Se repite una vez más el «síndrome de Medea»: hombre condenado por matar a uno de sus hijos para «castigar» a su mujer
Esta pintura de Charles Andre van Loo. de 1759 relata el momento en el que Jason descubre que Medea ha asesinado a sus dos hijos para vengarse por su traición, al abandonarla por otra.

Se repite una vez más el «síndrome de Medea»: hombre condenado por matar a uno de sus hijos para «castigar» a su mujer

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13/7/2017 04:58
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Actualizado: 13/7/2017 01:44
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Un tribunal popular condenó ayer a 19 años de prisión a Luis S.C., de 44 años, por el asesinato de su hijo Julen, de 13 años, el 1 de diciembre de 2011 en la vivienda del barrio donostiarra de el Antiguo, residencia de la familia hasta la separación del matrimonio. Además de la pena de cárcel, el padre deberá abonar a su exmujer y a sus otros tres hijos una cuantía de 314.000 euros en concepto de indemnización.

El asesinato es un nuevo caso de lo que se conoce en criminología como «síndrome de Medea», que hunde sus raíces en la mitología griega. Se originó a partir de la tragedia escrita por Eurípies que relata la historia de la sacerdotisa Medea, esposa y madre que, para castigar la traición de su esposo, Jasón, que la abandonó por la hija de el Rey de Corinto, mató a sus hijos para vengarse y castigarlo por su traición.

El «síndrome de Medea» presenta un cuadro de síntomas que caracteriza a la madre (y también al padre) que, en respuesta a los conflictos y al estrés que se derivan de la relación con su pareja, descarga todas sus frustraciones con agresividad hacia su descendencia, llegando incluso a utilizar a su hijo o hija como un instrumento de poder y de venganza hacia su pareja, hasta arrebatarle la vida.

El caso de Luis S.C. tiene dos antecedentes muy conocidos: el caso de José Bretón, que mató a sus dos hijos menores en la finca familiar de Las Quemadillas, en Córdoba, y el de David Oubel, conocido como el parricida de Moraña, juzgado la pasada semana por un jurado popular, por el asesinato de sus dos hijas menores hace 11 meses, a las que durmió con fármacos y luego cortó a pedazos con una radial.

El abogado de la acusación particular de este caso, Iñigo Iruin, sostuvo durante el juicio que el progenitor acabó con la vida de su hijo para vengarse de su exmujer, con la que tiene otros tres hijos, en el que hasta la separación era el domicilio familiar en el barrio donostiarra de el Antiguo.

El magistrado presidente del tribunal, perteneciente a la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Guipuzcoa considera, en su sentencia, a Luis S.C. autor de un delito de asesinato, con la circunstancia de agravante de parentesco, por lo que le condena a 19 años de cárcel.

Asimismo, dicta la inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena, y la inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad sobre sus hijos durante el tiempo de la condena.

Además, se le prohíbe el acercamiento a su exesposa y a sus tres hijos en un radio de 500 metros, así como la comunicación con ellos por cualquier medio durante 21 años, que se cumplirán de forma simultánea a la pena de prisión.

La pena impuesta por el juez Augusto Maeso, presidente del tribunal del jurado que juzgó el caso, se sitúa entre los 18 años que pedía el fiscal para Luis S.C., y los 20 años solicitados por la acusación particular, ejercida por su exmujer y madre del menor asesinado.

Tras 15 sesiones del juicio, el pasado 27 de junio el jurado popular consideró, por unanimidad, culpable de asesinato a Luis S.C., el padre del menor muerto por herida de arma blanca en San Sebastián de 2011, en el que fuera el domicilio familiar.

La defensa de Luis S.C., ejercida por el letrado Luis Castells, pidió la absolución del acusado de matar a su hijo, que tenía 13 años cuando murió, mientras que el abogado de la acusación particular.

El cuerpo del menor fue encontrado en el que había sido el domicilio familiar hasta la separación. El cadáver de Julen presentaba una cuchillada en el pecho el 1 de diciembre de 2011.

Los nueve miembros del jurado declararon a Luis S.C., culpable de asesinato al considerar probado que el niño murió como consecuencia de una cuchillada asestada por su padre en el pecho, y no se suicidó, ni sufrió un accidente mortal al intentar abrir una hucha, como sostenía la defensa.

HECHOS PROBADOS

En la sentencia, se considera probado que el 1 de diciembre de 2011, a primera hora de la mañana, Julen y su padre se encontraban en el antiguo domicilio familiar, donde ya nadie residía, a fin de recoger pertenencias, ya que debían desalojar en breve dicha vivienda.

Según recoge el fallo, «encontrándose ambos en la habitación que fue dormitorio de los progenitores, el acusado, como venganza contra su esposa, por la decisión de ésta de divorciarse, clavó a Julen en el corazón, con la intención de matarle, un cuchillo de una hoja de 11 centímetros de longitud y 2 centímetros de anchura, que la causó un shock cardiogénico y un taponamiento cardíaco, que tras varios minutos le produjo la muerte».

La sentencia señala que el ataque «fue repentino e inesperado, sin que Julen tuviera oportunidad alguna de defenderse», e indica que, «durante la agonía de Julen, el acusado permaneció en la vivienda junto a su hijo, y, a pesar de que disponía de un teléfono móvil con el que pudo haber requerido auxilio urgente para su hijo, o de que podría haberlo pedido a través de la ventana de la habitación, el acusado no lo solicitó, voluntariamente».

Asimismo, la sentencia recoge como hecho probado que, «tras comprobar que Julen había fallecido, el acusado se hizo varios cortes en el cuerpo con el mismo cuchillo, y con una navaja pequeña que portaba habitualmente realizó un nudo corredizo con el cinturón de un albornoz que anudó a la ducha del cuarto de baño anexo al dormitorio, abandonó la vivienda y se fue del edificio en motocicleta, permaneciendo en ignorado paradero hasta que reapareció el 7 de diciembre de 2011». CONFILEGAL/EP.

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