Pedro Horrach, fiscal anticorrupción de Baleares, durante el juicio del caso Nóos. EP.
El fiscal Horrach critica a los 4 jueces que permitieron la imputación de la Infanta Cristina
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19/2/2017 16:34
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Actualizado: 19/2/2017 17:13
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El fiscal Anticorrupción del caso Nóos, Pedro Horrach, ha criticado duramente a los 4 jueces que permitieron la imputación de la Infanta Cristina en el juicio del caso Nóos, cuya sentencia se conoció el pasado viernes.
«A la Infanta se la ha sentado en el banquillo no por lo que ha hecho sino por ser quien es», ha declarado en una entrevista publicada hoy por el diario ABC.
En la misma se despacha a gusto contra el juez instructor del caso, José Castro.
«Las investigaciones inquisitoriales no tienen cabida en nuestro sistema judicial. No se puede plantear una acusación por el mero hecho de que al juez de turno le convenzan o no las explicaciones del investigado, independientemente del material probatorio del que se disponga. Ello presupone partir de la presunción de culpabilidad y subvertir el principio de presunción de inocencia», afirma Horrach.
Desde su punto de vista, la principal deficiencia del sistema judicial penal español es la «propia existencia de jueces de instrucción, tal como están configurados actualmente. Es el fiscal, que es quien ejerce la acusación, quién debe decidir cómo, cuándo, qué y dónde se investiga», dice convencido.
El fiscal Anticorrupción, que próximamente dejará la toga con puñetas para pasarse al ejercicio de la abogacía -una vez que redacte el recurso de casación ante el Supremo- también critica implícitamente a las tres magistradas que han compuesto el tribunal, la presidenta y ponente del caso, Samantha Romero, Eleonor Moyà y Rocío Martín, que rechazaron exonerar a la Infanta Cristina con la doctrina Botín, esgrimida por Horrach, y la obligaron a sentarse en el banquillo de los acusados.
Horrach reconoce que fue especialmente duro, «cuando la Sala otorgó legitimación a la acusación popular para mantener en solitario a la Infanta en el banquillo».
En este sentido, el fiscal Anticorrupción anuncia que recurrirá ante el Supremo ese hecho, la falta de legitimación de la acusación de Manos Limpias para sentar a la Infanta en el banquillo.
«Esa es mi intención. Como he repetido en diversas ocasiones, los juzgados y tribunales no pueden ser reinos de taifas. No debe confundirse la independencia judicial con decisiones contrarias a la doctrina del Tribunal Supremo», explica el fiscal.
Sobre el sindicato Manos Limpias, que ejerció la acusación popular, Horrach critica que se le diera la misma legitimidad que a la Fiscalía. Y sugiere -se desprende de sus palabras- que el Ministerio Fiscal debería haber tenido una posición no de igualdad sino de preferencia.
«Es algo que no entiendo; es inaudito que se sitúe en la misma posición a quienes representan a instituciones públicas, tanto ajenos a intereses particulares, que a las acusaciones populares, institución que creo debía desaparecer. Así ocurre en el resto de Europa», afirma Horrach, obviando que la acción popular tiene una tradición que se remonta a la Constitución de 1812 y que está presente en la Constitución vigente.
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