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Opinión | Puigdemont ni puede ser investido presidente de la Generalitat de Cataluña ni presionar más a Sánchez
18/5/2024 06:30
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Actualizado: 17/5/2024 21:42
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En España, como en otros países, el hecho de ser segunda fuerza en unas elecciones no impide a su candidato ser investido como presidente o jefe del Gobierno si se obtienen más apoyos parlamentarios que la primera fuerza, si esta no alcanza la mayoría absoluta.
El sistema electoral español, tanto el general como el catalán, lo permiten, y es algo habitual a nivel autonómico y local.
En lo único que tiene razón Carles Puigdemont es en que teóricamente podría ser investido presidente de la Generalitat de Cataluña, pese a que su partido es la segunda fuerza parlamentaria, como fue Sánchez en las generales.
Pero hay una diferencia abismal entre ambos, y es la de quienes apoyaron a Sánchez y quienes teóricamente podrían apoyar a Carles Puigdemont.
Pedro Sánchez podía obtener y obtuvo votos tanto a su derecha como a su izquierda, alcanzando la mayoría en el Congreso, en detrimento de Alberto Núñez Feijóo, cuyo partido, el PP, fue la lista más votada y con más escaños, pero sin votos suficientes para ser investido presidente.
Sánchez fue apoyado por toda la izquierda, tanto de ámbito estatal como autonómico, por afinidad ideológica en política social y económica, y por la derecha nacionalista, PNV y Junts, representantes de las burguesías económicas vasca y catalana.
A pesar de sus diferencias de visión económica y social, querían obtener beneficios para sus intereses a través de la reforma penal que eliminase el delito de sedición, aunque continúa vigente el delito de prevaricación, aplicable en caso de una convocatoria de referéndum o de una declaración de independencia unilateral, además de la vigencia del ya célebre y eficaz artículo 155 de la Constitución.
Sobre todo, querían que se aprobara una amnistía para todos los condenados por el «procés», al margen de cuál sea su definitivo alcance judicial.
LO EVIDENTE QUE NADIE PARECE VER
Por eso Sánchez obtuvo los apoyos que necesitaba para alcanzar la Presidencia del Gobierno, cargo de gran estabilidad política, pues si alguien se arrepintiese de ello, y esto lo digo por Carles Puigdemont, no podría revocar ese apoyo con arreglo a la Constitución, salvo que lo hiciera con una moción de censura que invistiese ineludiblemente a otro candidato, que en este caso solo podría ser Núñez Feijóo, junto al voto del PP y Vox, algo que parece imposible actualmente.
Por lo tanto, no podría Puigdemont presionar a Sánchez por esta vía, aunque otra cuestión es si puede gobernar, legislar y, algo muy importante, aprobar presupuestos con tal amalgama de apoyos de grupos opuestos ideológicamente en lo económico y social, y con intereses territoriales también enfrentados. Por poner dos simples ejemplos: la contribución de los territorios con concierto económico al sostenimiento de las pensiones de la Seguridad Social y los trasvases de agua de las cuencas de ríos de una comunidad a otra.
Dicho esto, como dice Pedro Sánchez, a Puigdemont no le dan los números para ser investido presidente de la Generalitat de Cataluña. Si lograse obtener todos los votos de los grupos nacionalistas, no le alcanzarían para ser investido, pues tendría 61 escaños y se necesitarían 68.
¿Qué pretende, que le apoye la primera fuerza política catalana, o sea, el PSC?
No tiene sentido, pues no coinciden en la visión social y económica, de izquierdas los socialistas y de derechas Junts, ni en la visión de Estado, secesionista el Junts actual y autonomista dentro de la Constitución el PSC.
Repito, Puigdemont no puede presionar a Sánchez con no apoyarle en las Cortes Generales, pues no solo no le va a hacer una moción de censura con el apoyo del PP y Vox, sino que, dada su ideología de derecha económica, es muy difícil que lleguen a acuerdos presupuestarios en los que es necesario además el apoyo de la izquierda radical de Sumar, Bildu y el BNG.
QUE EL PP APOYE A SALVADOR ILLA
Primero, no creo que personas que han estado en prisión provisional durante el juicio del «procés», como Oriol Junqueras, por el peligro de fuga que implicaba la egoísta huida de Puigdemont, vayan a prestar con entusiasmo, por decir algo, apoyo a las pretensiones de Puigdemont de volver al poder.
Esto lo dije en directo en TV3 de Cataluña, en el programa «Preguntas Frequents», y lo mantengo pese al rechazo manifiesto de seguidores de Puigdemont.
Por cierto, esto también lo ha comentado algún cualificado abogado defensor en tal juicio.
Segundo, el PP, si tuviera suficiente sentido de Estado y visión política, debería ser coherente y apoyar, si hiciera falta, a Salvador Illa.
Todo menos hacerlo indirectamente a Puigdemont, cuya posición actual sigue siendo contraria a la unidad del Estado y que desea repetir elecciones si no le invisten como presidente, aprovechando la coyuntura de crisis de liderazgo de Esquerra Republicana (ERC), partido pragmático y pactista, con el coste que ello supone frente a los radicalismos que no llevan a ninguna parte.
Ojalá Cataluña entre por fin en una fase en la que prime la gestión necesaria de los temas públicos por encima de las ambiciones personales disfrazadas de un insolidario identitarismo tan costoso para el ciudadano.
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