La agente que abatió al atacante de Cornellà actuó en legítima defensa, concluye la juez
Se archiva la causa en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cornellà; el ataque de Abdelouahab Taib está siendo investigado por la Audiencia Nacional como un delito de terrorismo./ EP

La agente que abatió al atacante de Cornellà actuó en legítima defensa, concluye la juez

Destaca que fue perseguida por dependencias policiales hasta que quedó 'acorralada', lo que motivó que disparara
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09/10/2018 09:41
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Actualizado: 30/6/2020 11:59
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El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Cornellà de Llobregat (Barcelona) ha archivado la investigación a la agente de los Mossos d’Esquadra que abatió al presunto yihadista que asaltó la Comisaría del citado municipio el pasado 20 de agosto y la intentó apuñalar. La juez considera que ésta actuó «en legítima defensa».

El asaltante era Abdelouahab Taib, de 29 años y origen argelino. Pasaron apenas 15 segundos desde que gritó “Alá es el más grande” y se dirigió un cuchillo de unos 20 centímetros hacia la agente, que perseguida y desde un estrecho pasillo de la comisaría de Cornellà le disparó cuatro tiros. 

Aquí puede ver las imágenés; han sido difundidas por Estrella Digital:

La agente declaró ante la juez que pensó que se trataba de un atentado terrorista y que disparó para protegerse a sí misma y a sus compañeros: «Me iba a matar». 

Por su parte, la exmujer del atacante, Luciana Morales, dice que éste se quería suicidar por ser homosexual, al temer que por eso no le aceptara la comunidad musulmana. Aseguró que se lo había confesado hace un año y que por eso iniciaron los trámites de separación.

Sin embargo, la Audiencia Nacional investiga los hechos como un presunto acto terrorista.

Según informaron en agosto fuentes de la Fiscalía de la Audiencia, la investigación aprecia “motivación personal encauzada desde el punto de visto religioso”.

‘LA ACTUACIÓN FUE  TOTALMENTE AJUSTADA, PROPORCIONADA Y LÓGICA’

En el procedimiento se ha tomado declaración a la agente en calidad de investigada, como es habitual en este tipo de casos, y como testigos a dos mossos que estaban en comisaría, se han revisado las imágenes de las cámaras de seguridad, y analizado el informe forense y de balística.

Según describe la instructora en su auto, el presunto terrorista entró en la Comisaría poco antes de las seis de la mañana, y se aproximó a centímetros de la garita donde se encontraba la agente, tras lo que sacó un cuchillo de grandes dimensiones y se abalanzó sobre ella para intentar clavárselo.

De acuerdo con la grabación de las cámaras de seguridad, prosigue la magistrada, el supuesto terrorista persiguió a la agente por las dependencias policiales hasta que ella quedó «acorralada», lo que motivó que la mossa le disparara los cuatro tiros que acabaron con su vida.

En su auto, la juez sostiene que el asaltante «no sólo intentó agredir mortalmente» a la mossa d’esquadra, sino que «hasta el momento en que fue abatido «perseveró en consumar el ataque iniciado en la garita».

«Por lo tanto, la agresión ilegítima fue permanente y persistió hasta que fue repelida con el abatimiento del agresor», añade le juez, que detalla que, según revelan los resultados de la autopsia, el asaltante «ni soltó el cuchillo, ni dejó de avanzar» cuando empezó a recibir los disparos.

La juez determina que la agente «no usó el arma de fuego hasta que fue su última opción», pese al escaso tiempo de reacción que tuvo durante el suceso. Dice que actuó ante un «riesgo inminente», no sólo para ella sino también «para sus compañeros, que iniciaban el turno a las 6 y accedían a la Comisaría desarmados o se hallaban en los vestuarios cambiándose», y que no disparó hasta que usar el arma de fuego «fue su última opción».

Puntualiza que las motivaciones del ataque no corresponden a su investigación, sino a la de la Audiencia Nacional, pero «no puede obviarse que la elección de la víctima del ataque no fue cuestión del azar».

El tribunal destaca que el atacante «sabía perfectamente que la persona que se hallaba en la garita de la comisaría era una agente de policía». Considera la agresión ilegítima, dolosa y premeditada.

Argumenta que el hombre «estaba poniendo en grave riesgo su propia integridad» al atacarla armado al grito de ‘Allah’, a los tres días del aniversario de los atentados en esa región y con un nivel 4 de alerta terrorista.

Además, indica que, con su actuación, la agente protegió a un sargento, que no había presenciado el ataque en la garita y se había encontrado con el hombre en el pasillo, en un segundo momento en que el agresor trataba de «consumar el homicidio intentado» previamente.

La defensa de la agente, ejercida por el sindicato de los Mossos USPAC, había reclamado el sobreseimiento de las actuaciones al considerar la actuación «totalmente ajustada, proporcionada y lógica, no sólo para defender su propia vida, sino la de un interés mayor como es el del resto de agentes de la comisaría», ya que no había otra forma de neutralizar al agresor que matarle.

Defendía que «al terror y la amenaza constante para la integridad física que supuso intentar acuchillar a la agente y perseguirla por los pasillos, debe añadírsele la invocación a ‘Allah’ en el momento de intentar matarla», por lo que se tuvo una percepción real y clara de estar ante un atentado terrorista.

Asimismo, recordaban que el agresor, tras un primer intento, «lejos de deponer su actitud» siguió por el pasillo de la Comisaría con el arma blanca en alto hasta que los agentes lo tuvieron encima, sin otra posibilidad de repeler la agresión que usando el arma reglamentaria, según la defensa.

Uspac ha destacado la actuación meritoria de la agente y ha lamentado que la Consejería de Interior catalana no se personara en el procedimiento judicial para defender la actuación de ésta.

Es el mismo sindicato que representa a los agentes que abatieron a los terroristas del 17-A en Cambrils y Subirats.

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