Los herederos del sultán de Sulu son ahora libres para arrendar el territorio a China o Filipinas, afirma su abogado
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12/11/2024 09:35
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Actualizado: 14/11/2024 00:10
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Paul Cohen, el abogado de los «herederos» del extinto Sultanato de Sulu, afirma que la reciente victoria de Malasia en el Tribunal Supremo de Francia es un «espectacular gol en propia meta».
Desde su punto de vista, la decisión de Tribunal Supremo galo de desestimar un recurso de los demandantes sobre un fallo anterior, que anulaba un «laudo final» de casi 15.000 millones de dólares del árbitro español, Gonzalo Stampa, ahora significa que sus clientes son libres de arrendar Sabah a otras naciones, incluyendo China y Filipinas.
En un correo electrónico enviado al periódico malayo, New Straits Times, con base en la capital, Kuala Lumpur, Cohen explica que el laudo final de Stampa implicaba, en efecto, que los herederos renunciarían a sus «derechos» sobre Sabah a cambio de los 15.000 millones de dólares.
Según Cohen, “si los malasios aceptan la sentencia de la corte francesa, están aceptando que la soberanía de Sabah recae en los descendientes del sultanato de Sulu», publica el periódico.
Y añade: «cada decisión judicial en este caso, incluyendo las de Francia, ha concluido que existía un contrato de arrendamiento, un acuerdo de uso de Sabah».
Cohen añade que «nadie discute que el arrendamiento dependía del pago, y que Malasia rompió el contrato al dejar de pagar (de hecho, Malasia lo admite con gusto)».
La solución que el árbitro propuso fue rescindir el contrato y compensar a los herederos de Sulu por la pérdida de su territorio.
Sin embargo, «si el tribunal francés concluye que el mecanismo para resolver disputas del arrendamiento ha caducado, los herederos de Sulu serían libres de terminar el contrato en sus propios términos y disponer de Sabah como deseen”.
LA POBLACIÓN DE SABAH VOTÓ EN 1963 EN REFERÉNDUM UNIRSE A MALASIA
El Sultanato de Sulu dejó de ejercer control formal sobre el territorio de Sabah, ubicado en el noreste de Borneo, a finales del siglo XIX. En 1878, el sultán de Sulu firmó un acuerdo con la Compañía Británica de Borneo del Norte, permitiendo a la empresa administrar Sabah a cambio de un pago anual al sultán y sus herederos.
Más adelante, en 1946, el Reino Unido tomó control directo de Sabah, estableciéndolo como una colonia británica tras la Segunda Guerra Mundial.
Cuando la Federación de Malasia se formó en 1963, Sabah se unió formalmente a Malasia después de un referéndum en el que la mayoría de la población de Sabah apoyó esta incorporación. Desde entonces, Malasia ha considerado Sabah como una parte integral de su territorio.
Cohen argumenta que esta «integración» no invalida los derechos del antiguo Sultanato de Sulu. El mismo gobierno malayo ha reconocido el acuerdo de arrendamiento, que dejó de pagar a los herederos del sultán de Sulu.
Al anular este laudo y dar por caducado el mecanismo de resolución de disputas, el tribunal francés ha dejado abierta la puerta para que los herederos del sultán de Sulu terminen el contrato. Lo que significa que, potencialmente, Sabah podría ser arrendado a países que tienen sus propios intereses estratégicos en la región.
El abogado comenta en la misiva a periódico que la ministra del Departamento del primer ministro (Reforma Legal e Institucional), Datuk Seri Azalina Othman Said, «encontrará desagradable» si los «herederos» deciden «transferir el arrendamiento a otro inquilino», como Filipinas, China o incluso Brunéi.
“El arbitraje les impedía hacer esto, ya que establecía un mecanismo específico para resolver el conflicto (resolución del contrato más compensación). Sin ese mecanismo, Sabah queda libre para cualquier uso», subraya.
Las palabras de Cohen han encendido una rápida respuesta. Azalina, sin vacilar, calificó todo el asunto como el “fraude de Sulu”, afirmando que Malasia debe prepararse para futuras maniobras que busquen cuestionar la decisión del tribunal.
Pero la pregunta sigue ahí, desafiando a Malasia y a todo observador internacional: ¿ha dejado el fallo de la corte francesa a Sabah vulnerable a nuevas disputas de soberanía?
Aunque visto desde otro punto de visto, Cohen podría estar enviando un mensaje al gobierno malayo para llegar a un acuerdo monetario, satisfactorio para todas las partes, con el cual se cerraría la amenaza a la soberanía sobre ese territorio y la injerencia exterior, mediante acuerdo comercial, lo que parece estar sugiriendo el abogado.
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