Albert Rivera: ‘Mis tres grandes retos en Martínez-Echevarría son la expansión territorial, captación de talento y abrir nuevas áreas de negocio’
Albert Rivera, presidente ejecutivo en España y Portugal del bufete Martínez-Echevarría, en una reunión el pasado miércoles con abogados séniors del despacho de Málaga.

Albert Rivera: ‘Mis tres grandes retos en Martínez-Echevarría son la expansión territorial, captación de talento y abrir nuevas áreas de negocio’

También apuesta por las colaboraciones con otras firmas; "a veces, en vez de competir es mejor trabajar juntos para ofrecer mejores servicios", señala
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09/3/2020 01:00
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Actualizado: 09/3/2020 08:15
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Albert Rivera, expresidente de Ciudadanos, informa en Confilegal de los retos que tiene como presidente ejecutivo en España y Portugal del bufete Martínez-Echevarría, despacho al que entra como socio y donde, además, ocupará la Presidencia del Consejo de Administración de la firma, que deja atrás el modelo de administrador único, dirigido por Rafael Martínez Echevarría.

Sus proyectos son “la expansión territorial del despacho, la captación de talento y colaboraciones con otras firmas”, según explica.

Además, de cara al plan estratégico para 2021 va a plantear a sus “compañeros” abrir nuevas áreas de negocio.

Rivera revela en esta entrevista cómo fue su fichaje y qué le llevó a elegir esta oferta de entre “la decena” que le pusieron sobre la mesa tras abandonar la política el pasado noviembre.

El bufete Martínez-Echevarría, fundado en 1983, es el despacho número uno en Andalucía, con sedes en Málaga, Sevilla, Córdoba, Granada, Almería, Marbella, Fuengirola, Estepona, Sotogrande y Manilva.

De izquierda a derecha: Eugenio Martínez-Echevarría, director de desarrollo de negocio; Albert Rivera, presidente ejecutivo en España y Portugal del despacho; Vicente Morató, socio director; y Rafael Martínez-Echevarría, socio fundador.

La firma también tiene oficina en Madrid, situada en el número 33 de la calle Príncipe de Vergara.

Y en el extranjero tiene en Portugal (Oporto, Estoril, Vilamoura, Lagos y Quinta do Lago), Turquía (Estambul y Bodrum), Bulgaria (Sofia) y Rumanía (Bucarest).

El despacho Martínez-Echevarría Abogados figura en el número 17 del ránking de Expansión, con una facturación en 2018 de 17 millones de euros. 

Sobre la facturación por profesional, se encuentra en el puesto 37º de una lista compuesta por 89 referencias. Por abogado, se calcula una facturación media de 163.462 euros. Por socio, el citado diario ha calculado una facturación media de 809.525 euros.

En la actualidad tiene una plantilla de más de 120 abogados, y cada departamento está dirigido por un máximo especialista en la materia: abogado del Estado o magistrado en excedencia o catedrático universitario.

Albert Rivera compaginará la Presidencia del despacho con el ejercicio de la abogacía.

No descarta llevar algunos casos.

También comparte con este diario otros proyectos fuera del bufete y cuenta a que le deja la puerta abierta.

Además, hace una balance de su etapa en Ciudadanos, del que llevó las riendas durante 13 años. Y repasa con Confilegal las últimas iniciativas de la formación en materia de Justicia.

Eso sí, subraya que va a tomar distancia con el partido y que va a ser “muy respetuoso porque las tutelas no son buenas”.

“Los expresidentes no tienen que molestar, sino en todo caso, si hace falta, echar un cable. Yo, desde luego, nunca voy a ser un problema para Ciudadanos y siempre voy a estar al lado”, señala.

Asimismo, cuenta cómo ve a España, qué le preocupa y qué iniciativas ve necesarias.

Y avanza una pincelada de lo que encontraremos en su nuevo libro, ‘Un ciudadano libre’, su tercera obra, que verá la luz el próximo abril, en el que ya fuera de la política se ha permitido “hacer reflexión, autocrítica” y repasar “todo lo bueno logrado en este tiempo”.

