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Las primarias del PP muestran que este partido es adicto al pensamiento de coartada

Las primarias del PP muestran que este partido es adicto al pensamiento de coartada
La sede del Partido Popular en la madrileña calle Génova; el autor de este artículo es el profesor Felicísimo Valbuena, analista político, consultor internacional de comunicación y catedrático emérito de periodismo. Wikipedia.
12/7/2018 06:15
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Actualizado: 12/7/2018 00:35
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Hay una teoría muy importante, de Harvey Moltoch y Marilyn Lester, sobre Accidentes y Escándalos, que ayuda a aclarar muchos asuntos. En resumen, lo que vienen a decir estos autores es que, cuando ocurren los accidentes y escándalos, nos damos cuenta de la estructura real de las cosas.

Es una teoría muy parecida a la que Eric Berne tiene sobre el ruido.

Para conocer a fondo a las personas, es mucho más importante el “ruido”, es decir, las facetas que emiten sin querer, que la información que quieren lanzar conscientemente.

Molotch y Lester distinguieron cuatro tipos de acontecimientos: Los rutinarios, los accidentes, los escándalos y los acontecimientos fortuitos.

¿Cómo situamos lo que ha ocurrido con el PP?

No es complicado: la publicación de la sentencia de la Gürtel fue un acontecimiento fortuito, que la oposición convirtió en un escándalo, que Pedro Sánchez concretó en una moción de censura y que llevó a la caída del Gobierno.

Las primarias del PP, que parecían un acontecimiento rutinario, es decir, ya previsto en las normas del PP, se han convertido en una visión muy real sobre este partido y sus dirigentes.

El espejismo de 869.535 militantes se desvaneció ante la realidad.

Sólo se apuntaron 66.384 afiliados para votar en las primarias de donde saldría quien iba a suceder a Mariano Rajoy: El 7,6% del total que decía tener. Y aquí es donde empieza a actuar el pensamiento de coartada.

¿Qué es el “pensamiento de coartada”?

El citado Eric Berne afirmó que el pensamiento legal empieza durante los años plásticos, pero alcanza su desarrollo más pleno en la segunda infancia, y si es estimulado por los padres, puede persistir hasta la madurez, dando origen a los abogados.

El pensamiento legal es el pensamiento de coartada.

Lo que hacen los padres es dar a sus hijos una prohibición que ellos creen que cubrirá el expediente, sin atribuir demasiada importancia a la astucia que generalmente ellos mismos han enseñado a sus retoños.

A muchos niños les interesa la cuestión de cómo pueden saltarse las normas sin desobedecer en realidad a sus padres. Más adelante, se dan cuenta de que hay mucha gente dedicada a estudiar el problema de cómo transgredir la ley sin romperla.

El último gobierno del PP estaba formando, en un 85% por abogados.

No es raro que dominasen el pensamiento de coartada.

¿Y a qué han aplicado ese pensamiento los políticos del PP que trabajaban en la Administración Rajoy?

El expresidente Mariano Rajoy junto a destacados dirigentes del Partido Popular. (EP)

Pues, aunque el lector no se lo crea, a buscar razones para no tomar decisiones.

Alguien podría escribir una historia humorística de la etapa Rajoy, centrada en no decidir, en dejar que las cosas siguieran como estaban.

Rajoy se pasó mucho tiempo hablando mal de Zapatero para, después, dedicarse a seguir las políticas de éste con auténtico fervor. El PP es un partido que, cuando alguien lo mira en profundidad, acaba provocando la risa. Y lo afirmo en serio.

Soraya Sáenz puede ganar, pero será como Robert Redford al final de la película «El candidato».

Cuando varios de los candidatos de las primarias propusieron que pudieran votar los afiliados, los representantes de la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijeron que no se podían cambiar las reglas a mitad del partido.

Es decir, que solo pudieran votar en primera vuelta quienes se inscribieran y estuvieran al corriente del pago de las cuotas.

Un político como José Manuel García-Margallo, que había sido un excelente ministro de Asuntos Exteriores, y al que Soraya Sáenz de Santamaría se empeñó en sustituir por el incompetente Dastis, pidió que hubiera un debate de ideas; el aparato del PP dijo que no. Ya pueden vestir su coartada con las declaraciones que quieran: el aparato ha decidido no aventurar lo más mínimo.

