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El deporte «no profesional» ya conoce su futuro

El deporte «no profesional» ya conoce su futuro
Encuentro del Peña Deportiva y Oviedo en la temporada 2018/2019, en Segunda División B, deporte de aficionados, de lo que trata la columna de Raúl Prieto Martínez.
21/9/2020 06:38
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Actualizado: 18/1/2021 14:34
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Cuando hablamos de deporte no profesional nos estamos refiriendo a toda la actividad deportiva que no esté regulada dentro de lo que indica el  artículo 8 de la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte al regular las competencias del Consejo Superior de Deportes (CSD):

«e) calificar las competiciones oficiales de carácter profesional y ámbito estatal…”.

El artículo 46 del mismo texto legal indica en el mismo sentido:

«2.- Son competiciones oficiales de ámbito estatal aquellas que así se califiquen por la correspondiente Federación deportiva española, salvo las de carácter profesional, cuya calificación corresponderá al CSD. (…) Serán criterios para la calificación de competiciones de carácter profesional, entre otros, la existencia de vínculos laborales entre Clubes y deportistas y la importancia y dimensión económica de la competición”.

A día de hoy las únicas competiciones profesionales que el CSD ha catalogado serían la Liga Santander, Liga Smart Bank y Liga Endesa de baloncesto masculino.

A mediados del mes de mayo del presente, los clubes de la Liga de fútbol femenino, a través de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF), han solicitado al CSD la catalogación como profesional de la Liga Iberdrola al entender que se cumplen con todos los requisitos exigidos para ello; la existencia de vínculos laborales y la importancia y dimensión económica de la competición.

Es por ello que el resto de competiciones deportivas que se realizan en el territorio español, se consideran como deporte no profesional.

Nos vamos a centrar en los deportes más importantes y con más fichas federativas registradas en nuestro territorio, futbol y baloncesto.

En el ámbito futbolístico, estaríamos hablando de la Segunda División B, Tercera división, Divisiones Regionales y todo el fútbol femenino.

En el ámbito baloncestístico, estaríamos hablando de las competiciones inferiores a la Liga Endesa y todo el baloncesto femenino.

Solo en estos dos sectores deportivos estaríamos hablando de más de 500 entidades deportivas dentro del saco del deporte “No Profesional”.

NO HAY ACUERDO PARA REGULAR EL DEPORTE NO PROFESIONAL

Una vez puestos en antecedentes, el pasado 8 de septiembre de 2020, el CSD ha comunicado que no hay acuerdo para la regulación del deporte no profesional ante lo sucedido con la pandemia del virus COVID-19 y que no existe un protocolo común de actuación ni una fecha para el inicio de las competiciones.

Anunciando “el retorno al esquema que primó durante la primera etapa de la pandemia”, asegurando que “resulta indispensable la realización de controles, como mínimo, antes del inicio de las competiciones, y después, con carácter aleatorio y reiterativo”.

Esta situación ha provocado la revuelta de los cientos de miles de personas que se encuentran desamparadas ante la situación sobrevenida y la falta de apoyo por parte de las autoridades públicas.

Hay que tener en cuenta que miles de familias viven del deporte al que llaman no profesional.

Incluso el responsable de deportes de la Xunta, José Ramón Lete Lasa, ha instado al CSD a que regule esta situación lo antes posible ya que las medidas propuestas inicialmente por el CSD abocaban a las entidades deportivas a la desaparición y  la ruina económica, según indicaba el exsecretario del Estado para el deporte.

Ante el revuelo ocasionado se han alzado voces desde el Partido Popular solicitado la dimisión de la presidenta del CSD, Irene Lozano, por lo sucedido el pasado día 8 de septiembre.

La situación en la que se encuentra el CSD no va a resultar sencilla. No por falta de iniciativa del referido órgano, sino por la multitud de intervinientes en la negociación (60 federaciones deportivas y las Comunidades Autónomas) y la infinidad de intereses económicos existentes.

Los puntos de fricción y en los cuales la negociación se encuentra encallada son básicamente dos: La práctica de pruebas de detección para COVID-19 y del inicio de las competiciones con el retorno del público.

Las federaciones y Comunidades Autónomas insisten en la necesidad de la asistencia controlada y bajo las medidas de seguridad que estén vigentes en cada momento para el “normal” desarrollo de las competiciones deportivas.

El CSD, al respecto, propuso un aforo de 1.000 personas para espacios abiertos y 500 para espacios cerrados, propuesta que como hemos indicado fue rechazada por la contraparte.

Y NO EXISTE ACUERDO ALGUNO PARA EL INICIO DEL DEPORTE NO PROFESIONAL

También fue rechazada la propuesta de la realización de pruebas de detección del virus COVID-19 por entender las federaciones y las Comunidades Autónomas, que supondría un desembolso económico al cual no podrían hacer frente y que no garantizaría la no transmisión del virus de forma eficiente.

Es por todo ello que a día 9 de septiembre de 2020 no existía un acuerdo para el inicio del mal llamado deporte no profesional en España con todo lo que ello implica tanto a nivel social como económico.

El CSD concluyó instando a los participantes que quieran iniciar las respectivas competiciones, a realizarlo en el marco normativo vigente. Al parecer muchos nos quedaríamos sin poder disfrutar de la esencia del deporte, de la base, de donde todo surge y por donde todo profesional en un momento de su carrera ha tenido que pasar. Cuantas alegrías, cuantas decepciones, cuantas lágrimas, cuantas sonrisas, cuantos abrazos entre rivales, cuantas ilusiones y cuantos sueños se quedarían en el camino…

Finalmente, y de forma sorpresiva, la presidenta del CSD anunció el 10 de septiembre que se ha alcanzado un acuerdo entre las partes y que el deporte no profesional podrá iniciar su andadura en breve.

El acuerdo anunciado, no lo es como tal, únicamente se ha variado el término obligación por el término recomendación en lo propuesto inicialmente.

Lo que anteriormente era de obligado cumplimiento ahora se ha convertido en recomendación oficial del CSD.

Así, el CSD zanja de un plumazo la polémica e incertidumbre ocasionadas con el comunicado emitido el día 9 de septiembre, quitándose de encima la patata caliente que tenía en su poder, delegando posibles responsabilidades a terceros, que serán los que realmente tomarán las medidas a adoptar, para la práctica del deporte no profesional.

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