“Es un libro en positivo, en el sentido de intentar sacar conclusiones, mirar hacia el futuro y lo que pueda haber servido mi trayectoria. Si a alguien en la vida pública, del partido que sea, le sirve mi experiencia, y mis aciertos y mis errores o mis vivencias para algo, si es bueno para España, que lo aproveche”, explica.

Rivera abandonó la presidencia de Ciudadanos el pasado 11 de noviembre tras la debacle electoral del 10-N. Dejó también el acta de diputado y la política.

Rivera, en la rueda de prensa en la que anunció que dejaba la política.

Hoy, 4 meses después se muestra “contento” con los primeros pasos que ha dado.

“Voy a liderar un proyecto, junto a un gran equipo, con toda la humildad del mundo, pero con todas las ganas de ser uno de los mejores despachos de abogados de este país”, manifestó el pasado lunes en la rueda de prensa que dio para anunciar este nuevo camino que emprende.

¿Cómo fue el fichaje en Martínez-Echevarría?

Cuando salí de la política no tenía pensado inmediatamente volver al mundo del Derecho. Fue tan rápido todo que salí con una mano delante y otra detrás, y mi único bagaje era mi experiencia y mi honradez.

Salté de la política y me tomé un tiempo para descansar y reflexionar.

Dicen que cuando sales de la política te deja de sonar el teléfono y que nadie te llama. A mí, por suerte, me empezó a sonar por parte de gente del sector privado que quería interesarse por mí, hacerme propuestas o contratarme.

He escuchado casi una decena de ofertas de diferentes ámbitos empresariales.

Martínez-Echevarría llegó a mí a través de unos «headhunters» y me hicieron una propuesta en el mes de diciembre.

En un primer momento no entraba en mis planes porque era justo después de dejar la política, pero me insistieron en que por lo menos querían almorzar conmigo, conocerme y ponerme el proyecto sobre la mesa.

Antes de Navidad almorcé con el socio fundador, Rafael Martínez-Echevarría, y con Vicente Morató, el socio director, y me causaron una magnífica impresión. Son audaces, gente muy seria, con mucha experiencia en el mundo del Derecho…

Dije que me dejaran estudiarlo.

En enero retomamos las conversaciones. Me fui implicando más conociendo el despacho, me fueron explicando cómo funcionaban, los objetivos que tenían, la estrategia que querían plantear. Me parecieron gente inteligente y muy trabajadora, con lo cual finalmente en febrero acabamos de concretar esa oferta y el contrato.

Esto es una apuesta a largo plazo y estoy contento con estos primeros pasos que he dado.

El pasado lunes hizo pública esta nueva andadura en Martínez-Echevarría en una rueda de prensa en el Colegio de Abogados de Madrid.

“Vuelvo a defender la Justicia desde otro lugar”, proclamó al hacer pública esta nueva andadura…

Sí. Me hace muchísima ilusión porque después de una etapa muy intensa en la vida pública, mi vocación como abogado y jurista había quedado de alguna manera tapada y por suerte puedo volver a ello.

Y, además, lo voy a hacer en un lugar privilegiado, en un despacho prestigioso, serio, en clara expansión, pero también con la facultad de poder liderar un proyecto empresarial y estratégico.

¿Le atrajo esa doble vertiente de abogado y emprendedor?

Sí, fue uno de los motivos por los que me pareció atractivo el proyecto.

¿Compaginará la presidencia del despacho con el ejercicio de la abogacía en el mismo?

Me voy a dar de alta para colegiarme como ejerciente de nuevo, estoy haciendo los trámites.

No descarto abordar algunos asuntos directamente, aunque a mí lo que me encomendaron fue ostentar la representación de la firma, tanto a nivel interno como externo.

Es una Presidencia real, no es simbólica o vacía de contenidos, sino ejecutiva.

¿Y qué proyectos tiene para el bufete?

Uno de ellos es la expansión territorial. Seguir con la que ya tienen, pero acrecentarla y acelerarla para que sea un despacho con implantación territorial en toda España.

