«, señala la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, hermana del concejal del PP vasco Gregorio Ordóñez asesinado por ETA el 23 de enero de 1995 en San Sebastián.

«También hemos logrado que la izquierda abertzale esté totalmente sola en la defensa de los ‘ongi etorris’, sin la comprensión ni la defensa de ningún otro sector social y político. Han recibido tanta presión que no les ha quedado otro remedio que renunciar a hacerlos en público, como aseguró el EPPK el 30 de noviembre de 2021», indica.

No obstante, Covite advierte de que todavía hay sectores en la izquierda abertzale que se resisten a dejar de «honrar públicamente a los asesinos de ETA», de ahí que el Colectivo haya registrado 22 homenajes a etarras fallecidos en lo que va de año.

En este sentido, Covite insiste en que la defensa y legitimación pública del terrorismo etarra en las calles de Euskadi y de Navarra «no está lejos de desaparecer, ni mucho menos».

«Prácticamente todos los días denunciamos pintadas, pancartas o manifestaciones de apoyo a ETA en nuestras redes sociales; la presencia de mensajes de apoyo a ETA y a los etarras en el espacio público no ha desaparecido, y resulta asfixiante», explica Ordóñez.

Reitera que «las calles y los espacios públicos en Euskadi y Navarra siempre han sido un escaparate de las reivindicaciones de la izquierda abertzale, y todavía hoy lo son».

«Centenares de jóvenes están creciendo con la idea de que los etarras son héroes. Reivindicar la amnistía para quienes están en la cárcel por crímenes gravísimos podrá ser legal, pero es un claro síntoma de anormalidad moral», subraya Ordóñez, y plantea: ¿Acaso vemos en Francia a cientos de personas en las calles pidiendo la excarcelación de terroristas yihadistas?

A juicio de COVITE, «quienes más han contribuido a esta radicalización violenta son los líderes de la izquierda abertzale, que llaman ‘presos políticos’ a los asesinos de nuestros familiares y ‘refugiados políticos’ a los etarras prófugos de la justicia, y piden su excarcelación». «En Covite no nos vamos a acostumbrar nunca a estas provocaciones de los líderes de la izquierda abertzale», apunta Ordóñez.

POLÍTICAS PEDAGÓGICAS

El Colectivo remarca, una vez más, la necesidad de que desde las instituciones públicas se impulsen políticas de desradicalización violenta ultranacionalista y se haga pedagogía para deslegitimar el terrorismo, especialmente desde las instituciones vascas y navarras.

La presidenta de Covite recrimina a las autoridades que los esfuerzos de prevención de radicalización, incluido el Plan Nacional de Prevención, «se hayan centrado durante todos estos años en el yihadismo y hayan ignorado el principal foco de radicalización que teníamos y tenemos en España, que es el ultranacionalismo vasco existente en Euskadi y Navarra».

«Las políticas públicas de desradicalización y de prevención de la radicalización violenta abertzale brillan por su ausencia», critica Consuelo Ordóñez.

Covite relaciona la radicalización violenta ultranacionalista con “más de cincuenta años de odio transmitido de generación en generación hacia todo aquel que no comparta el pensamiento fanático de la izquierda abertzale».

«Los terroristas de ETA y los políticos que colaboraron con ellos generaron consciente y calculadamente una extraordinaria red de gente fanatizada que no se ha disuelto», advierte la presidenta de Covite. Denuncia que “aunque ETA ya no mate, las ideas que llevaron a los etarras a matar siguen ahí, asumidas por una parte de la población del País Vasco y de Navarra”.

Ante esta situación, reclama a las instituciones, sobre todo a las vascas y navarras, una «mayor firmeza y determinación» para abordar este problema. “Urge que las instituciones impulsen políticas pedagógicas de deslegitimación del terrorismo y del proyecto político de ETA. Esta es la verdadera cuestión sensible para disminuir la radicalización y normalizar la democracia y la convivencia en el País Vasco y en Navarra”, afirma Consuelo Ordóñez.

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo también invoca el artículo 4 de la Ley vasca 4/2008 de reconocimiento y reparación a las víctimas del terrorismo, que “obliga a las instituciones a prevenir los actos que ensalcen el terrorismo o humillen a las víctimas”.

Apunta que la normativa aprobada el 19 de junio de 2008 establece que “los poderes públicos velarán para que las víctimas sean tratadas con respeto a sus derechos, para ello adoptarán las medidas apropiadas para prevenir y evitar la realización de actos efectuados en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, exaltación del terrorismo, homenaje o concesión pública de distinción a los terroristas”.

Asimismo, recuerda que en diciembre de 2018, el Parlamento Europeo aprobó por mayoría el informe de conclusiones de la Comisión Especial de Terrorismo y se instó a los países miembro de la UE a prohibir los homenajes a terroristas y proteger a las víctimas.

Consuelo Ordóñez, que es abogada y ha dedicado gran parte de su vida en la lucha contra ETA y su entorno, y la defensa de los derechos de las víctimas del terrorismo (memoria, verdad, dignidad y justicia), advierte que «mientras se sigan defendiendo valores antidemocráticos en las instituciones y en las calles, nuestra libertad seguirá secuestrada”.

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