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Opinión | Carta a los nuevos jueces y juezas

Opinión | Carta a los nuevos jueces y juezas
El columnista, Miguel del Castillo del Olmo, es magistrado del Juzgado de Instrucción nº 1 de Marbella, con competencia en cooperación internacional penal pasiva y coportavoz de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria en Andalucía. Nunca se dicen las cosas tan en serio como se dicen en broma, se suele decir. Del Castillo emplea el humor para exponer su punto de vista sobre el asociacionismo judicial. Foto: Confilegal.
11/3/2025 05:36
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Actualizado: 10/3/2025 23:14
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Superados ya los veinte años de ejercicio profesional, creo poder hallarme en condiciones de sintetizar, de forma que me entiendas, qué has de hacer, tú, recién ingresado/a en la carrera judicial, si tu ilusión, como es previsible, es alcanzar, en el futuro, alguna de las funciones judiciales más relevantes de España.

Es importante que sepas que este mensaje te lo traslado desde la máxima objetividad y serenidad, o al menos eso creo, por cuanto lo hago desde una científica, tranquila y paciente observación de los hechos, y desde una experiencia vital razonable, susceptible de arrojar conclusiones para este esquizofrénico laboratorio de pensamientos y acciones llamado España, en lo que a sus probetas de la Justicia concierne.

No te escribo, insisto, desde la hostilidad hacia nadie, ni desde la siempre desagradable pulsión que puedan engendrar las emociones o los sentimientos viles, tan alejados hoy de mi ánimo y conciencia como la probabilidad, por mi parte, actualmente, de alcanzar alguna de las plazas judiciales a las que, no te creas, yo también quiero acceder.

Estoy pensando en ti, te lo aseguro.

TIENES QUE ASOCIARTE

Lo primero que has de hacer es asociarte. Ni se te ocurra permanecer aislado, oculto y estático, en este extraño mundo de los jueces. Únete a más de ellos, pero que pertenezcan, por favor, a una asociación judicial.

Cuanto antes, mejor.

Los órganos directivos de algunas de aquellas, fuentes indiscutibles y objetivas de conocimiento jurídico y experiencia que aportan un plus de mérito y capacidad a sus juristas, están integrados, como hoy te confieso, por extraordinarios aunque a veces previsibles juristas, y te aseguro que harán todo lo posible desde el principio para que no te sientas solo/ a en la carrera judicial…

Sentirás además, probablemente, en el caso de dos de aquellas asociaciones, el favor del poder político, imprescindible en el estado español si quieres alcanzar altas cotas de poder judicial.

Es posible –incluso– que por el camino te sea ofrecido el desempeño de una actividad de asesoramiento para un partido político, o, digo más, directamente un alto cargo en el mismo. No te preocupes, podrás regresar sin problema, como si nada hubiera pasado. Como si la ideología confesa no influyera en la apariencia de imparcialidad de tus futuras decisiones.

Hasta es posible que acabes adelantando por la derecha o por la izquierda a otros que ingresaron antes que tú en la carrera. ¡Qué digo! Mucho antes…

No me digas que no te conviene, que no quiero ayudarte…

Continúo, porque, en fin, debo ser más preciso, y porque lo que deseo es lo mejor para ti, de verdad.

Y DEBES HACERLO ASOCIÁNDOTE A LA APM O A JJPD

Lo que has de hacer directamente es pasar a formar parte de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) o a Jueces y Juezas para la democracia (JJPD).

Ni se te ocurra ir, ni intentarlo, a una Asamblea de Francisco de Vitoria, o de Foro Judicial Independiente, es decir, no acudas a -ni te integres en- esos colectivos de jueces que ni son de derechas ni de izquierdas, al menos que se sepa. Perderás probabilidades. Las perderás todas.

No lo hagas, porque los políticos o sus delegados, que son quienes nombran a los altos cargos judiciales, sencillamente, te obviarán, al igual que si no estuvieras asociado o asociada.

Ello con independencia de la calidad de tus resoluciones judiciales.

¿Lo estás escuchando?

No.

Con estas asociaciones, bajo ningún concepto te identifiques. Ni las mejores sentencias en tu orden jurisdiccional, ni la mejor valoración por parte de los letrados de tu provincia, ni las mejores publicaciones fruto de tu esfuerzo, ni tus ganas constantes de aprender a través de la asistencia a cursos, o mediante su laboriosa dirección y planificación, tendrán utilidad alguna. Lo siento.

Constatarás que, incluso personas que no ponen sentencias durante años, te adelantan, por la derecha o por la izquierda. Eso sí, deben haber pertenecido a esas dos asociaciones, a las que muchos ciudadanos identifican con el PP y el PSOE.

Porque lo que se pretende por el poder legislativo y ejecutivo es que todo lo que vas a decidir sea previsible, y les engendres potencialmente, sobre todo en el orden jurisdiccional penal y contencioso, el menor riesgo posible, lo que no concurre si determinadas plazas judiciales son ocupadas por personas que solo lo hacen en virtud de su profundo e imparcial conocimiento del Derecho.

No olvides por tanto que eso de ser sabio juez o jueza, desde su enajenada y volátil perspectiva, puede generar inestabilidad en un país, del mismo modo que pensar que los mejores cirujanos son susceptibles de provocar el colapso y el desastre más hondo en la salud humana.

No atribuyen al Derecho su verdadero significado y relevancia. No saben de su auténtica virtualidad como medicina social ni comprenden que interpretar y aplicar la Ley no es un acto de voluntad, sino una laboriosa actividad intelectual en provecho de nadie y de todos a la vez.

NO SIENTAS PENA POR LO QUE TE DIGO

Fíjate, que algunos hasta quieren abolir la memoria como fuente de adquisición de conocimientos, como si para intervenir quirúrgicamente a un ser humano lo más importante fuera eso, querer operarlo, y querer hacerlo bien. O ser zurdo, o diestro, sin más…

No sientas pena por lo que te digo, no. Es más, celebra que, si lo que pretendes es prosperar en la carrera judicial, ya sabes lo que hay que hacer, y que, si no aspiras a ello, también.

Dedícate, en este segundo caso, a ser juez, o jueza, sencillamente, eso sí, limitada a tu ámbito, pero a la vez disfrutando de una de las profesiones más maravillosas del mundo, que algunos confunden con otra cosa, anteponiendo acaso torpemente los intereses personales a los de la colectividad, cuando la historia ya nos ha demostrado más de mil veces lo que ocurre en esos casos en que la Política y la Justicia se ejercen o imparten desde cierta miopía intelectual.

Hazte la siguiente pregunta:

¿No piensas que sería una idiotez afiliarte a cualquiera de las otras dos asociaciones, o no afiliarte ?

No lo hagas, no tiene sentido. Si se trata de alcanzar los puestos más elevados de la magistratura, ello no obedecerá solo a tus conocimientos, capacidad de razonamiento, experiencia y sentido común.

No solo obedecerá a eso.

Recuérdalo.

Ten en cuenta, pues, la realidad. Los mejores juristas de España, quiero decir, los que están en el Tribunal Supremo o en el Tribunal Constitucional, o los jueces del Consejo General del Poder Judicial, prácticamente todos, pertenecen a las primeras dos asociaciones que te he mencionado, en las que, dicho sea de paso, hay enormes juristas, también, sí, pero igual no tan enamorados del Derecho como tú y yo.

Gracias, y disculpa.

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