El objetivo de Martínez-Echevarría es que en poco tiempo cualquier ciudadano o empresa española, situada en la provincia o la comunidad autónoma que esté, pueda tener a Martínez-Echevarría como bufete.

Es un reto porque en los modelos actuales de despacho, las firmas internacionales básicamente tienen empresas grandes como clientes, y están muy afincados normalmente en las grandes capitales, y los despachos nacionales suelen tener mucha fuerza en Barcelona-Madrid y en algunas de otras capitales.

Pero un bufete fuerte en clientes, y a la vez que tenga en todas las provincias y comunidades autónomas implantación, es un nuevo reto para un despacho nacional.

Vamos a intentar cubrir esa doble vertiente, competir con los mejores en facturación y clientela, pero también en dar una cercanía a muchos ciudadanos que en su provincia, en su comunidad quieren tener un despacho de cabecera que les pueda dar una oferta integral de todos los asuntos que puedan tener a lo largo de su vida.

Quiero que Martínez-Echevarría sea el despacho de las familias y las empresas. Tenemos que ofrecer con grandes equipos profesionales un trabajo integral a nuestros clientes: desde que les nace un hijo, se casan o se separan, montan una empresa o liquidan un negocio o tienen cualquier asunto civil o con la administración pública, con Hacienda o cualquier otro asunto administrativo.

¿Qué otros retos tiene?

En mi faceta pública, una de mis obsesiones ha sido captar talento para la política. Ahora me toca hacerlo en el sector privado.

Captar talento, tanto abogados con mucha experiencia como jóvenes, así como colaboraciones con otras firmas.

Ya los primeros días hemos notado una mayor afluencia de clientes, juristas, y contacto con otros despachos incluso, que en vez de competir quieren colaborar y eso es muy buena noticia porque nuestra apuesta es justamente esa.

A veces, en vez de competir es mejor trabajar juntos para ofrecer mejores servicios.

Quiero poner en marcha una red de convenios y colaboraciones con diferentes facultades de Derecho para que los chavales que acaban la carrera, que hay gente muy buena y joven a la que a veces se lo ponen muy difícil en algunas firmas, en Martínez-Echevarría se sientan abogados profesionales, juristas respetados más allá de su juventud.

A veces se ha confundido las ganas de un joven que quiere empezar a trabajar con el simple abaratamiento de esa relación laboral.

La dignidad y la colaboración con un profesional, da igual que tenga 25 años que 80, tiene que ser siempre la misma.

¿Qué ramas toca Martínez-Echevarría?

Tiene todas las ramas clásicas del Derecho, pero me gustaría ir más allá.

Este sería otro de los retos.

Para competir con las grandes firmas internacionales que hay en España, tenemos también que ser un despacho global, que analice esas áreas de negocio nuevas, que muchas veces son transversales de diferentes áreas del Derecho.

Hay algunas áreas de negocio que tienen algo de derecho civil, algo de derecho mercantil, de un derecho boutique más específico, y hay que analizar eso.

De cara al plan estratégico del año que viene, que es lo que me han pedido, un plan estratégico para el 2021, quiero plantear a mis compañeros, escuchando a todo el mundo, si podemos abrir nuevas áreas de negocio.

Hay nuevas necesidades en el siglo XXI. Las empresas necesitan nuevas propuestas y también los ciudadanos de esa fórmula integral que decía.

Hay fórmulas de colaboración con los ciudadanos en las empresas que ya no son sólo asuntos concretos que le suceden en su vida, sino que quieren tener prevención, planificación…

Me gustaría que igual que un ciudadano tiene un médico de confianza o un entrenador, que tenga un buen abogado de Martínez-Echevarría como una de esas personas de confianza.

Me gustaría buscar ese vínculo.

Soy hijo de comerciantes, la parte de trato con el cliente en mi casa la he mamado. Hijo de autónomos también, y esa parte de cercanía y de tratar a los clientes como los grandes como los grandes protagonistas de este despacho me parece fundamental.

¿Qué le aporta su experiencia como político para este trabajo?

