4 policías denuncian a un inspector jefe por malversación, revelación de secretos y «mobbing»
Nuadibú, donde supuestamente sucedieron los hechos, se llamaba Port Étienne durante la época de colonización francesa; es la segunda ciudad más importante de Mauritania y capital comercial del país. Tiene una población aproximada de 90.000 habitantes.

4 policías denuncian a un inspector jefe por malversación, revelación de secretos y «mobbing»

Estaban destinados en Nuadibú, Mauritania
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28/10/2018 00:30
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Actualizado: 06/9/2022 14:08
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Cuatro agentes de la Policía Nacional, pertenecientes a la Escala Básica, han presentado una denuncia conjunta por malversación de fondos públicos, revelación de secretos y «mobbing» contra el inspector jefe Javier Pancho Follana, su jefe en el equipo de Cooperación Conjunto Hispano-Mauritano que operaba en Nuadibú, localidad de ese país africano, capital de la provincia que linda con el sur del Sáhara Occidental, donde estuvieron destinados.

Esta ciudad, conocida como Port Étienne durante la época de colonización francesa, es la segunda ciudad más importante de Mauritania y capital comercial del país. Tiene una población aproximada de 90.000 habitantes.

Sobre la denuncia es competente el magistrado Santiago Pedraz, titular del Juzgado Central de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional, quien la ha admitido ha trámite y ha ordenado su incoación.

Según los agentes Ignacio María Arranz Velasco, Francisco Espínola González, David Miranda Castellano y José Antonio Martínez Varela, el inspector jefe Pancho Follana se llevó mobiliario, alfombras, utensilios de cocina, comida y herramientas de la vivienda oficial en la que todos habitaban para acondicionar la suya propia, contraviniendo las normas establecidas de permanecer juntos.

También le acusan de haber introducido, por la noche, a prostitutas en esa vivienda oficial a las que compensaba con «pequeños reglaos» que, en ocasiones, eran tarjetas de teléfono «compradas con cargo al dinero del Ministerio del Interior y del Tesoro Público español, destinadas principalmente a los teléfonos del equipo español, y del equipo mauritano y como moneda de cambio de los servicios preferentes del aeropuerto o confites».

«Incluso se le ha visto manteniendo relaciones sexuales con prostitutas en el vehículo oficial, llegando a manifestar en el grupo de whatsapp que el motivo de su estancia allí eran las ‘muescas y dinero’ en directa alusión a cada relación sexual que mantenía con un nueva mujer», afirman en la denuncia, a la que ha tenido acceso Confilegal.

«Los hechos narrados revisten los caracteres típicos de un delito de malversación de caudales públicos, toda vez que el denunciado ha procedido a sufragar con dinero público y como responsable de la administración de un patrimonio ajeno del estado español, gastos destinados al consumo y necesidades privadas«, dice la denuncia armada por el despacho de Garzón Abogados.

Los cuatro agentes también denuncian que, al margen de esas actividades nocturnas, el inspector jefe Pancho Follana mantiene relaciones amorosas con una mujer española residente en Nuadibú, con la que dicen que «comparte una gran información sensible del equipo, la cual se encuentra plenamente informada sobre información relativa a los horarios, entradas, salidas, patrullas y desarrollo de las funciones del equipo de cooperación».

«Esta señora es totalmente ajena al Ministerio de Interior, sin embargo a pesar de ello acude a todos los eventos y comidas oficiales del equipo invitada por el denunciado, ya sea dentro de la vivienda oficial del equipo, de la vivienda del CNI o de la Guardia Civil», afirman.

«Los hechos narrados revisten los caracteres típicos de un delito de revelación de secretos pues el denunciado no sólo está compartiendo con terceras personas, en concreto, con la persona con la que mantiene una relación sentimental, información de estado confidencial, sino que además está poniendo en riesgo toda la operativa de estado desplegada en Mauritania«, manifiesta la denuncia.

«MOBBING» O ACOSO MORAL

Los cuatro agentes -tres de ellos con destino en la Comisaría General de Extranjera y Fronteras, Unidad Central de Fronteras, Brigada de Respuesta a la Inmigración Clandestina y un cuarto en la Comisaría Provincial de Granada-, acusan también al inspector Pancho Follana de un delito contra su integridad moral, conocido popularmente como «mobbing» o acoso laboral.

