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Opinión | Borgen: el difícil liderazgo en un gobierno de coalición

Opinión | Borgen: el difícil liderazgo en un gobierno de coalición
La actriz Sidse Babett Knudsen es Birgitte Nyborg en la serie 'Borgen', una de las mejores series para entender la política actual.
18/2/2024 06:33
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Actualizado: 18/2/2024 07:06
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Gobernar un país en coalición no es fácil, es un ejercicio de equilibrio constante y destreza política. En un escenario donde no existe una mayoría clara, cada decisión se convierte en una dura negociación, donde muchas veces hay que ceder pasar sacar adelante el proyecto político.

Algo a lo que nos hemos acostumbrado a ver en los últimos años aquí, en nuestro país, primero en una coalición entre PSOE y Podemos, y, ahora entre el PSOE y Sumar.

Las dificultades son múltiples: desde conciliar visiones políticas a menudo divergentes hasta satisfacer las demandas de distintas facciones, cada una con sus propios intereses y agendas.

Las disputas internas son habituales, ya que las partes de la coalición pueden tener prioridades diferentes o incluso contradictorias.

Estas diferencias pueden llevar a enfrentamientos abiertos, donde se juega no solo el futuro de ciertas políticas, sino también la cohesión y estabilidad del gobierno.

Las cesiones son inevitables y a menudo dolorosas. Cada partido debe renunciar a parte de su programa de gobierno para llegar a acuerdos.

Esto puede ser percibido por las bases de los partidos como una traición a sus principios, lo que a su vez puede generar tensiones y descontento entre los votantes y militantes.

Además, las presiones externas son constantes. Los medios de comunicación, los grupos de interés y el público en general observan y critican cada movimiento. Los partidos de la coalición deben justificar continuamente sus compromisos y colaboraciones, lo que puede desgastar la imagen pública de los políticos y erosionar la confianza en el gobierno.

Algo que por desgracia observamos más de lo que nos gustaría.

No obstante, los gobiernos de coalición también pueden ser una oportunidad para la cooperación y el diálogo. El éxito depende de la habilidad para negociar, la voluntad de hacer concesiones -evitando que éstas erosionen toda la agenda política- y la capacidad de mantener, pese a todo, una visión global, de conjunto.

Todo eso lo refleja con habilidad la serie danesa “Borgen”, donde se reivindica la política, con mayúsculas, sin edulcorar, desde un punto de vista realista y, muchas veces, pragmático.

Birgitte Nyborg (la actriz Sidse Babett Knudsen), reivindica la política, con mayúsculas, sin edulcorar, desde un punto de vista realista y, muchas veces, pragmático, Sin olvidar que los políticos también son personas, con problemas familiares.

“Borgen” ofrece una mirada realista y pragmática del poder político

Retrata la política en Dinamarca a través de la historia de la primera mujer que logra ser primera ministra de Dinamarca, Birgitte Nyborg, líder del Partido Moderado, un partido bisagra, que logra formar un gobierno de coalición (verdes, laboristas y moderados).

“Borgen” ofrece una mirada realista y pragmática del poder político. Refleja de manera magistral cómo surge un líder político, cómo alcanza el poder y qué deberá hacer para conservarlo.

Detalla cómo son las intrigas políticas, las interioridades del poder y la relación entre la primera ministra danesa con sus adversarios políticos, sus asesores y sus ministros.

«Tal vez sea un poco inocente, pero me imaginaba que tendría que esperar más de 100 días antes de mentir al país», Birgitte Nyborg

Igualmente, plasma con maestría cómo el carácter dialogante es lo más importante cuando no se tiene mayoría parlamentaria.

En este contexto, serán imprescindibles el liderazgo y el poder de persuasión para llevar a buen puerto el programa de Gobierno y cuánto tendrá que ceder para llevarlo a buen puerto, algo que irá aprendiendo la protagonistas según avanzan los episodios.