Por un lado, la capacidad de adaptación. Si algo me ha tocado hacer en política es adaptarme a los cambios permanentes.

De ser relativamente un hombre orquesta y tener tres diputados en el Parlamento de Cataluña, a ser la tercera fuerza política de España. Eso en tan solo 4 o 5 años ha sido un reto y me he ido adaptando permanentemente.

Que te pidan un proyecto de expansión es justamente eso, adaptar las estructuras del despacho a las nuevas necesidades, tanto de clientes como de talento que entre, como de la implantación territorial.

Me veo capaz de liderar este equipo, compuesto ya por 250 personas y que se ampliará en breve, y también me siento capaz de adaptar al despacho a las necesidades actuales.

Lo otro que puedo aportar viniendo de la política es que no te tiemble el pulso a la hora de arriesgar, de tomar decisiones, porque básicamente mi profesión durante 13 años ha sido tomar decisiones a diario.

En un despacho hay que evaluar asuntos, hay que tener estrategias, pero sobre todo hay que tomar decisiones: a dónde quieres ir, qué decisiones tomas tanto a nivel de empresa como en cada uno de los asuntos de tus clientes, si llegas a un acuerdo, si vas a juicio, si vas a intentar acercar posiciones con la otra parte… En esa parte más particular también puedo aportar en la evaluación y en la toma de decisiones.

Además del trabajo en el bufete, ¿qué otros proyectos tiene?

Una de las condiciones que también me atrajo de la propuesta de Martínez-Echevarría es que ellos mismos en ese primer contacto me dijeron que querían que mi posición en el despacho fuera ejecutiva, por un lado, que no querían que fuera solo de poner la cara, y que querían que estuviera liderando el grupo y la estrategia.

También me dijeron que entendían mi situación, mi formación y mi vida pública y que era absolutamente compatible con otras actividades, lógicamente que no fueran concurrentes en el mundo del Derecho.

Me apetece la docencia, he contratado con una agencia de conferenciantes a nivel mundial, también me apetece participar en algunos foros… Tener contacto con la vida pública, con la sociedad civil.

No descarto tampoco alguna actividad empresarial de otro tipo.

Voy a estar volcado en implantar este despacho con toda la fuerza, y luego si me queda tiempo y puedo disfrutar de otras actividades, como las conferencias, la universidad, los foros internacionales, la sociedad civil, fundaciones, lo haré.

Agradezco al despacho la comprensión de dejarme esa puerta abierta. También me conquistaron en parte por eso.

¿Tiene ya alguna conferencia cerrada?

Sí, pero aún no lo puedo contar.

Me gusta la política internacional, por tanto, en foros internacionales también me apetece participar y seguramente por primavera lo haga.

Todo esto será para disfrutar.

Hay quienes hacen cálculos de lo que ganará como abogado y conferenciante. Dicen que triplicará su sueldo como político… 

Por confidencialidad no puedo revelar el contrato, pero es evidente que en la vida pública de este país, si eres honrado no te da para enriquecerte, te da para vivir. Solo hay que ver mi declaración de bienes.

Evidentemente, con 40 años y la vida por delante me toca trabajar, mantener a mi familia, me toca disfrutar también de esta nueva etapa y, por supuesto, lo haré como cualquier otro abogado o cualquier otro ejecutivo de una empresa, remunerado por ello.

En verdad, aparte lógicamente del contrato, de la parte salarial, mi interés es sobre todo esa parte de liderazgo y de disfrutar cada día.

En otras ofertas que me han hecho, con posiciones también buenas dentro de otras empresas o de directivo, no me ofrecían esta capacidad de innovar, de liderazgo, de poner cada día encima de la mesa una propuesta para seguir creciendo.

Y prefiero participar de un despacho como éste, que tiene por delante mucho que hacer e innovar, que estar en otro lugar, en una empresa multinacional o más consolidada y que a lo mejor está todo muy anquilosado y no te permite ningún margen de maniobra.

En la vida, lógicamente, mantener tu nivel de vida o a tu familia o tus ingresos es fundamental para cualquier trabajador, pero es igual o más importante disfrutar y ser feliz con lo que haces, así que ese equilibrio es lo que he intentado en este caso.

