El hombre que supuestamente fue mutilado por su mujer y dado de comer a sus perros tenía heridas por filo cortante y serrado
Svetlana B., de nacionalidad rusa y 46 años, se enfrenta a un petición fiscal de 25 años de prisión por un presunto delito de asesinato con alevosía y ensañamiento en el que concurre como agravante la circunstancia de parentesco.

El hombre que supuestamente fue mutilado por su mujer y dado de comer a sus perros tenía heridas por filo cortante y serrado

Los análisis detectaron presencia de diazepam en la sangre de la víctima, en una concentración compatible con uso terapéutico
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13/6/2019 14:15
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Actualizado: 13/6/2019 14:33
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Los estudios forenses del cadáver del hombre presuntamente asesinado por su mujer en Cala Millor (Mallorca) en 2016 identificaron heridas causadas por un objeto de filo cortante y serrado en los tejidos de la víctima, así como lesiones derivadas de mordeduras y pelos de animal.

Así lo han señalado los peritos que han declarado hoy en la cuarta sesión del juicio en Palma a Svetlana B., de nacionalidad rusa y 46 años, acusada de matar a su marido, a quien presuntamente sedó y cortó trozos de carne y piel de ambos brazos y se los dio de comer a sus perros.

La víctima es un alemán, de 70 años.

Los expertos que examinaron los huesos solamente encontraron lesiones indicativas de «fauna carnívora y carroñera», y los estudios químicos detectaron concentraciones de diazepam, compatibles con uso terapéutico, en la sangre de la víctima.

El caso lo juzga desde el pasado lunes un tribunal del jurado de la Audiencia de Baleares, presidido por el magistrado Jaime Tártalo.

Svetlana B. negó en la primera sesión el crimen y aseguró que el hombre murió atacado por uno de sus perros, un pitbull americano.

El médico forense que practicó el levantamiento del cadáver y la autopsia ha sostenido que la versión de la acusada «no cuadra», entre otros motivos, porque encontraron heridas «incisas» y «demasiado rectas» para ser producidas por un animal, en las que parece que ha intervenido «un cuchillo afilado y de sierra».

«¿Los perros saben manejar un cuchillo? No», ha sentenciado.

Ha insistido en que el hombre no pudo abrir la puerta del dormitorio tras ser atacado y ha destacado la presencia de manchas de «arrastre» en el suelo de la casa.

Durante la exhibición de las fotografías del cadáver y de la escena del crimen, la acusada ha comenzado a sollozar sonoramente tapándose la cara con un pañuelo.

LA FISCALÍA PIDE 25 AÑOS DE CÁRCEL

La Fiscalía reclama 25 años de cárcel para Svetlana B. por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento en el que concurre como agravante la circunstancia de parentesco. También reclama la inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena.

Se prevé que el juicio dure dos semanas.

Un testigo del juicio afirmó el martes que la acusada le dijo que estaba «muy cansada» de su esposo y que le ofreció 50.000 euros por acabar con su vida.

«Me ofreció dinero a cambio de matar a su marido», aseguró este testigo, que declaró por videoconferencia.

El hombre, que presuntamente se había desplazado hasta la vivienda con la mujer para venderle cocaína, apuntó que no se tomó en serio la proposición.

«Vi a una señora borracha y drogada, no me creí lo que me dijo y no me interesaba escuchar más, cogí y me fui», explicó.

El guardia civil que realizó la primera intervención en la casa, que también testificó el martes, dijo encontraron a la víctima con «los brazos como si hubieran cortado jamón», con «el hueso completamente limpio», una descripción que ha corroborado un policía local que también estuvo presente.

Los agentes se presentaron en el domicilio tras recibir un aviso del 112. La llamada al servicio de emergencia procedía de un tercero, al parecer porque hacía tiempo que no veía al hombre.

LLEVABAN TRES MESES CASADOS

Según relata la Fiscalía en su escrito de acusación, los hechos se remontan al 1 de abril de 2016 en Cala Millor (Mallorca)en Sant Llorenç des Cardassar, cuando la acusada y la víctima llevaban tres meses casados.

Ninguno hablaba el idioma materno del otro y se comunicaban en inglés porque sí conocían ese idioma «un poco».

El Ministerio Público señala que entre las 9.00 y las dos de la tarde, la acusada cortó con un cuchillo serrado a su marido.

El hombre se encontraba sedado en la cama de su dormitorio al haber ingerido algún tipo de fármaco.

De acuerdo al relato de la Fiscalía, la acusada, tras cortarle trozos de carne y piel de los brazos y dárselo de comer a sus perros, les azuzó para que le mordieran en las extremidades. Esto le provocó una hemorragia masiva, un choque hipovolémico y la muerte.

LA VERSIÓN DE ELLA

Además de negar el crimen y asegurar que el hombre murió atacado por el pitbull, rechazó que drogara a su marido o que le atacara con un cuchillo, así como que ofreciera dinero a un hombre para que lo asesinara, como contó un testigo.

Según la acusada, se trata de un hombre que le ofreció droga y ella le denunció.

Cuando la acusada se fue a vivir con el hombre en 2015, llevó consigo a su perro, Lord. Más tarde adoptaron una hembra de stafford americano, a la que llamaron Linda.

La acusada también dijo que los perros habían atacado al hombre al menos en otras dos ocasiones, en octubre y diciembre de 2015, pero que no se deshicieron de ellos porque su marido no quiso.

Además, afirmó que él pegaba a los perros.

Por otra parte, reconoció que sabía que su marido había hecho testamento y que los herederos eran ella y los animales.

La casa donde vivían era de la víctima. Ella no tenía ninguna vivienda en propiedad.

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