La primera ministra cuenta con muchas de las características que definen a un buen líder: competencias, carisma, visión de futuro, integridad, confianza, buen comunicador, conocimiento de las técnicas de gestión, capacidad de negociación….

Por eso es capaz de desplegar con maestría el diálogo con las distintas fuerzas políticas. Allí, en Dinamarca, las negociaciones y los acuerdos están al orden del día; no en vano, hace más de un siglo que no gobierna un solo partido por mayoría absoluta.

El uso del poder duro

“Borgen” explora los compromisos y sacrificios que los líderes políticos deben hacer para mantenerse en el poder. Muestra el proceso por el que el juego político va devorando los principios morales y los ideales de la primera ministra, dejando vislumbrar al espectador las disyuntivas morales a las que se enfrenta en cada decisión.

Constata el difícil equilibrio entre el proyecto de gobierno y el ejercicio del poder. Así lo reconocerá al enfrentarse su primera crisis de seguridad nacional al filtrase unos vuelos secretos de la CIA en un base militar de Groenlandia. «Tal vez sea un poco inocente, pero me imaginaba que tendría que esperar más de 100 días antes de mentir al país»

Junto a a la protagonista, Birgitte Nyborg destacan dos figuras claves para ella: Bent Sejrø, su mentor, su ancla, «mi más severo crítico y mi mayor ídolo», como ella lo define, y Kasper Juul, su jefe de prensa, al que califica como «un príncipe de las tinieblas».

La protagonista preside Dinamarca y se afana, día a día,  por mantener unida su coalición de gobierno.

Aprende a analizar situaciones y contextos, a asumir su responsabilidad, a tomar decisiones, convirtiéndose en una auténtica lideresa ejecutiva.

Nyborg afronta con resolución los problemas que surgen tras el desgaste electoral y político de su gobierno, presionando a sus adversarios y sacrificando —pese a su conflicto moral— a algunos peones del tablero político, incluido su fiel mentor: «Esto es política, Bent, necesito que dimitas» o su matrimonio.

O cómo en un enfrentamiento dialéctico con su jefe de prensa, le deja claro que no cederá para salvarlo si se equivoca:

Birgitte Nyborg: Kasper, un jefe de prensa nunca debe ser una carga para el Gobierno. No puedo hacer sacrificios políticos para salvarte. Así, por el bien de nuestro futuro trabajo juntos, Kasper, espero que sepas arreglártelas.

Nyborb sufre la frustración, el miedo, el abandono, la traición, la soledad y la dureza del liderazgo.

En la serie son constantes los procesos de negociación entre la Administración de Nyborg, sus compañeros de coalición y la oposición.

Ella conoce y acepta los mecanismos básicos del poder e intenta mantener precario equilibrio de su Gobierno. Y son, precisamente, sus compañeros de coalición [cómo no] los que más problemas suelen darle con sus cuitas por las cuotas de poder.

En cambio, con la oposición la cosa se centra más en asuntos de fondo, ideológicos o de desgaste de su proyecto político. No le apoyan en asuntos claves como la salida de las tropas danesas de Afganistán; la reducción de la edad de responsabilidad penal o la reforma sanitaria.

Aunque en este último asunto el líder de la oposición le ofrece una tregua por la situación médica de la hija de la primera ministra y apoya esa medida de «Sanidad para todos».

Pero las presiones, cesiones y chantajes van haciendo mella en la gestión de gobierno. Nyborb sufre la frustración, el miedo, el abandono, la traición, la soledad y la dureza del liderazgo.

Pese a todo, consigue mantener, en la mayoría de las ocasiones, intactos sus principios, sus valores y su compromiso con la sociedad danesa. Aunque no siempre…

Y es que como aseguraba Abraham Lincoln, «Puedes engañar a todos algún tiempo, y a algunos todo el tiempo; pero no puedes engañar a todos todo el tiempo».

