Fuster Fabra aprecia una posible prevaricación en la investigación al «mosso» que dijo «la república no existe, idiota»
José María Fuster Fabra, el abogado del agente antidisturbios de los "Mossos d'Esquadra" que dijo a un agente rural –funcionario de la Generalitat y vestido con su uniforme– "la república no existe, idiota" (en la foto pequeña) considera que Asuntos Internos podría estar cometiendo prevaricación.

Fuster Fabra aprecia una posible prevaricación en la investigación al «mosso» que dijo «la república no existe, idiota»

El abogado asegura que los comentarios fueron fruto de llevar 10 horas de trabajo en unas condiciones "límite"
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10/4/2019 01:15
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Actualizado: 10/4/2019 01:59
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José María Fuster Fabra, el abogado del agente antidisturbios de los «Mossos d’Esquadra» que dijo a un agente rural –funcionario de la Generalitat y vestido con su uniforme– «la república no existe, idiota», considera que la investigación de oficio que está llevando a cabo la División de Asuntos Internos (DAI) de ese cuerpo policial podría estar incurriendo en un delito de prevaricación.

De acuerdo las alegaciones presentadas por el letrado –defensor habitual de los policías autonómicos catalanes–, al «mosso», que pronunció esa frase durante las protestas contra el Consejo de Ministros celebrado en Barcelona el 21 de diciembre, se le quiere imponer una sanción cuando no consta si se ha investigado al agente rural.

Lo que supone un «agravio comparativo». 

«Las actuaciones de oficio de una División de Asuntos Internos no pueden ser aleatorias o al capricho de la voluntad de los responsables de esta importante división o de las indicaciones que puedan provenir de otras instituciones».

«Este hecho entiende esta parte podría ser constitutivo de un delito de prevaricación al tratarse de una actuación arbitraria no homogénea respecto a otros casos de mayor gravedad», argumenta el abogado José María Fuster-Fabra, en su escrito de alegaciones al expediente disciplinario.

Fuster Fabra ha reclamado que se exija a la Consejería de Agricultura de la Generalitat que aclare si ha abierto un expediente sancionador al agente rural con quien se produjo la conversación «por haber acudido a una manifestación con uniforme reglamentario y adoptando una actitud claramente hostil hacia funcionarios de ‘Mossos d’Esquadra’ que estaban realizando su trabajo».

El letrado considera que la actitud de este agente rural fue «manifiestamente más grave» que la de su representado porque, en sus palabras, aparece vestido de uniforme en una manifestación de carácter agresivo apoyando a los manifestantes y tratando de impedir el ejercicio de la función pública de los «Mossos».

LA REPÚBLICA NO EXISTE: DATO OBJETIVO

Respecto al insulto ‘idiota’, Fuster Fabra afirma que se refiere a la acepción de una persona que «carece de instrucción», ya que afirma que la república existe cuando su inexistencia es un dato absolutamente objetivo reconocido unánimemente incluso por los propios políticos soberanistas acusados en el Tribunal Supremo.

El letrado resalta que la escena de que un agente rural, funcionario, va a una manifestación «apoyando a los manifestantes y oponiéndose y culpabilizando a otro funcionario «mosso d’Esquadr»a que esta cumpliendo su trabajo» es en sí misma inaudita.

«La escena encaja en la idea de una persona que carece de instrucción porque es obvio que no es propio de un funcionario uniformado una actuación semejante, manifestando defender algo inexistente», afirma en su escrito.

COLABORACIÓN ENTRE FUNCIONARIOS

Además, apunta a que la escena filmada, que se hizo viral, es una conversación entre dos funcionarios, donde el funcionario que está cumpliendo con su deber pretende que el otro funcionario le ayude y que tome conciencia de la situación que se estaba produciendo: «En definitiva que lo que pretendía era la colaboración entre funcionarios».

En su escrito de alegaciones, el abogado asegura que los comentarios vertidos por su representado fueron fruto de llevar unas 10 horas de trabajo en unas condiciones «límite» y que durante el dispositivo los «mossos» habían sido sometidos a insultos, actitudes hostiles, gritos, y en absoluta inferioridad, ya que tenían enfrente a entre 3.000 y 4.000 personas.

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