Oriol Pujol queda interno en la cárcel de Brians 1 tras revocarse su tercer grado
El hijo del expresidente catalán Jordi Pujol fue condenado a dos años y medio por tráfico de influencias, un delito continuado de cohecho y falsedad en documento mercantil, por el caso de las ITV. Foto: EP

Oriol Pujol queda interno en la cárcel de Brians 1 tras revocarse su tercer grado

Seguirá en el mismo módulo al que acudía solo a dormir desde que el pasado marzo se le concedió el tercer grado
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24/5/2019 12:50
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Actualizado: 24/5/2019 12:58
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El exdiputado de CiU en el Parlamento catalán Oriol Pujol ha quedado ingresado hoy en el centro penitenciario Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), después de que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 2 de Barcelona revocara su clasificación en tercer grado.

Pujol ha pasado la noche en la cárcel de Brians 1, como hace desde que en marzo se le concediera el tercer grado, y por la mañana ha quedado ingresado en este centro en cumplimiento de la resolución judicial.

Desde que obtuvo el tercer grado el 29 de marzo, Pujol solo ha ido a prisión a dormir entre semana, y durante el día y los fines de semana ha estado en libertad. Antes estuvo preso dos meses y medio en la cárcel de Brians 2, también en Sant Esteve Sesrovires.

El hijo del expresidente catalán Jordi Pujol fue condenado a dos años y medio por tráfico de influencias, un delito continuado de cohecho y falsedad en documento mercantil, por haber cobrado comisiones de empresarios afines del sector de las ITV a cambio de utilizar su influencia política para favorecer sus negocios.

El pasado 29 de marzo, salió de la cárcel de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), tras pasar dos meses y medio.

La Secretaría de Medidas Penales de la Consejería de Justicia, que dirige Ester Capella, aprobó el 21 de marzo la clasificación inicial de tercer grado de Pujol, una propuesta que había sido elevada por decisión unánime de la Junta de Tratamiento de la cárcel.

La Fiscalía recurrió la decisión al ver «trato privilegiado»

Lamentaba que se transmitía «un peligrosísimo mensaje de que es rentable delinquir» y que la ley no es igual para todos.

El Ministerio Público pidió que se le clasificara en segundo grado.

La magistrada titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número dos de Barcelona, María José González González, acordó ayer revocar el tercer grado al considerar que no es «conforme a Derecho».

La magistrada ha valorado que en el caso de Pujol «no concurren favorablemente calificadas todas las variables» que el Reglamento Penitenciario establece para que se pueda clasificar al penado inicialmente en tercer grado.

Indica que «ni tan siquiera habían transcurrido dos meses desde su ingreso, por lo que no puede afirmarse que se ha cumplido con un periodo razonable de observación que permita al Equipo Técnico estudiar al interno», lo que ve indispensable para la clasificación inicial en tercer grado.

También señala que concurren circunstancias favorables como su primariedad delictiva, asunción y reconocimiento de los hechos, pago de las multas, bajo riesgo de reincidencia o adaptación socio familiar y tener un empleo, entre otras, pero que estos datos no son determinantes porque «no se observa que se haya producido durante el escaso periodo de ingreso cambio alguno en los déficits tratamentales determinantes de su comportamiento delictivo».

La juez considera que el tiempo que Oriol Pujol ha estado realizando un programa sobre moral y valores desde el 19 de febrero no es suficiente, y que no consta valoración, consolidación y seguimiento que se hayan alcanzado «ni si han tenido algún efecto reeducador en relación a su conducta delictiva centrada, según los informes, en la codicia y la posible repercusión en su estatus social y sus relaciones de poder».

Además, destaca que la infracción de Pujol tiene especial relevancia en términos de repercusión social e institucional porque era diputado del Parlamento catalán, generó descrédito en las instituciones, y actuó «aprovechando su privilegiada condición política y actividad pública para cometer los hechos delictivos que se prolongaron durante varios años y que deben ser objeto de un importante reproche».

Cabe recordar que Oriol Pujol ratificó un pacto alcanzado con la Fiscalía Anticorrupción en julio de 2017 aceptando esta condena de dos años y medio por tráfico de influencias, delito continuado de cohecho y falsedad en documento mercantil, y eludió así la celebración de un juicio popular del que podría haber salido peor parado.

Con dicho pacto, el hijo del expresidente autonómico catalán Jordi Pujol consiguió, además, que su mujer, Anna Vidal, también acusada, eludiera la cárcel a cambio de una multa.

 

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