«Todas las acciones contra los denunciantes son de atentados contra su integridad física, humillación, denigración, insultos, exclusiones, etc., revistiendo los caracteres típicos del delito de ‘mobbing’, contra la integridad moral de los denunciantes, toda vez que en la convivencia diaria con el denunciado las amenazas generalizadas a los denunciantes eran diarias cada vez que observaba alguna discrepancia con sus exigencias o sus deseos, manifestando un trato prepotente, soberbio, vejatorio y chulesco, buscando provocar e insultar a los denunciantes, incluso tratando de ponerlos unos contra los otros, llegando a ridiculizar su constitución, belleza o inteligencia, circunstancias que han provocado un cuadro de ansiedad en los denunciantes, la cual ha tenido que ser tratada en el hospital«, afirma con rotundidad la denuncia.

Según los cuatro agentes, que se fueron incorporando al equipo de Cooperación Conjunto Hispano-Mauritano de forma escalonada, desde la llegada de Pancho Follana, en noviembre de 2016, éste comenzó a quejarse sobre su nivel de francés, «que no hablan de forma fluida, como él».

«Tras su incorporación, paulatinamente deja entrever ciertos rasgos predominantes, un afán de protagonismo exacerbado, constantes manifestaciones de carácter sexual con predilección por las mujeres orientales, así como en reiteradas ocasiones manifiesta una clara inclinación por los altercados y la violencia física, manifestando su intención de ‘liarla por lo menos una vez cada mes’, de lo cual se jacta», cuenta la denuncia.

SE MOFABA DE ELLOS

«Respecto a su trato con ellos, los denunciantes observan que la actitud del denunciado es prepotente, ridiculizando y mofándose de los miembros del equipo (normalmente de su fisionomía), refiriéndose a ellos con apodos, queriendo llamar la atención, todo aparentemente con la intención de crear discordia en la convivencia diaria, pues todo lo que no se acerque al canon de perfección que es él, le es despreciable».

También señalan «que trata de poner a los componentes del equipo unos contra otros, divulgando a unos mensajes negativos que supuestamente habían dicho los otros».

«El denunciado manifiesta un desprecio por aquellas personas que no poseen un físico de acuerdo con sus cánones de belleza, incluso con los miembros del equipo, criticando su morfología, sus formas de moverse, la ropa que portaban, la alopecia… Hecho que desemboca en un deterioro progresivo de la convivencia del equipo», añaden.

De acuerdo con Jesús Garzón Flores, el abogado de los cuatro policías nacionales, «el menosprecio del denunciado con mis mandantes llegó a tal extremo que se manifestó en el hecho de no permitir coger vacaciones oficiales a los agentes D. Ignacio María Arranz Velasco y D. Francisco Espínola González sin ningún motivo ni justificación al respecto, simplemente por el hecho de que el denunciado no quería que cogieran vacaciones».

«Incluso el Sr. Arranz Velasco en fecha 3 de febrero recibe comunicación verbal en virtud de la cual se le transmite que el denunciado ha decidido evacuarlo a Madrid de forma inmediata sin ningún tipo de explicación, alegando únicamente que su repentina evacuación se debe a “tener un problema de convivencia” con el mismo, extremo que constituye un atentado y una ofensa muy grave al honor, a la dignidad, a la integridad y a la carrera profesional de dicho funcionario, toda vez que el mismo tiene una excelente relación con todos los compañeros que conforman el equipo tanto español como el mauritano, no recibiendo nunca ningún tipo de apercibimiento, verbal o escrito, ni ninguna falta, ni sanción, ni queja alguna al respecto, no existiendo ningún procedimiento disciplinario abierto contra su persona», señala.

Los delitos de los que los cuatro policías denuncian a Pancho Follana son muy graves.

El de malversación de fondos públicos está castigado, en el Código Penal, con una pena de prisión de 2 a 6 años e inhabilitación para seguir en la Policía Nacional por un periodo de 6 a 10 años, el de revelación de secretos con pena de prisión de 1 a 4 años y el delito contra la integridad moral con una pena de prisión de 6 meses a 12 años. 

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