Las acusaciones mantienen su petición de prisión permanente revisable para la madre de Sara y su expareja
Audiencia Provincial de Valladolid.

Las acusaciones mantienen su petición de prisión permanente revisable para la madre de Sara y su expareja

Las defensas de los encausados siguen pidiendo su absolución
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16/5/2019 12:16
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Actualizado: 17/5/2019 15:36
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Las acusaciones pública, particular y las dos populares, ejercidas por la Asociación Clara Campoamor y la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales de Valladolid (Adavasymt), mantendrán su petición de prisión permanente revisable para Davinia M.G. y Roberto H.H. como responsables del asesinato de Sara, la niña de 4 años fallecida el 3 de agosto de 2017 en Valladolid, hija de la acusada.

Así lo han expuesto tras la decimosegunda jornada del juicio a estos dos individuos, que se celebra en la Audiencia de Valladolid, y que juzga un jurado popular. 

Mañana tendrá lugar la exposición de los alegatos definitivos.

Por su parte, las defensas de los encausados siguen pidiendo su absolución.

La acusación particular ejercida por el padre biológico reclama la libre absolución de Davinia, para quien no hace petición alguna al considerar que ella no estaba al corriente de la situación.

Alega que si se hubiera percatado de lo ocurrido habría reaccionado para evitar lo ocurrido.

La expareja de la madre de la niña está en prisión provisional desde agosto de 2017.

La Fiscalía considera a Roberto H.H. autor material de seis presuntos delitos de maltrato con lesiones en el ámbito familiar, un delito de maltrato habitual, un presunto delito de violación a una menor de 16 años y de asesinato. A la madre la acusa de los mismos delitos por omisión, así como del de abandono de menores, en calidad de autora material.

Adavasymt imputa a los dos encausados un delito de asesinato, seis delitos de lesiones y otro de maltrato, así como un delito continuado de violación en el caso de Roberto y de abandono de menores en el caso de Davinia, con lo que, amén de la petición de prisión permanente revisable para ambos, esta acusación popular pide para la mujer un conjunto de penas que suma 13 años de cárcel y para el que fuera su novio, 24.

Por su parte, la Asociación Clara Campoamor, representada por Luis Antonio Calvo, ha modificado únicamente para exonerar a los acusados del delito de lesiones relativo al golpe que la niña sufrió en la sien el 28 de julio -les pedía por él 5 años-, pero han mantenido invariable el resto de su calificación que incluye seis delitos de lesiones, con petición de un año por cada uno, otro de maltrato habitual por el que solicita tres años, uno de violación a menor de 16 años, con petición de 15 años más, y otro de asesinato, por el que interesa la prisión permanente revisable, además de otros 15 años de libertad vigilada una vez que recuperen la libertad.

‘FUE GOLPEADA VIOLENTAMENTE POR TODO EL CUERPO Y SUFRIÓ UN INTENTO DE PENETRACIÓN’, SEGÚN LOS FORENSES

El pasado martes, declararon los forenses que practicaron la autopsia a la pequeña y certificaron que el día anterior ésta fue zarandeada por el cuello, golpeada violentamente por todo el cuerpo y que sufrió un intento claro de penetración.

Los forenses explicaron en declaraciones a Europa Press que la causa real de la muerte de Sara fue un traumatismo craneoencefálico, fruto de un mecanismo de zarandeo contra una superficie roma o bien al recibir en la cabeza el golpe de un objeto contundente, lo que provocó un fuerte edema cerebral.

«Presentaba el síndrome del niño apaleado, más un abuso sexual», coincidieron ambos profesionales.

Descartaron que esa muerte fuera fruto del golpe en la sien que, supuestamente, la pequeña se produjo el día 28 de julio en el domicilio.

Sobre la infinidad de lesiones encontradas en el cadáver de la niña, detallaron que la pequeña tenía hematomas en la cara, en el cuero cabelludo y equimosis en las extremidades superiores e inferiores, con alguna uña arrancada y otras sangrantes, posiblemente por «pisotones», así como otras indiciarias de un intento de penetración vaginal y anal.

El pasado 8 de mayo testificó un agente de la Policía Nacional, integrante de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM), que fue uno de los encargados de visionar los teléfonos móviles de Davinia M.G. y Roberto H.H, así como de la hija mayor de la mujer, con motivo de la investigación abierta a raíz de la muerte violenta de la pequeña.

Destacó el contraste de la alegría que presentaba la niña en las más de 6.000 instantáneas extraídas del móvil de su madre y la «extrema tristeza», junto con su «deterioro físico», observados en las tomadas durante un mes antes de su fallecimiento, casualmente el mismo periodo en el que Roberto H.H. mantuvo una relación de noviazgo con la madre.

Relató que le llamó la atención cuando se comunicó a la madre que su hija acababa de fallecer en la habitación del hospital: «¡Agachó la cabeza, lanzó un ligero sollozo y siguió como si nada!».

Y añadió que al poco tiempo ésta «se levantó de la silla y dijo que se iba a casa porque al día siguiente tenía que trabajar, ¡y eso a pesar de que su hija estaba en muerte cerebral!».

RESTOS CELULARES DEL ACUSADO EN LAS UÑAS DE SARA

La jornada de hoy ha estado centrada en las periciales por videoconferencia realizadas por técnicos del Instituto Nacional de Toxicología y agentes del Laboratorio de la Brigada de la Comisaría Científica de la Policía Nacional.

Los primeros han corroborado que hallaron restos celulares de Roberto H. bajo las uñas de la pequeña.

Esta prueba vendría a demostrar, según la tesis de las acusaciones, que la niña se llegó a defender y pudo originar las lesiones que Roberto presentaba en sus manos y antebrazos, aunque éste y su defensa hayan tratado de justificar durante todo el proceso que dichas heridas se las causó en su condición de mecánico durante los trabajos de reparación de varios coches y distintos artefactos.

Los agentes del Laboratorio de la Brigada de la Comisaría Científica han indicado quienes no hallaron restos de sangre de Roberto en las uñas de Sara ni viceversa.

Lo que sí encontraron es, sobre todo, un mechón de cabello de la niña en un pantalón corto del acusado, que lo utilizaba como pijama.

Además, según han expuesto, en dicha prenda, por delante y por detrás, también hallaron sangre de la pequeña, de su madre y del propio acusado, así como de la niña en otras muestras obtenidas en la pared de su habitación, el cabecero y distintas sábanas.

 

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