Llarena aboga por cambiar el sistema de elección del CGPJ
Pablo Llarena, magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Confilegal.

Llarena aboga por cambiar el sistema de elección del CGPJ

Y defiende a las asociaciones de magistrados
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26/7/2018 17:31
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Actualizado: 07/6/2022 15:47
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El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que ha instruido durante 9 meses el ‘caso procés’, negó ayer «categóricamente» que exista una Justicia politizada en España, aunque aboga por cambiar el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Llarena se pronunció así en la mesa redonda ‘Pasado y presente del asociacionismo judicial’ de los cursos de verano de El Escorial.

El juez recordó que ha habido procedimientos judiciales que han afectado a todos los partidos políticos en todos los territorios, e insistió en que «el poder judicial no es correa de transmisión de ninguna idea política».

No obstante, también indicó que el Tribunal Constitucional ya advirtió de que el actual sistema de elección parlamentaria de los 20 vocales del CGPJ, incluidos los 12 de procedencia judicial, tenía un riesgo de politización.

Aunque considera que esa politización no se ha producido, el magistrado del Alto Tribunal reconoció que existe esa percepción, y cree que la mejor forma de acabar con tal riesgo es volver al sistema por el cual los 12 vocales del CGPJ de procedencia judicial sean elegidos por los jueces, en vez de por Congreso de los Diputados y el Senado, como ocurre en la actualidad.

Advirtió también de que es un tema complejo, y puso como ejemplo que con un sufragio abierto a los 5.500 jueces para designar a esos 12 vocales se podría evitar el riesgo de percepción de politización, pero no el de «ideologización» y el del «corporativismo».

Llarena cree que si los jueces recuperan este sistema, deberán tener un sentido de responsabilidad para evitar el corporativismo y ser conscientes de que el CGPJ no solo es un órgano de gobierno de los 5.500 jueces españoles, sino que sus decisiones afectan a todos los españoles.

A su juicio, la ciudadanía tiene la percepción de que las designaciones de los magistrados están politizadas en parte debido a las críticas del sistema, y pidió que las valoraciones se hagan «en su justa medida».

Personalmente, el magistrado no considera que los nombramientos se produzcan por tintes políticos.

DEFIENDE A LAS ASOCIACIONES DE JUECES

Por otra parte, también habló de las asociaciones de magistrados. El juez Llarena afirmó que su existencia es «necesaria».

Dijo que la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), a la que pertenece y de la que fue presidente y portavoz, defiende una ideología concreta en beneficio de la Justicia en general, lo cual no quiere decir que esté politizada porque no funcionan en base a motivos políticos.

El juez mostró su malestar porque otros compañeros de la carrera judicial se atribuyen una «legitimidad superior» frente a los que pertenecen a alguna de las cuatro asociaciones de magistrados que existen en España.

¿Y tú que has hecho por mí y por el resto de españoles para mejorar la justicia? Porque ahora va a resultar que los que están en el movimiento asociativo son los malos», cuestionó.

Precisamente, cree que la idea de que las asociaciones son una «perversión» para la politización de la Justicia parte del sistema de elección de vocales del CGPJ y del nombramiento de jueces.

‘JAMÁS HE VISTO JUECES TRABAJAR COMPROMETIDOS EN SU INDEPENDENCIA’

Llarena insistió en que jamás ha visto a jueces trabajando con su independencia comprometida ni ha estado en ningún tribunal que se asentase en posicionamientos políticos.

«No lo he sufrido nunca», aseguró, y acto seguido añadió que durante su etapa como presidente de la Audiencia Provincial de Barcelona no sólo no le preguntaron por su ideología política, sino que tampoco ha influido en el trabajo de sus compañeros de profesión.

«A ninguno se le ha dado indicaciones sobre cómo tiene que hacer su mandato», dijo el magistrado.

Preguntado por esta causa, recordó que se trata de un procedimiento que ya no está en sus manos, en tanto que él ha terminado la instrucción del mismo, y que ahora es la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo la encargada de reflexionar sobre el material que aporten acusaciones y defensas y llegar a la «conclusión» que estimen oportuna.

LLARENA, UNA «BESTIA NEGRA» PARA EL SEPARATISMO

Cabe destacar que el magistrado, que ha procesado a 25 líderes separatistas por los delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos, se ha convertido en la bestia negra del independentismo.

Por ejemplo, el consejero encarcelado Josep Rull lo ha acusado de haber perdido su «prestigio» y de estar actuando en coordinación con el Gobierno central.

El presidente del Parlamento autonómico catalán, Roger Torrent, también ha afirmado que Llarena pretende «adulterar las mayorías parlamentarias» con su decisión de suspender de cargo público a 6 diputados. Según Torrent, se les imputan «delitos inexistentes, acusados a través de un relato falso que intenta atribuir una violencia que no ha existido nunca». Son sólo algunas de las críticas que ha recibido el juez.

Incluso un colectivo denominado QuerellatsXRepública, presentó hace unos quince días una demanda colectiva contra él y otros tres magistrados de la Sala Segunda del Alto Tribunal, que criticaron la resolución del tribunal alemán que cuestionó la existencia de violencia en el ‘procés’.

Ese grupo separatista presentó la demanda por supuestos delitos continuados de prevaricación y vulneración de derechos cívicos y fundamentales, ante la misma Sala de lo Penal del Tribunal Supremo a la que pertenecen los cuatro magistrados. Los acusa de acusa dictar resoluciones injustas, sabiendo que no lo son.

Esta acción legal no tiene recorrido, el fin de los demandantes es la generación de noticias y poner en tela de juicio a los magistrados.

Otros jueces y fiscales catalanes han sido víctimas de ataques. Es el caso, por ejemplo, de la fiscal jefe de Barcelona, Ana Magaldi. Unos desconocidos irrumpieron en su segunda residencia en un pueblo del Pirineo y le cortaron la calefacción. Magaldi presentó una denuncia.

Magaldi también fue increpada a las puertas del Palau de Justicia en la última sesión del juicio por el 9-N, en febrero de 2017. Un grupo de entre 20 y 30 personas situadas tras las vallas que cercaban a los manifestantes le gritó «fuera, fuera la justicia española», «fascista», «eres una mierda», «vete de Cataluña».

Después, otro individuo se dirigió corriendo en diagonal hacia ella, momento en que afirma que temió «por su integridad» y, con una «mirada de odio» como no había visto otra en sus 64 años y cree no olvidará «en la vida», y le dijo: «Tú eres la Fiscalía, tú nos condenas por poner las urnas».

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