Cartas desde Londres: «Solicitors», la abogacía inglesa de los negocios y también de los tribunales
"The Law Society" (La sociedad legal o colegio de abogados) es el organismo profesional independiente de los abogados; cualquier ciudadano puede acudir a ella para encontrar un "solicitor" que se ajuste al perfil legal que se necesita. Foto: Google Maps.

Cartas desde Londres: «Solicitors», la abogacía inglesa de los negocios y también de los tribunales

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22/9/2020 06:48
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Actualizado: 03/1/2022 20:27
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Seguramente habrán visto “Testigo de cargo”, (“Witness for the Prosecution”), aquella gran película de Alfred Hitchcok que, en realidad, dirigió Billy Wilder en 1958. Pues bien, hay una escena en la que Leonard Vole, el personaje encarnado magistralmente por Tyrone Power, se sorprende al necesitar a otro abogado más.

Por ello le advierten que solamente Wilfrid Robarts Q.C., como «barrister», puede defenderle ante los tribunales ya que el resto son “solicitors”, hábilmente adaptado en su versión española como “procuradores”.

Aunque la película merece mención aparte por las voces clásicas de su excelente doblaje, cabe aclarar que los “solicitors” no equivalen a los procuradores de los tribunales en el sentido de la jurisdicción española.

De hecho, en Inglaterra y Gales no hay procuradores como tales, ya que los “barristers” vienen defendiendo y representando a sus clientes desde el siglo XVI aproximadamente.

Ya ven ustedes que, en esto también, en España vamos un poquitín tarde.

Como vimos anteriormente, los “barristers” son los herederos de aquellos primigenios “attorneys” y “serjeants-at-law, profesionales jurídicos satirizados por Chauce en sus “Canterbury Tales” y nacidos de la pura necesidad de tener a alguien que pudiera intervenir ante los tribunales donde se aplicaba el “Common Law”.

Precisamente, ante la gran demanda de “barristers” y especialmente durante la época de esplendor de los Tudor, los aprendices de estos profesionales también fueron aumentando en gran número, proveyendo de servicios legales a los clientes y configurándose, a su vez, como una nueva clase de abogados.

De hecho, debido al enorme crecimiento de estos nuevos juristas, se estableció en 1547 y por primera vez, la obligación de ser “utter-barrister” perteneciente a un “Inn of Court” como condición para poder ejercer ante los tribunales centrales ingleses, tal y como sucede hoy en día; un equivalente a la obtención de un título público para ejercer.

Desde 1994, los “solicitors” pueden defender a sus clientes personalmente y sin ningún “barrister” ante los órganos judiciales inferiores civiles y penales (“Magistrate’s Court”, “County Court”) e incluso ante los tribunales superiores (“Crown Court”, “High Court”, o la “Court of Appeal”).

LOS JOVENES APRENDICES DE «BARRISTER» ACTUABAN INICIALMENTE COMO «SOLICITORS»

Mediante la práctica se constituye entonces una nueva figura, la de los “solicitors”, denominados así porque su función era la de “solicitar las causas”, un concepto amplio que incluía tanto las funciones de asesorar jurídicamente al cliente, como instruir a los “barristers” intervinientes en los tribunales.

De hecho, los jóvenes aprendices de “barrister” actuaban inicialmente como “solicitors”; una primera etapa profesional en la que ganar experiencia para convertirse finalmente en profesionales de los tribunales tras “traspasar la barra”, constituyéndose como una rama diferente de la profesión legal en el siglo XVII.

De ahí viene la distinción actual entre los dos principales campos legales en Inglaterra y Gales: por un lado, los “barristers”, quienes intervienen ante los tribunales gracias a sus derechos de audiencia, preparan escritos procesales (“legal pleadings”) y ofrecen opiniones legales sobre un determinado caso, atendido por su conocimiento de las resoluciones judiciales.

Y por el otro los “solicitors”, que asesoran a los clientes en sus transacciones y además preparan los “briefs”, los pliegos de documentos unidos por el famoso lazo rosa, que son entregados al “barrister” con la información del caso y que les autoriza para actuar, a partir de entonces, en nombre del cliente en el pleito ante los tribunales.

Como curiosidad, decir que la profesión del “barrister” ha estado originalmente marcada por ciertas formas de etiqueta y protocolo como, por ejemplo, la prohibición de que estos puedan reclamar sus honorarios instaurándose así la buena práctica de cobrar por adelantado; tampoco se les permitía atender al cliente directamente, sino a través del preceptivo “solicitor”.

Estas reglas tradicionales también han ido cambiando y actualmente pueden ser contratados directamente.

A diferencia de la limitación del “barrister” a casos y asuntos jurídicos procesales, la actividad de los “solicitors” se expandió rápidamente, pudiendo intervenir en cualquier tipo de asuntos y transacciones, como preparar documentos y contratos, actuar como agentes de la propiedad inmobiliaria, prestamistas, etc., igualándose en respetabilidad con la creación de la actual “Law Society” (originalmente “Society of Gentlemen Practicioners in the Courts of Law and Equity).

140.000 «SOLICITORS» EN INGLATERRA Y GALES

Actualmente existen más de 140.000 «solicitors» ejerciendo en Inglaterra y Gales, quienes han accedido tras graduarse en derecho y sus funciones siguen siendo muy parecidas a las de entonces, proveyendo de asistencia legal a sus clientes en sus negocios y asuntos tales como la asesoría en transacciones de todo tipo, como la compraventa inmobiliaria; operaciones o incluso la redacción de testamentos ya que, aunque existe la figura del notario o “notary” como fedatario público, esta no equivale con la actividad del notario español ni tampoco su intervención es preceptiva, siendo residual para ciertos documentos.

Como muestra de su importancia” desde 1994, los “solicitors”, además, pueden defender a sus clientes personalmente y sin ningún “barrister” ante los órganos judiciales inferiores civiles y penales (“Magistrate’s Court”, “County Court”) e incluso ante los tribunales superiores (“Crown Court”, “High Court”, o la “Court of Appeal”) habiendo obtenido los “Higher rights of audience” como “Solicitor Advocate” mediante la superación de unas pruebas de acceso, sin importar para ello los títulos o la experiencia del candidato.

A mayor abundamiento, actualmente, y ante la falta absoluta de interés de los “barristers” en acceder a la judicatura -atendida su muy lucrativa actividad-, los “solicitors” van adquiriendo cada vez más importancia en el sector judicial.

A modo de ejemplo, recientemente ya han sido nombrados tres “solicitors” como nuevos jueces ante el Tribunal Superior (“High Court”) de Londres, cargos tradicionalmente ocupados por “QCs”, es decir, “barristers” con larga carrera profesional. Como ven, puro pragmatismo inglés.

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