Estas son las principales redes de cooperación judicial, fundamentales contra el crimen transnacional
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13/11/2024 05:35
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Actualizado: 12/11/2024 19:34
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En un mundo donde el crimen carece de fronteras, las redes judiciales internacionales se han convertido en instrumentos cruciales para los sistemas de justicia de todo el mundo, facilitando la cooperación y coordinación en la lucha contra el crimen transnacional.
Las redes se basan en tres elementos centrales:
a) Los puntos de contacto, que son jueces, o autoridades centrales de la cooperación judicial internacional, designados por los países que participan en la red y que tienen la misión de actuar como intermediarios o facilitadores poniendo en contacto a los jueces o fiscales de los distintos países
b) Las reuniones periódicas y frecuentes entre los puntos de contacto de los países pertenecientes a la red para crear confianza mutua y conocimiento mutuo.
c) Los procedimientos informales de comunicación, complementarios de los procedimientos formales (comisiones rogatorias, extradiciones, órdenes europeas), para resolver problemas y preparar de manera ágil la ejecución de las solicitudes de cooperación internacional.
Unas redes, especialmente importantes, en órganos como la Audiencia Nacional, la Fiscalía Anticorrupción o la Fiscalía contra la Criminalidad Informática, entre otras.
A pesar de su relevancia, su conocimiento entre jueces y fiscales en España sigue siendo limitado, lo que representa un desafío en la efectividad de la justicia global.
Enfrentar el crimen transnacional de manera efectiva depende en gran parte de nuestra capacidad para trabajar juntos a través de estas redes.
La Red Judicial Europea (RJE): Un puente entre jurisdicciones
La Red Judicial Europea es un ejemplo destacado de cómo estas redes pueden mejorar la eficacia del sistema judicial. Operando como un puente entre las autoridades judiciales de los países europeos, la RJE facilita la cooperación judicial, reduce los retrasos y mejora la eficiencia en la tramitación de solicitudes judiciales.
Este mecanismo permite una interacción directa y mucho más rápida que los canales diplomáticos tradicionales.
La red no solo abarca a los países miembros de la UE, sino que también incluye a naciones no miembros como Suiza, Noruega, Islandia, Turquía y el Reino Unido, garantizando una cooperación judicial extensa y eficaz.
España tuvo un papel muy activo en la creación de la Red Judicial Europea, que al CGPJ se debe la iniciativa que condujo a la creación de IberRed y que la Fiscalía General del Estado y el Ministerio de Justicia apoyaron muy activamente los esfuerzos para poner en marcha los mecanismos de coordinación global de redes.
Y que el Consejo General del Poder Judicial facilitó que un magistrado español se incorporase a Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) durante varios años, asumiendo el impulso y desarrollo de las redes y su conexión global.
En la Red Judicial Europea, España participa con distintos puntos de contacto del Ministerio de Justicia, del CGPJ y de la Fiscalía.
Su principal objetivo es optimizar los procesos de asistencia legal mutua en casos penales, a través de herramientas que permiten realizar consultas previas y obtener retroalimentación sobre los borradores de solicitudes, ajustando así las mismas a los requisitos legales del país destinatario.
Los magistrados utilizan la RJE para obtener asesoramiento sobre cómo adaptar sus solicitudes a las normativas del país receptor, facilitando un trámite más ágil y evitando errores comunes que pueden retrasar los procesos.
Además, en casos urgentes, la red permite el uso de ejemplares escaneados de las solicitudes, lo que acelera los procedimientos judiciales incluso antes de que los documentos originales lleguen a las autoridades receptoras.
Bajo el paraguas de Naciones Unidas: la UNODC
Extendiendo la mirada más allá de Europa, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en un esfuerzo coordinado para combatir el crimen transnacional, ha desempeñado un papel clave en la creación de redes judiciales internacionales destinadas a fortalecer la cooperación judicial en todo el mundo.
Entre las más destacadas se encuentran la Red Judicial de Autoridades Centrales y Fiscales de África Occidental (WACAP), la Red de Cooperación Judicial de Asia Central y el Cáucaso Sur (CASC) y la Red Judicial del Sudeste Asiático (SEAJUST) que han mostrado resultados efectivos en la lucha contra delitos como el tráfico de drogas, la trata de personas, el terrorismo y otros crímenes graves.