También hay quienes dicen que ha sido fichado para convertirse en azote de la banca y que el bufete aprovechará su especialización en derecho financiero para competir con Arriaga Asociados… ¿Qué dice de esto?

Se están diciendo muchas cosas y lo comprendo también. Poco a poco, conforme se vayan conociendo los pasos que vamos daremos en el despacho algunas se confirmarán y otras se desmentirán solas.

En todo caso, efectivamente he sido abogado de banca de La Caixa en los servicios jurídicos y conozco desde ese lado la situación.

Luego, lo he sido como legislador y también nos ha tocado legislar y lidiar con todo el asunto de las preferentes, las cláusulas suelo, el IRPH…, todos los asuntos digamos de cláusulas abusivas y de disfunciones del sistema bancario.

Por tanto, conozco perfectamente como abogado y como legislador esto, y ahora me toca también como presidente de un despacho que está teniendo éxito en la defensa de los consumidores.

Pero no pretendo, desde luego, ir contra nadie en particular.

El otro día estuve hablando en Málaga con un abogado de Martínez-Echevarría que es el que más sentencias ha ganado en el asunto de las cláusulas suelo; ha tenido un gran éxito.

Una imagen de ese encuentro, que tuvo lugar en el bufete de Málaga.

Si hay una sentencia sobre el IRPH tan importante como la de esta semana pasada o la que hubo con las cláusulas suelo, España lógicamente debe actuar u debe adaptar la legislación y las sentencias a nivel nacional a las resoluciones europeas.

Esas sentencias son muy importantes, están corrigiendo algunos abusos que se habían producido en el ámbito financiero y eso es bueno también en el ámbito financiero porque la mala imagen que haya podido tener en estos últimos años en muchos casos tiene que ver con esas cláusulas, así que no lo veo tan dramático para el sector financiero ni tampoco creo que sea unos contra otros.

Tenemos que tener un sistema legal y financiero que garantice los derechos a los consumidores en Europa. Esas sentencias lógicamente van a dar tiempo, pero también seguramente van a dar lugar a negociaciones.

Se pueden poner demandas, ir a juicio y ganarlas, pero también se puede llegar a acuerdos para evitar todo ese tiempo y ese dinero a los consumidores o a los actores económicos.

No vengo aquí contra nadie, pero todos los ciudadanos que quieran verse protegidos en sus derechos, como hemos tenido éxito en el despacho y tenemos buenos abogados en ganar demandas en ese ámbito, seguiremos haciéndolo hasta que se cumplan todas esas sentencias europeas.

Cambiando de tercio, ¿qué balance hace de su etapa en Cs?

Mi balance es positivo. A pesar del mal resultado en las últimas elecciones, en el balance general de casi 13 años en la vida política, por suerte, tengo muchos más éxitos que fracasos y más instantes buenos que malos.

He luchado por mis ideas, por una causa, por España, y eso es un honor, no me lo quita nadie.

Me quedo con el aprendizaje interno, con la gente que me he encontrado con el camino…

Hay un tópico que dice eso de “siempre quedarse con lo bueno”, y a mí me gusta quedarme con todo, con lo bueno y lo malo, porque de lo malo aprendes, de lo malo te levantas, hay que saber cuando te tropiezas cómo levantarte…

Este fin de semana la militancia eligió entre Inés Arrimadas o Francisco Igea a su sucesor al frente del partido. Arrimadas presidirá el partido. ¿Qué consejo le daría?

Lo único que quiero para Ciudadanos es que sea un partido unido, nítidamente liberal y valiente, como lo ha sido tantos años, y que pueda ser útil a los españoles.

Me preocupa la polarización que estamos sufriendo, parece que en vez de partidos hay bandos. No me siento nada cómodo en esa España.

Me gustaría ser un votante de Ciudadanos convencido, con ganas, tener un partido claro que defiende esa idea de acuerdos de Estado, del liberalismo, del constitucionalismo, y lo van a lograr.