La sombra del Rajoy inoperante domina al PP. Y con la presencia de una persona tan incompetente intelectualmente, como el marido de Celia Villalobos, Pedro Arriola.

Sus aportaciones durante años han sido la inacción política y la acción decidida para sacar del PP la mayor cantidad de dinero posible.

Mientras Arriola siempre está en la sombra, Margallo ha tenido el valor, desde que cesó en el cargo, de salir a las televisiones, a luchar en el campo de las ideas y de los hechos.

La exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en una comparecencia en La Moncloa.

Los resultados de las elecciones primarias fueron:

– Soraya Sáenz de Santamaría: 37,03% = 21.513 votos

– Pablo Casado: 34, 36% = 19.967 votos.

Y la maquinaria implacable del pensamiento de coartada se puso a trabajar a fondo.

Pablo Casado pide un debate, como había hecho Margallo.

Entonces, Soraya Sáenz de Santamaría parecía que era partidaria del debate; muchas personas, entre las que me encuentro, no la creímos.

Acertamos.

Tampoco era tan difícil.

Salió con la coartada de que “en el ADN del PP está votar a la lista más votada”.

Con lo cual, casi igualó en cursilería al Cardenal Osoro, de la diócesis de Madrid.

He dedicado varios artículos a la oratoria de este clérigo y creo haber demostrado que tiene muy poca formación filosófico-teológica, que no sabe predicar y que es un cursi de la cabeza a los pies.

Recuerdo un sermón en el que dijo que “la misericordia es el ADN de Dios”. En lugar de decir algunas cosas sensatas sobre la misericordia, se agarró a la imagen facilona. Como Sáenz.

Una de las declaraciones de algunos prohombres del PP es la que justifica que no haya debate porque solo beneficia a la oposición. Es una coartada de los políticos peperos que tiemblan porque pueden perder su chollo. Como se decía antes, es una declaración que provoca hilaridad.

Pablo Casado, hasta hace poco vicesecretario de comunicación del Partido Popular y ahora candidato a presidente del PP.

Lo que quiere Santamaría, con esas coartadas tan burdas, es no enfrentarse a Casado. Cualquier resultado que obtenga le resulta malo. Es la teoría del doble vínculo. Y su triunfo será como el de Robert Redford en la película El candidato: “ Y ahora, ¿qué hacemos?”.

Tan risible como su Operación Diálogo con Oriol Junqueras.

¿Qué puede ocurrir a partir de aquí?

La carrera política de Soraya Sáenz de Santamaría está hecha de estas mimbres: Creer que hablar bien resuelve los problemas políticos; ansia ilimitada de poder y gran fracaso cuando llega la hora de afrontar los problemas políticos.

¿Para qué le ha valido controlar el Servicio Secreto español si al final ha sido incapaz, o no ha querido, controlar las urnas en Cataluña?

Ella ha estado detrás de la no-solución que Méndez de Vigo, exministro de Educación y Cultura dio al problema de asegurar la enseñanza del castellano en Cataluña.

Buscó todas las coartadas legales para no hacer nada.

Ella también ha sido la que, valiéndose de coartadas legales, ha logrado que Quim Torra, con sus declaraciones racistas, esté al frente de la Generalidad.

No me quedo corto si afirmo que hace falta tener más fe que la hemorroísa para confiar en la victoria de Casado.

Si Soraya pierde la segunda vuelta, habrá acabado su carrera política.

No volvería a su puesto en la Abogacía del Estado.

No, ella se dedicaría a ganar dinero, como Rajoy.

El 40% de los abogados del Estado se encuentran en excedencia. ¿A qué se dedican?

A trabajar en empresas privadas, y su contribución fundamental es cómo aprovechar sus conocimientos y relaciones para que esas empresas tributen lo menos posible al Estado, que esos abogados dicen defender.

Y también se dedican a la política, donde fracasan porque aprobar unas oposiciones no conlleva saber gestionar.