Y esto es algo que los líderes políticos deberían esforzarse en aprender. Sin embargo, a algunos les cuesta…

“Borgen” demuestra cómo los líderes políticos tienen que ser capaces de sacar adelante su proyecto de Gobierno, combinando a la perfección el poder duro y el blando

El llamado síndrome de Clío

La protagonista de “Borgen”, como le ocurre a la mayoría de los dirigentes políticos, sufre el llamado síndrome de Clío, en honor a la musa de la Antigua Grecia que ofrecía la gloria.

Algo que Santiago Navajas define como: “El delirio prometeico de querer empezar de cero, de creerse el salvador de algo, en lo que se mezcla la ilusión de la esperanza con la diabólica soberbia de pasar a la Historia, es decir, de ser reconocido, admirado y, ¿por qué no? susurra la serpiente al oído, venerado”.

Un síndrome, o una búsqueda de gloria, que en “Borgen” apreciamos cuando la primera ministra intenta durante toda la segunda temporada sacar adelante un ambicioso proyecto de gobierno, que lleva por nombre «Un futuro común».

O cuando, intenta conseguir un acuerdo de paz entre dos repúblicas africanas ficticias (Kharum del Norte y Kharum del Sur), que sobre el mapa serían Sudán y Sudán del Sur.

Un acuerdo que logra gracias a la información privilegiada que le aportan el mayor empresario de Dinamarca y una investigación periodística.

BORGEN
La actriz Sidse Babett Knudsen es Birgitte Nyborg en la serie ‘Borgen’ ‘Borgen’ es un drama político de la televisión danesa, donde se reivindica la política, con mayúsculas, sin edulcorar, desde un punto de vista realista y, muchas veces, pragmático.

No conviene olvidar que el poder lo otorgan las urnas

El liderazgo político se consigue porque muchas personas, con sus votos, les confieren el poder. Se trata de un poder delegado, «prestado», sujeto a la confianza del electorado.

Por ello, los políticos deben cumplir las promesas y los compromisos electorales, de no ser así, el electorado les «castigará» en las urnas.

“Borgen” demuestra cómo los líderes políticos tienen que ser capaces de sacar adelante su proyecto de Gobierno, combinando a la perfección el poder duro y el blando, logrando alcanzar lo que Nye denomina «poder inteligente», una mezcla de los tres tipos de liderazgo que propuso Eric Berne (responsable, ejecutivo y psicológico). Un líder conoce sus fortalezas y las aprovecha al máximo.

Por supuesto, también sabe cuáles son sus debilidades y busca subsanarlas. Conocer estas debilidades y fortalezas es imprescindible para desarrollar con éxito cualquier profesión, incluso la política. Aunque en el camino se puedan perder demasiadas cosas.

La protagonista, Nyborg, sabe ejercer su liderazgo con responsabilidad, con amplitud de miras. No entiende el poder como un fin, sino como una herramienta. Y eso se aprecia al final de la tercera temporada, cuando tras las elecciones, y con solo 13 escaños, las distintas formaciones políticas le plantean la posibilidad de liderar el país.

Sin embargo, ella no está dispuesta a aceptarlo a cualquier precio. Así se lo expresa al primer ministro en funciones y líder del Partido Liberal (Lars Hesselboe), en la sala de prensa de Christiansborg.

Birgitte Nyborg: Me han ofrecido ser primera ministra.

Lars Hesselboe: ¿Con 13 escaños?

 — Birgitte Nyborg: La gente hace locuras a estas horas de la noche, Lars. Pero creo que debemos trabajar por un buen gobierno estable, creíble y responsable contigo como primer ministro, con unas condiciones muy claras. Formar un gobierno de centro.

Lars Hesselboe: Estoy seguro que podemos llegar a un acuerdo.

 — Birgitte Nyborg: Los daneses lo agradecerán.

Eso sí, se asegura el puesto de ministra de Asuntos Exteriores…, y es que el poder es muy atractivo, por eso a muchos políticos les cuesta tanto abandonar sus sillones.

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