Para mí, Cs siempre será mi casa. Por un lado podría ser un padre, por otro un hijo, para mí ha sido todo en esa parte de mi vida.

Ahora voy a tomar distancia y seré muy respetuoso porque las tutelas no son buenas.

Los expresidentes de los partidos no tienen que estar para molestar, sino en todo caso si hace falta, para echar un cable. Yo, desde luego, nunca voy a ser un problema para Ciudadanos y siempre voy a estar al lado.

¿Usted cómo ve al partido?

Tiene el reto de consolidar el centro político en un país atrincherado en los bandos y en los extremos, como decía.

Sigo pensando que hay mucha gente en el centro político, que hay más gente moderada que radical y que más allá de un resultado electoral puntual en una repetición electoral, Cs es un partido que está gobernando para 20 millones de españoles en cuatro comunidades autónomas y en 400 ayuntamientos de capitales de España.

Repasemos algunas de las últimas iniciativas en materia de Justicia de Cs. Por ejemplo, la semana pasada registró en el Congreso una Proposición de Ley para ‘fomentar’ la conciliación de la vida laboral y familiar del sector Justicia…

Sí, una iniciativa de Sara Giménez y Edmundo Bal, quien, por cierto, heredó mi escaño y estoy muy orgulloso de ello. Es un gran defensor de la Justicia.

Es fundamental ese ámbito. Además de la conciliación de la que hablaba, es necesario que la Ley del Poder Judicial, de 1985, se reforme.

Es una de las grandes reformas pendientes de la Justicia que hace casi 35 años que arrastramos.

Y es otro asunto que ha llevado Cs al Congreso para “reforzar la independencia judicial”

Es fundamental que la mayoría de miembros del CGPJ sean escogidos por los jueces.

Sigue aún bloqueada la renovación del CGPJ porque ni PP ni PSOE quieren despolitizar la Justicia. Esta reforma ayudaría mucho a volver a recuperar la confianza en ella.

Cs también ha pedido una reforma que aumente las penas de inhabilitación para empleo público a los condenados por terrorismo y la reforma del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal «para la independencia del fiscal general del Estado del Gobierno»…

Esta última es una reforma que intenté, la llevé al Congreso, la defendí en la tribuna y me la tumbaron juntos PP y PSOE, y fíjese después lo que ha pasado.

Hemos visto a una ministra saltar directamente del escaño a la Fiscalía General del Estado. No hay mayor muestra de falta de independencia que tener el pedigrí político de partido.

Hay que romper el cordón umbilical entre la Fiscalía General del Estado y el Gobierno. La Fiscalía General del Estado es del Estado, no del Ejecutivo y así lo dice su nombre.

Quiero que sea del Estado, da igual quien gobierne, que nos defienda a todos los ciudadanos, que persiga los delitos que tenga que perseguir sin presiones políticas.

Lamentablemente, en los últimos años ha habido mucha injerencia, ya sea con el PP o con el PSOE, y hemos visto casos incluso en la Abogacía del Estado de purga, como el de Edmundo Bal.

Voy a colaborar con todas aquellas causas, entidades o gente del mundo de la Justicia para exigir y presionar desde la sociedad civil que ese cambio legislativo se produzca.

¿Cómo ve a España?

Es país maravilloso, pero queda mucho por mejorar.

Tenemos una educación que no funciona como debería, un sistema laboral que genera precariedad, problemas tan gordos como las pensiones con la caja vacía, despoblación en la mitad de España y falta de natalidad…

España necesaria una hoja de ruta con 10 o 12 grandes reformas de Estado más allá de ideologías, de siglas, de colores políticos. Deberíamos sacar la bandera blanca, parar esta vuelta al guerracivilismo y volver al sentido común.

Visto ya como ciudadano, me encantaría poder decir que me siento satisfecho porque se han hecho las reformas que se deberían hacer más allá de quién gobierne.

Pero eso me temo que en los próximos años no lo veremos. Ojalá me equivoque, pero estamos otra vez en la trinchera del guerracivilismo, en el “y tú más”, en el insulto más que en la palabra.

