La doctora Elisa Pinto pide 22 años de cárcel para el empresario Javier López Madrid y el comisario Villarejo
22 años de cárcel, 90.000 euros de multa y una indemnización no determinada es lo que solicita la doctor Elisa Pinto como castigo para el empresario Javier López Madrid y su contratado, el comisario Villarejo.

La doctora Elisa Pinto pide 22 años de cárcel para el empresario Javier López Madrid y el comisario Villarejo

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14/10/2020 06:50
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Actualizado: 14/10/2020 01:34
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El empresario Javier López Madrid y el comisario jubilado, en prisión preventiva desde noviembre de 2017, José Manuel Villarejo Pérez, han sido acusados formalmente por la doctora Elisa Pinto de cinco delitos cada uno. Para ambos solicita la imposición de penas que suman los 22 años de cárcel y multas de 90.000 euros. 

A esto habrá que sumarle una indemnización por las lesiones sufridas y las secuelas psíquicas y físicas ocasionadas en una cantidad no especificada que se definirá el día del  juicio, antes del informe pericial que se presentará en el mismo.

La abogada Ana Blanco, abogada de la doctora, considera que López Madrid ha cometido un delito continuado de amenazas, otro delito continuado contra la Administración de Justicia, un delito de lesiones, un delito de cohecho y otro delito de lesiones agravadas contra su cliente.

Villarejo Pérez, quién fue contratado por López Madrid para que acosara a la doctora Pinto con el fin de que retirara la denuncia que había presentado contra él en 2013, cometió, según el escrito de acusación, los mismos cuatro primeros delitos de López Madrid más un delito de homicidio imprudente. 

La Asociación Clara Campoamor, que ejerce la acción popular, solicita, por su parte, 17 años de cárcel para cada uno.

Con estos dos escritos de acusación, junto al de las defensas de los dos imputados, queda expedito el campo para que la magistrada Belén Sánchez Hernández, titular del Juzgado de Instrucción 39 de Madrid, dicte el auto de apertura de juicio oral, con lo que solo restaría que el tribunal enjuiciador fije fecha para la celebración de la vista pública.

La instrucción de la causa, que ha durado siete años y medio, llegó a su fin el pasado 22 de agosto cuando la magistrada concluyó que había quedado «indiciariamente acreditado» que, desde el 20 de diciembre de 2013, cuando Elisa Pinto interpuso una denuncia contra López Madrid por acoso sexual y amenazas –que amplió el 5 de enero de 2014– hasta el principios de 2015. 

COMO EN UNA PELÍCULA DE TERROR

Según relata Ana Blanco, Javier López Madrid y Elisa Pinto compartieron una estrecha relación de amistad que se inició con un flirteo por parte de él.

Todo cambió cuando, a principios de 2013, la dermatóloga comenzó a recibir regalos, mensajes subidos de tono, encuentros deliberadamente «casuales» en sitios públicos, como tiendas, restaurantes y el propio lugar de trabajo, que denotaban un seguimiento.

También López Madrid le enviaba fotografías sexualmente explícitas, con desnudos integrales que combinaba con visitas persistentes no deseadas a su lugar de trabajo que invadieron su vida familiar y social, causándole angustia y ansiedad. 

La doctora precisó ayuda de un psicóloga para superar ese acoso. Trató, con mano izquierda, a partir de marzo de 2013, de reconducir la situación y a la vista de que era imposible, le amenazó con denunciarlo.

Sobre estas líneas, la doctora Elisa Pinto, quien ha sufrido lo indecible a lo largo de estos siete años y medio que ha durado la instrucción judicial.

VILLAREJO, CONTRATADO EN SEPTIEMBRE DE 2013

El comisario Villarejo, que en septiembre de 2013, estaba trabajando a las órdenes del director adjunto operativo (DAO), de la Policía Nacional, Eugenio Pino, fue contratado por López Madrid por esas fechas con el objetivo de «hostigar a Elisa Pinto para evitar que lo denunciara».

Villarejo dirigía «una organización criminal a través de la mercantil ‘Club Exclusivo de Transacciones y Negocios’ (CENYT), con la participación activa y directa de su socio, Rafael Redondo Rodríguez, de profesión abogado y administrador de varias de sus empresas, en la que prevaleciéndose de su condición de comisario y contando con la colaboración de otros comisarios como Enrique  García Castaño, también investigado en dichas diligencias previas [caso Tándem], utilizaba medios policiales al servicio de particulares a cambio de dinero, obteniendo al colaboración de funcionarios pertenecientes a otras unidades policiales unas veces a cambio de dinero o favores y otras veces por simple corporativismo«, explica la abogada.