Todo el mundo conoce que Asia Central enfrenta desafíos críticos como el tráfico de heroína desde Afganistán y el aumento del terrorismo y extremismo violento y ahí, redes como CASC, son vitales para combatir estos crímenes.
Estas redes, inspiradas en el modelo de la Red Judicial Europea, mejoran los procesos de asistencia legal mutua y extradición, ofreciendo un marco judicial más eficiente para manejar estas complejas solicitudes transnacionales, promueven la capacitación de jueces y fiscales, ofrecen una plataforma para el intercambio de mejores prácticas y fomentan una respuesta más rápida y coordinada a los crímenes transnacionales.
Al igual que la RJE, estas redes permiten a los jueces y fiscales consultar borradores de solicitudes de cooperación judicial (como extradiciones o comisiones rogatorias) antes de enviarlas, lo que permite ajustar los documentos a las especificidades de la legislación del país receptor y evitar retrasos.
Otras redes relevantes: SEEPAG e IberRed
Además de estas redes, existen otras iniciativas que promueven la cooperación judicial internacional. Entre ellas se encuentra SEEPAG (Grupo Consultivo de Fiscales del Sudeste Europeo), que facilita la cooperación judicial en los Balcanes Orientales.
Funciona como un foro para que los fiscales de la región (Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Grecia, Hungría, Macedonia del Norte, Moldavia, Montenegro, Rumanía, Serbia y Eslovenia) puedan intercambiar información, analizar casos complejos y coordinar estrategias conjuntas de investigación.
Los miembros de la red se reúnen periódicamente para compartir experiencias y colaborar en la resolución de casos transnacionales, lo que mejora la eficiencia en la aplicación de la ley. Su funcionamiento es similar al de la Red Judicial Europea.
Además, una red muy importante, sobre todo para nuestro país es IberRed (Red Iberoamericana de Cooperación Jurídica Internacional), una red de cooperación judicial que conecta a los países iberoamericanos, facilitando la asistencia judicial mutua en áreas clave como el derecho penal, civil y comercial.
Creada en 2004, IberRed promueve la colaboración entre los sistemas judiciales de América Latina, España, Portugal y Andorra, permitiendo la resolución de casos transnacionales de manera más ágil y eficiente.
Cuenta con una plataforma digital que facilita la transmisión digital de las comisiones rogatorias, con firma electrónica, con el mismo valor que los documentos originales con firma manuscrita.
IberRed es fundamental para resolver casos de asistencia legal mutua, extradición y reconocimiento de sentencias entre los países iberoamericanos. Gracias a su sistema de puntos de contacto, la red agiliza los trámites judiciales y reduce los errores que pueden surgir en las solicitudes internacionales, proporcionando una vía directa y eficaz para la cooperación judicial.
Estas redes trabajan de la mano con organismos como Eurojust y Interpol, asegurando una coordinación global en la lucha contra el crimen transnacional, especialmente, en la lucha contra delitos graves como el tráfico de drogas, la trata de personas y la corrupción, que requieren una acción coordinada y rápida entre múltiples jurisdicciones.
La conexión global entre las redes y el futuro de éstas
Desde UNODC, se ha impulsado y puesto en marcha un mecanismo de conexión entre las redes de cooperación judicial que operan en distintas regiones del mundo. Las redes se comunican entre sí a través de sus secretarías, trasladando las peticiones de coordinación y apoyo a sus respectivos puntos de contacto. Por este medio hacen que puntos de contacto de redes distintas puedan comunicarse entre si y facilitar la coordinación entre jueces y fiscales de distintos continentes.
El futuro de estas redes es prometedor, con un potencial significativo para mejorar aún más la cooperación judicial internacional. Sin embargo, su éxito dependerá, en última instancia del grado de concienciación y formación continua de los profesionales judiciales sobre cómo integrar estas herramientas en su trabajo diario.
La colaboración internacional cada vez es más necesaria. Se ha vuelto indispensable en un mundo globalizado, donde para conseguir vencer a «los malos» es fundamental incrementar nuestra capacidad para trabajar conjuntamente a través de estas redes.
Por ello, la expansión y el fortalecimiento de las redes judiciales internacionales son esenciales en la construcción de un sistema de justicia global más justo, eficiente y accesible.
Con el compromiso de todos estas redes pueden llegar a convertirse en unos pilares fundamentales de la justicia en un mundo sin fronteras.
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