La España en la creo es la de las reformas, la que mira hacia adelante y se da la mano, pero la que veo es la de lo contrario, en la que se tensa la cuerda.

Creo que quien me conozca o me haya votado sabe que he intentado, con todos los errores o aciertos que haya tenido, que más allá de izquierda, de centro o de derecha, que más allá del territorio en donde vivas, la igualdad de los españoles y la unidad de este país se mantenga.

Por cierto, ¿qué opina de que a todos los presos del ‘procés’ se les haya aplicado el 100.2?

En su día defendí el endurecimiento del tercer grado y también el abandono de la discreción en los beneficios penitenciarios a nivel autonómico. Como Cataluña tiene competencias en este ámbito, ahora resulta que la Generalitat está dando beneficios y privilegios a algunos presos respecto a los demás.

Es evidente que es por su condición política. Durante todo un año dije que esto iba a suceder y lo veo con preocupación.

Si les caen 10 o 12 años de condena y a los tres o cuatro meses están pisando la calle, yendo a trabajar o dando clases, la parte punitiva de la pena, de ejemplo público, la pierdes.

Más allá del caso concreto, deberíamos tener un sistema penitenciario en el que el Estado tenga las competencias y las comunidades autónomas no aprovechen eso para dar privilegios a unos políticos amigos y, por otro, donde sea todo muchos más objetivo y haya menos discrecionalidad a la hora de conceder este tipo de privilegios.

Hablando de condenados, recientemente ha sido sentenciado por injurias el “tuitero” que publicó que usted era “el mayor cocainómano político”. Ya es la tercera vez que gana en los tribunales casos de este tipo. ¿Le quedan más asuntos pendientes?

Entre amenazas de muerte del ámbito independentista e injurias graves como ésta lamentablemente tenía casi una decena de asuntos en los tribunales. No sé cuántos quedarán ahora mismo, sé que queda alguno más.

Estoy satisfecho con estas sentencias porque más allá de la pena, que te parezca mejor o peor, la realidad es que esas condenas, las dos últimas por injurias también demostrará que no todo vale, que por el hecho de que alguien esté en política o sea conocido, no se puede injuriar a nadie ni vejarle públicamente.

Me vienen a la cabeza problemas que están habiendo de bullyng o de filtrarse vídeos de acoso sexual… Unos pocos están convirtiendo las redes sociales en un instrumento para delinquir.

Cuando empezaron a caer todo este tipo de injurias y calumnias decidí con mis abogados llevarlo a los tribunales porque no quería dejarlo en la impunidad. Esta última sentencia es muy interesante porque el juez habla del perjuicio que genera.

¿Qué encontraremos en nuevo libro, ‘Un ciudadano libre’, su tercera obra, que verá la luz el próximo 15 de abril?

Aún no puedo revelar mucho, pero puedo dar una pincelada de lo que es y lo que no.

Es un libro hecho en absoluta libertad. Esto no quiere decir que no tuviera libertad hasta ahora, pero el cargo muchas veces no te permite contar cosas por cuestiones de Estado o que pueden ser perjudiciales a nivel electoral para tu partido o cuestiones de autocrítica, de reflexiones, que hechas en primera línea política se pueden sacar de contexto.

Ahora, fuera de la política, me he permitido esa reflexión, hacer autocrítica y ver también todo lo bueno que hemos logrado en este tiempo… En definitiva, es un cúmulo de experiencias, sensaciones, emociones, de cosas personales que quiero contar y que seguramente ayudarán a entender a quienes lo quieran leer, pero especialmente a los más de 4 millones de votantes que tuvimos y que tuve el honor de representar, cómo ha sido mi trayectoria, cómo lo he vivido.

Es un libro en positivo, en el sentido de intentar sacar conclusiones, de mirar hacia el futuro y lo que pueda haber servido mi trayectoria.

Si a alguien que está en la vida pública, sea del partido que sea, le sirve mi experiencia y mis aciertos y mis errores o mis vivencias para algo, si es bueno para España, que lo aprovechen.

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