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Cartas desde Londres: Así ha acelerado la Justicia en Inglaterra y Gales la jurisdicción civil

Cartas desde Londres: Así ha acelerado la Justicia en Inglaterra y Gales la jurisdicción civil
La Justicia que opera en la jurisdicción civil de Inglaterra y Gales ha conseguido darle velocidad a los procedimientos estableciendo normas a los abogados que les obligan a ser más sintéticos y claros. Así lo relata, con todo lujo de detalles, Josep Gálvez, abogado español y "barrister", en su columna. La foto corresponde a una escena de un juez de la serie de la BBC Silk. Foto: BBC.
Ha obligado a la abogacía a adoptar y seguir los "skeleton arguments" (esqueletos argumentarios); no pueden superar los 25 folios y deben contener lo cada parte va a decir al tribunal en la vista
26/7/2022 06:56
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Actualizado: 02/8/2022 01:18
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Sin duda, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis judicial es el rollazo, ese horroroso vicio que consiste en decir lo más simple de la forma más complicada.

Lo vemos todos los días en demandas y contestaciones redactados con tiempos pretéritos pluscuamperfectos de subjuntivo, conjunciones endiabladas y párrafos interminables e incoherentes, sin comas ni puntos que ponen a prueba diariamente la capacidad lectora del más pintado.

Por no hablar de la muerte súbita que pueden llegar a provocar el abuso indiscriminado de mayúsculas, negritas, subrayados, corchetes o los signos de admiración que parasitan las obras fúnebres de la inteligencia forense de nuestros días.

De ahí que en Inglaterra y Gales se pusiera coto hace ya algunos años al discutible gusto literario de la abogacía por las obras de Tolstoi y se obligara, entre otras medidas, a hablar claro y escueto mediante la obligatoriedad de los llamados ‘skeleton arguments’ (“esqueleto de argumentos”).

O dicho de otra manera, un resumen de los argumentos de cada parte.

Tal vez les parecerá una chorrada, pero lo cierto es que, desde que se introdujeron los ‘skelenton arguments’, estos se han convertido en un elemento indispensable en el proceso civil en esta jurisdicción.

De hecho actualmente se exigen en las alegaciones orales de apertura y de clausura del proceso civil, en los recursos y en solicitudes de medidas cautelares, entre otros, siendo también obligatorios en los procesos contencioso-administrativos e incluso también penales.

Los «skeleton arguments» se envían el día antes de la celebración del juicio tanto al tribunal como a la otra parte. Sobre estas líneas, una imagen de la serie de la BBC, Silk, que se emitió entre 2011 y 2014. Foto: BBC.

ESQUELETOS PARA HACER MEJOR LA VIDA PROCESAL DE TODOS

En la práctica, los ‘skeleton arguments’ son documentos que resumen lo que se dirá al juez en la vista que vaya a celebrar, conteniendo un esquema general de los argumentos de los que se vale cada parte.

Aunque algunos tribunales exigen en sus protocolos que se envíen dos días antes de la vista, o incluso más, habitualmente se hace un día antes de que se celebre, y por correo electrónico, a las direcciones designadas por el tribunal para esta cuestión.

Es importante saber que los ‘skeletons’ también deben intercambiarse con las otras partes que vayan a comparecer en la vista, por lo que es obligatorio remitir a estas un email para acordar una hora concreta para intercambiarse dichos documentos.

Todas las guías, protocolos y recomendaciones sobre cómo preparar los ‘skeleton arguments’ coinciden en contener abreviadamente los antecedentes de hecho, un resumen de las razones por las que el juez debe fallar a favor, y las razones por las que el tribunal no debería aceptar la posición contraria.

Ni más ni menos.

Y es que no tenemos que olvidar que, aunque los destinatarios de los ‘skeleton arguments’ son los jueces, ya que van dirigidos a hacer su trabajo lo más sencillo posible, los beneficios se extienden a todas las partes y profesionales intervinientes en los procesos judiciales.

Todas las guías, protocolos y recomendaciones sobre cómo preparar los ‘skeleton arguments’ coinciden en contener abreviadamente los antecedentes de hecho, un resumen de las razones por las que el juez debe fallar a favor, y las razones por las que el tribunal no debería aceptar la posición contraria

Por el contrario y, como veremos a continuación, la presentación de escritos largos y tediosos solamente harán cabrear a Sus Señorías o incluso peor: que no tengan tiempo de leer el ‘skeleton’, en perjuicio de todos, pero sobre todo de la parte incumplidora,

No solamente porque perderá una fantástica oportunidad, sino que esa falta de cumplimiento de las obligaciones procesales tendrá su correspondiente reflejo en las costas procesales.

O sea que usted mismo.

«Aunque los destinatarios de los ‘skeleton arguments’ son los jueces, ya que van dirigidos a hacer su trabajo lo más sencillo posible, los beneficios se extienden a todas las partes y profesionales intervinientes en los procesos judiciales», según el autor de la columna, Josep Gálvez.

EL ASUNTO ‘INPLAYER LTD & ANOR Y THOROGOOD’

El camino de los ‘skeleton arguments’ no ha sido precisamente fácil.

Muy al contrario, cuando fueron introducidos en el proceso civil, muchos abogados vieron en ello la oportunidad para seguir perpetuando sus mamotretos.

En efecto, estos abogados cayeron en la tentación de reiterar en ese escrito los rollos elefantiásicos de toda la vida para desesperación de todos.

Y ahí es donde chocaron la cruda realidad del propio Lord Jackson, juez de la ‘Court of Appeal’ de Inglaterra y Gales y, a la par, impulsor de las importantes modificaciones procesales en esta jurisdicción.

