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Opinión | Europa debe elegir entre la independencia estratégica o la irrelevancia geopolítica

Opinión | Europa debe elegir entre la independencia estratégica o la irrelevancia geopolítica
Jorge Carrera, abogado, exmagistrado y exjuez de enlace de España en Washington, analiza en su columna el espacio de incertidumbre creado por los Estados Unidos, que rompe su política seguida desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En su columna apuesta porque Europa tome el camino de la independencia estratégica. Y eso trendría que pasar por reconocer a Rusia como un interlocutor clave y establecer canales directos de comunicación que faciliten una negociación efectiva y duradera.
04/3/2025 16:51
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Actualizado: 04/3/2025 17:02
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La guerra en Ucrania, que ha sacudido al mundo durante más de tres años, se encuentra en una encrucijada que podría conducir a su fin, o por lo menos podría entrar en un estado de alto el fuego y congelación del conflicto.

Las señales de una posible resolución se multiplican: Ucrania expresa su disposición al diálogo, Rusia muestra interés en negociar, Estados Unidos busca una salida diplomática y Europa clama por un asiento en la mesa de negociaciones.

Incluso Turquía se ofrece como mediador en este complejo tablero geopolítico.

Sin embargo, Europa, una vez más, parece llegar tarde y desunida, sin una estrategia clara que le permita desempeñar un papel decisivo en el desenlace de este conflicto.

La expansión de la OTAN y la respuesta de Rusia

Tras la desintegración de la Unión Soviética en los años noventa, Estados Unidos impulsó la expansión de la OTAN hacia el este, acercándose progresivamente a las fronteras rusas.

Europa, en lugar de cuestionar esta estrategia, la respaldó sin reservas, asumiendo el papel de aliado incondicional de Washington. Se dio por sentado que Rusia, debilitada y fragmentada, no tendría más opción que aceptar esta nueva realidad geopolítica.

Esta percepción ignoró promesas anteriores y subestimó la capacidad de Rusia para reaccionar. En 2007, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, el presidente Vladimir Putin alertó sobre los peligros de un mundo unipolar dominado por Estados Unidos, pero sus advertencias fueron desoídas.

La posterior anexión de Crimea en 2014 y el conflicto en el Donbás fueron señales claras de que Rusia no aceptaría pasivamente la expansión de la OTAN en su esfera de influencia.

El cambio de paradigma en la política exterior de Estados Unidos

Desde la administración de George W. Bush hasta el primer mandato de Donald Trump, Estados Unidos mantuvo sin grandes variaciones la estrategia exterior hacia Rusia diseñada en la década de 1990.

La expansión de la OTAN y la presión sobre Moscú fueron constantes en la política exterior estadounidense, sin importar el partido en el poder.

No obstante, durante su primer mandato, Trump mostró ciertos signos de incomodidad con esta estrategia, aunque sin modificarla de manera sustancial. Fue en su segundo mandato cuando introdujo un cambio significativo en la política exterior hacia Rusia.

La prolongación de la guerra en Ucrania no solo no resolvía los problemas estratégicos de Occidente, sino que los agravaba al forzar a Putin a estrechar lazos con China.

Consciente de que la consolidación de una alianza sino-rusa podía representar una amenaza mayor para la hegemonía estadounidense, Trump decidió maniobrar para abrir canales de diálogo con Moscú y reconfigurar el orden mundial en términos más favorables a los intereses de Washington.

Este giro estratégico sorprendió a los líderes europeos, enfrascados en convencer a sus ciudadanos de la necesidad de apoyar militarmente a Ucrania y de vender la idea de que Rusia había despertado sus peores ambiciones imperialistas.

Europa: Entre la dependencia y la necesidad de autonomía

Europa, comparada a menudo con un gran transatlántico difícil de maniobrar, enfrenta el desafío de adaptarse a un entorno geopolítico en rápida transformación.

Su papel menguante en la escena internacional y su dependencia histórica de Estados Unidos en materia de seguridad la colocan en una posición vulnerable.

«Es imperativo que Europa tome la iniciativa y defina una estrategia propia que le permita actuar con autonomía y eficacia en el escenario internacional».

La reciente cumbre en Londres evidenció la falta de una estrategia unificada y efectiva por parte de los líderes europeos para abordar la crisis en Ucrania y las negociaciones de paz.

Mientras Estados Unidos y Rusia avanzan en sus conversaciones, Europa corre el riesgo de quedar relegada a un papel secundario, implorando por un asiento en la mesa de negociaciones sin una visión clara de sus propios intereses y objetivos.

La necesidad de una estrategia europea independiente

En este contexto, es imperativo que Europa tome la iniciativa y defina una estrategia propia que le permita actuar con autonomía y eficacia en el escenario internacional.

Esto implica reconocer a Rusia como un interlocutor clave y establecer canales directos de comunicación que faciliten una negociación efectiva y duradera.

La propuesta de considerar la defensa como un bien público europeo, financiado con fondos de la UE, es un paso en la dirección correcta, ya que busca fortalecer la seguridad colectiva del continente.

Además, la diversificación de alianzas y un equilibrio en las relaciones con otras potencias, como China, son cruciales para garantizar la estabilidad y prosperidad de Europa a largo plazo.

Conclusión: Europa, ¡compra un billete a Moscú!

La oportunidad de influir en el futuro de Ucrania y, por ende, en la estabilidad de Europa, está al alcance.

Pero para aprovecharla, Europa debe actuar con decisión y unidad, dejando atrás la dependencia excesiva de Estados Unidos y asumiendo un rol proactivo en las negociaciones.

Es momento de que Europa compre un billete a Moscú, no como un gesto de sumisión, ni como una traición a Ucrania, sino como una declaración de su voluntad de ser un actor central en la construcción de un nuevo orden mundial más equilibrado y justo.

Si dejas que sean otros quienes lideren la paz, no esperes liderar la reconstrucción.

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