Ejemplos llamativos de lo que afirmo son Leopoldo González-Echenique Castellanos de Ubago, presidente de RTVE y Laura de Rivera García de Leániz, secretaria general de RTVE, que realizaron una gestión más que deficiente de nuestros impuestos y dejaron RTVE en una situación peor de la que estaba cuando Soraya los puso al frente. Los dos son abogados del Estado.

Después de fracasar en RTVE, el bufete internacional Herbert Smith Freehills incorporó en su oficina de Madrid a González-Echenique, como director de la práctica de derecho regulatorio-financiero. Así sirve Echenique al Estado.

¿Y si gana Soraya Sáenz, como es previsible?

Pues, posiblemente, será peor todavía. Porque ella querrá ganar a lo grande.

Y si su margen llega a ser desbordante, lo que los anglosajones adjetivan como “overwhelming”, una palabra que encantaba a D. Miguel de Unamuno, ella y “su” PP quedarían en una situación ridícula.

Ya el Tractatus coislinianus– siglo X- consideraba que los personajes cómicos eran los bufones, los irónicos y los impostores.

El exministro de Exteriores en funciones, José Manuel García Margallo, en el Congreso de los Diputados (EP)

¿Dónde situamos a personajes como Maíllo, Floriano, Sáenz de Santamaría, Margallo, Gil-Robles, Arenas y un largo etcétera?

Por supuesto, yo incluyo a Margallo entre los irónicos.

Ah, pero ¿y los demás?

Dada la altura intelectual de los/las sorayistas –por ejemplo, de lumbreras como Arenas y Maíllo-, el desenlace de estas elecciones quizá sirva para que profesores universitarios de las Universidades de Verano españolas se pregunten qué está pasando en el PP y en otros partidos políticos.

Quizá les falte sentido del humor, pero ¿serán capaces de dar unos titulares para que luego discutan los tertulianos?

Después de las Universidades de Verano, vendrán los Cursos académicos normales.

La estructura y el funcionamiento del PP pueden dar para varios artículos. Incluso de estos que se publican en revistas de impacto y con los que pueden obtener certificaciones de la ANECA.

Rafael Van Grieken sobre quien versa parte de este artículo.

Para muestra, un botón de un político “modélico” que les gusta a los del PP: Rafael Van Grieken quería presentarse a rector por la Universidad Rey Juan Carlos. Entonces, para hacerle desistir, le ofrecieron que dirigiese la ANECA.

Era un químico con no se sabe cuántos artículos publicados en “revistas de impacto”.

Después de cuatro años, dejó la ANECA en un estado muy lamentable.

Pero cuando, confiando en su pensamiento de coartada, vio que el PP podría no ganar las siguientes elecciones generales, pidió a un Catedrático que tenía influencia sobre Cristina Cifuentes, que le nombraran Consejero de Educación en la Universidad de Madrid.

¿Decidió dedicarse a la Química?

No. Se acostumbró a ganar más dinero que de catedrático dinero y a pisar moqueta.

Y ahí lo tenemos, dedicado a discutir con Asociaciones de Madres y Padres sobre si faltan x metros cuadrados para ver si podemos construir un Instituto.

¿Es que no lo haría mucho mejor una persona que supiese más de estas cosas, aunque no hubiera publicado artículos en revistas de impacto?

Y encima, ha logrado que le repruebe la oposición en la Asamblea. ¿No viviría de una forma más auténtica en su laboratorio de Química? El gran problema de quienes están en el PP es que parece que no saben quiénes son.

Ese no saber viene acompañado por las que antes, en Periodismo, denominaban “noticias de interés humano”.

Y así hablan de las muchas lágrimas que Soraya derramó cuando se enteró de que había en su curso un compañero que había sacado matrícula de honor en todas las asignaturas de la carrera.

A ella le falló un profesor, que sólo le dio sobresaliente.

O que se lleva mal con María Dolores de Cospedal. ¿Qué importancia tienen esos datos en política?

José María Aznar empezó a perder el sentido de la realidad con la boda de su hija. Para eso pueden servir las noticias de interés humano.

Sí, me pueden decir algunos, pero ¿por qué no habla usted de otros partidos? Primero, porque ya ha escrito varios artículos sobre ellos, y más que seguiré escribiendo.

Y segundo, porque esa pregunta no puede servir de coartada para que no escriba sobre el PP.

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