La Guardia Civil halló ADN y pelo de la joven de Boiro dentro del maletero del vehículo de ‘El chicle’

Así lo han informado los peritos de la Unidad Central de la Guardia Civil, especialistas en ADN, que han comparecido hoy en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago.

Los guardias civiles recibieron en su momento para su análisis restos del interior del vehículo de Enrique Abuín, y de la palanqueta que, según él dijo, llevaba en la mano en el momento del forcejeo, ya que había intentado forzar un coche.

De entre todas las muestras, los agentes localizaron ADN de la víctima (con una seguridad de más del 99%) en el «paso de la puerta del maletero», así como dos pelos de ella en el interior del mismo.

Sin embargo, ‘El chicle aseguró ayer que el forcejeo se produjo lejos de su vehículo y que en ningún momento abrió el maletero o trató de meter a la joven dentro.

En la palanca que portaba Abuín Gey (y que, según su versión, la joven pudo confundir con un cuchillo), solo se ha encontrado ADN de ‘El chicle’.

Otro de los peritos ha explicado que, aunque desde marzo a diciembre de 2017, Abuín hizo uso de un nuevo vehículo adquirido a inicios de año (un Audi A4), el día de la agresión empleó su antiguo coche, un Alfa Romeo.

Sobre estos modelos, ha apuntado que la diferencia radica en que el Alfa Romeo tiene un «maletero estanco», esto es, que no es posible pasar de él al habitáculo, mientras que en el Audi A4 una persona encerrada en el maletero podría llegar a acceder al interior del coche a través de la «bandeja deslizante».

Abuín está acusado de un delito de detención ilegal o, alternativamente, uno consumado de coacciones, así como de un intento de agresión sexual, robo con violencia e intimidación en grado de tentativa, un delito de amenazas y otro de lesiones.

Abuín ha usado hoy su turno de última palabra, y ha pedido perdón a la familia de Diana Quer. «Siento mucho lo ocurrido», ha dicho.

«Si pudiera dar marcha atrás más de dos años lo haría, pero no puedo, y ojalá algún día se sepa toda la verdad», ha manifestado.

Diana López Pinel y Juan Carlos Quer, los padres de Diana Quer el día de la misa funeral por su hija. Foto: EP

Juan Carlos Quer, que ha seguido la vista desde dentro de la sala, igual que ayer, se ha levantado con la intención de intervenir, aunque el juez lo ha rechazado: «Es la sala de vistas, usted es público».

A su salida del juzgado, preguntado sobre lo dicho por ‘El chicle’, y si le parecía una muestra de arrepentimiento, el padre de Diana Quer ha dicho que no le merece consideración alguna y que no se lo cree.

Respecto a lo dicho por Abuín de que ojalá las cosas hubiesen sido distintas, ha señalado que eso podría decirlo él, pero no un individuo que no tiene «sentimientos ni valores», porque a Diana «la tuvo 500 días en un pozo» y, estando en ese lugar, «todavía estaba intentando meter a esta niña (de Boiro) en el maletero».

Además, ha apuntado de que ‘el chicle’ «no va a salir en dos años y medio» y «no va a vender entrevistas a 10.000 euros» porque «la sociedad española no se lo va a permitir».

Quer también ha agradecido a la Fiscalía y a la Guardia Civil su «buen hacer» y su «diligencia» para «intentar que se haga justicia», Juan Carlos Quer ha dicho que ‘el chicle’ «no tiene sentimientos ni valores», ya que a su hija «la tuvo 500 días en un pozo» y a la joven de Boiro «intentaba meterla en el maletero».

«No intentas meter a una niña en un maletero para robarle un móvil», ha sentenciado.

Ayer, en declaraciones a los periodistas destacó la «enorme valentía de una niña que ha resultado con un perjuicio emocional brutal después de esta agresión», así como las «incoherencias» de Enrique Abuín, «un depredador de niñas y de jóvenes».

Por su parte, la madre de la joven de Boiro ha manifestado que la tesis defendida por el acusado es «todo una mentira».

«Ese no tiene perdón, que lo perdone Dios si puede», ha dicho, y ha destacado la fortaleza de Juan Carlos Quer.

La mujer ha señalado que su hija «estaría en el mismo lugar que Diana y hoy en día no se sabría nada de las dos», de no haber sido interrumpido por dos jóvenes que se encontraban en la zona.

LA JOVEN DICE QUE LA AMENAZÓ CON UN CUCHILLO: ‘NO CHILLES, QUE TE RAJO’

La joven de Boiro a la que presuntamente ‘el chicle’, trató de raptar el 25 de diciembre de 2017, declaró en el juicio que tras interceptarla en una calle de Boiro, la amenazó con un cuchillo y la «empujó» para meterla a la fuerza en el maletero de su vehículo.

«Me dije: ‘Intenta salir de aquí, porque como cierre el maletero, no sales más'», contó.

La joven, que declaró tras un biombo para preservar su identidad, narró que ‘el chicle’ le pidió que le entregase el móvil, pero ella se negó y le ofreció a cambio dinero, algo que él no aceptó.

«El móvil era mi única forma de salvarme si en algún momento cerraba la puerta, para llamar a la Policía», explicó.

También contó que ‘el chicle’ «cambió su actitud» de golpe y le preguntó si se llamaba Carla, tras lo que aseguró que todo se trataba de «una broma» encargada por «su novio».

Dijo que ella comenzó a caminar «hacia atrás» para huir del lugar y que ‘el chicle’ la siguió. «Iba andando hacia atrás y él iba andando conmigo. No sabía ni qué hacer, tenía miedo de que, si me giraba, me clavase un cuchillo», contó.

Explicó que en un momento dado, en el que éste no la «perdía de vista», se «abalanzó» sobre ella y terminó por «empujarla» hacia el maletero, donde llegó a entrar a excepción de las piernas y pudo observar que en el fondo había colocado «algo blanco, una sábana o una toalla».

«Me dije: Intenta salir de aquí, porque como cierre el maletero, no sales más», relató.

El forcejeo fue escuchado por dos jóvenes que se encontraban en la zona, explicó la chica, y a quienes advirtió a su llegada que el agresor llevaba «un cuchillo».

Con ellos fue hasta un establecimiento cercano para llamar a la Policía.

Visiblemente afectada, la joven escuchó también la reproducción de un audio de Whatsapp que grabó accidentalmente durante los hechos y en el que puede escucharse a ‘el chicle’ pidiéndole reiteradamente que le entregue el móvil e instándola a que entrase en el coche, y a la víctima suplicándole que la deje ir.

Tras la agresión, la joven tuvo que recibir tratamiento hospitalario para sus lesiones y asistencia psicológica, con la que continúa en la actualidad.

Asimismo, sigue tomando tratamiento ansiolítico y que tiene pesadillas con los hechos.

«Me despierto cada dos horas, con cada ruido, y tengo que levantarme para ver si las puertas o las ventanas están bien cerradas», contó.