La gota que colmó el vaso judicial fue en el asunto Inplayer Ltd & Anor v Thorogood [2014] EWCA Civ 1511, cuando la ‘Court of Appeal’ intervino definitivamente. y con evidente cabreo, para poner fin al rollazo de los abogados, bajo pena de imposición de costas procesales.

Y es que Lord Jackson advirtió que las modificaciones del proceso civil para que fuera más eficiente y rápido no se habían entendido en la profesión, por lo que amargamente se quejaba en la sentencia:

“Las amonestaciones suaves a los abogados y los comentarios amables en las sentencias no han tenido ningún efecto.

«En esencia, el esqueleto de un recurrente debe proporcionar una introducción concisa y fácil de usar, en beneficio de los tres jueces que, probablemente, no habrán tenido ninguna participación previa en el caso», explicó Lord Jackson, de la «Court of Appeal»

«Por lo tanto, muy a mi pesar, debo hablar con más franqueza«.

Así, Lord Jackson explicó en qué consisten los ‘skeleton arguments’ y qué recibió el tribunal en cambio:

«En esencia, el esqueleto de un recurrente debe proporcionar una introducción concisa y fácil de usar, en beneficio de los tres jueces que, probablemente, no habrán tenido ninguna participación previa en el caso.

«El esqueleto debe exponer los puntos que se van a argumentar de forma clara y concisa, con referencias cruzadas a los documentos y sentencias pertinentes, en la forma prescrita por la Dirección Práctica 52A párrafo 5.

«Y en un caso sencillo como éste, el esqueleto argumental sería, o al menos debería ser, mucho menos de 25 páginas».

“Esta tarea” -continuó Lord Jackson- «no es ciencia aeroespacial y sólo requiere unos minutos de reflexión y planificación clara antes de empezar».

Según cuenta la sentencia, muy al contrario de las normas procesales, el ‘skeleton arguments’ del recurrente comprendía «35 páginas de divagación incoherente a través de las cuales el lector debe esforzarse por localizar los hechos, cuestiones y argumentos pertinentes».

Como se imaginarán el resultado de ese horror fue que, aunque el recurrente ganó el caso, no pudo recuperar las costas correspondientes a su preparación.

Y eso es bastante dinero en esta jurisdicción, donde todo se mide en tiempo y sobre todo en dinero.

Dos ejemplos de esqueletos argumentarios. El de la izquierda corresponde a una demanda. El de la derecha a la petición al juez para pedir permiso para apelar –en Inglaterra y Gales, a diferencia de España, es parte del procedimiento, como ha ocurrido en el caso de la demanda de Corinna contra el Rey Emérito–.

EL ASUNTO ‘HAGUE PLANT LTD Y HAGUE & ORS’

Otra importante llamada de atención a los abogados rolleros se produjo ese mismo año y ante el mismo tribunal de apelación en el asunto Hague Plant Ltd contra Hague & Ors [2014] EWCA Civ 1609.

En esa ocasión fue Lord Clarke quien tuvo la oportunidad de dar cuenta del horror en el que se había convertido el ‘skeleton arguments’ de la apelación al decir, sin tapujos, que “los profesionales, en ocasiones, han perdido de vista que el objetivo de los alegatos es ayudar al tribunal y a las partes.

Y así se quejaba con evidente razón de que: “Se redactan documentos de interminable extensión y difusos y de llamativa falta de precisión, que a menudo están destinados a no ser nunca referidos en el juicio, […] Es hora, en este ámbito, de volver a lo básico».

En este sentido, la ‘Court of Appeal’ ratificó la decisión de la primera instancia, indicando que el escrito era “desproporcionado en el sentido de que no conduciría al litigio a un coste proporcionado y llevaría a gastar más tiempo judicial a expensas de otros litigantes«.

EL EXCESO DOCUMENTAL EN EL CASO ‘SEAGROVE Y SULLIVAN’

Nuevamente la ‘Court of Appeal’ intervino en el que, seguramente, sea el caso más llamativo sobre el exceso en la aportación documental durante un proceso civil, donde se discutía acerca de la propiedad sobre una finca de más de un millón de libras esterlinas.

En efecto, como señala la sentencia en el asunto Seagrove v Sullivan [2014] EWHC 4110 (Fam), poco antes de iniciarse el juicio, el tribunal recibió nada menos que cinco grandes legajos (‘bundles’) de documentos, que comprendían más de 2.000 páginas, así como otros dos grandes fajos documentales y uno más «delgado» que contenía nada menos que treinta y dos citas de casos (las llamadas “authorities” que forman el derecho de Inglaterra y Gales).

Y nos dice su ponente, el juez Sir Holman que además:

«Por si eso no fuera suficiente, esta mañana me quedé francamente estupefacto cuando los abogados llegaron al tribunal sobre las 10:10 horas con otra gran caja de cartón que contenía otros cinco grandes legajos de documentos adicionales».

Como es normal, tanta documentación superaba con creces la cantidad establecida en las instrucciones prácticas procesales, por lo que Sir Holman ordenó que se retiraran casi la totalidad de los papeles y que las partes volvieran al día siguiente reduciéndolo a un máximo de 300 páginas y no más de cinco citas de autoridades.

Y vaya si lo cumplieron.

La cuestión es que, como habrán visto en todas estas sentencias, en la jurisdicción civil de Inglaterra y Gales siempre se tienen en cuentan dos variables fundamentales procesales: el tiempo y el dinero.

Tanto desde el punto de vista del juez para el mejor desempeño de sus funciones, como de los abogados y sobre todo de las propias partes intervinientes, que son las más interesadas en mantenerlas cuánto más reducidas, mejor.

O en otras palabras, más ‘rock’ y menos ‘roll’.

Hasta la semana que viene.

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