CENYT tenía su sede en uno de los sitios más exclusivos de Madrid: Torre Picasso. En esas oficinas celebraron varias reuniones Villarejo y López Madrid entre septiembre y diciembre de 2013, donde se dibujó la estrategia.

«El 20 de diciembre de 2013 se sintió amenazada cuando a la salida del colegio de su hijo menor, se le acercó al niño un hombre de pelo canoso y corto para que le dijera a su madre que estamos pendientes de vosotros». Finalmente puso la denuncia contra López Madrid.

«Una vez lo hubo denunciado, [Villarejo] puso a su disposición particular los medios policiales necesarios para desacreditar su denuncia», relata el escrito de acusación.

A la misma siguieron llamadas telefónicas continuas del mismo tenor: «Vamos pinchar a tus hijos“; “te vamos a matar“; “eres una puta… lo vas a a pagar caro por hacerte la lista”; “no coges el teléfono pues te mandaremos un mensaje con un cuchillo para que lo entiendas, esto no se va a acabar»; «cambia tus declaraciones o sabrás lo que es el infierno». 

LA PRIMERA AGRESIÓN FÍSICA

Elisa Pinto fue agredida físicamente dos veces. La primera sucedió el 13 de enero de 2014, que ella interpretó como una advertencia.

Cuando conducía por la Avenida del comandante Franco, muy próximo a su casa, un individuo con tatuaje en la mano en forma de estrella dentro de un círculo, «se introdujo en su coche (…) estando parado con la intención de atentar contra su integridad física, causándole un corte con objeto punzante mientras decía ‘estás indefensa'».

Fue en el hombro izquierdo. De 3 centímetros, lo que requirió sutura, tras ser recogida por una ambulancia del SAMUR, que la trasladó a las urgencias del Hospital Gregorio Marañón».

Mientras tanto, las llamadas amenazantes siguieron sucediéndose a lo largo de las semanas y los meses. De continuo: «López Madrid dice que ningún juez va a tener huevos para acusarle de acoso»; «¿Cuánto tiempo vas a poder vivir así?… y tus hijos?… cuando nos den la orden liquidaremos el problema y esta vez sin testigos»; «mejor te hubiese ido follando con el, tal vez estés a tiempo de bajarte las bragas»; «López Madrid acabará contigo, por chula». 

Elisa Pinto llegó a presentar, entre diciembre de 2013 y abril de 2014, hasta un total de 13 denuncias ante la comisaría de Chamartín, sobre las que no se hizo nada.

LA CONTRADENUNCIA FALSA DE LÓPEZ MADRID INDUCIDA POR VILLAREJO

A juicio de Ana Blanco, fue Villarejo el que aconsejó a López Madrid a interponer una denuncia contra Elisa Pinto por un supuesto delito de acoso contra él con el fin de forzar el archivo de la denuncia de la doctora.

Dicha denuncia se materializó el 17 de marzo de 2014 ante los Juzgados de Plaza Castilla y que cayó en el 26, del que es titular la magistrada Concepción Jerez; una causa que, inexplicablemente, todavía sigue abierta.

El comisario Villarejo, además, puso a López Madrid en contacto con su amigo, el también comisario Enrique García Castaño, jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo de la Comisaría General de Información, el servicio secreto de la Policía Nacional, quien le dio un trago de favor.

SEGUNDA AGRESIÓN, POR VILLAREJO

Elisa Pinto fue otra vez agredida físicamente tres meses después, el 10 de abril de 2015, tras haber denunciado ante el EMUME [Equipos Mujer-Menor de la Policía Judicial de la Guardia Civil], el acoso de que estaba siendo objeto.

Ocurrió a pocos metros de su domicilio, en la calle Triana. Acababa de bajarse de su vehículo para buscar el calzador para su hijo de 10 años cuando un hombre se le acercó y le dijo «López Madrid quiere que cierres la boca».

«Y con intención de atentar contra su vida, le asestó un tajo en el abdomen, por encima de la ropa, causándole una herida inciso periumbilical izquierda de aproximadamente 4 centímetros de longitud y que precisó sutura», cuenta el escrito de acusación.

Nuevamente un equipo del SAMUR la trasladó al servicio de urgencias del Hospital Gregorio Marañón.

«Su coche fue captado pasando por esa calle por las cámaras de seguridad próximas al lugar de los hechos».

Pinto interpuso denuncia contra la Comisaría de Chamartín ante el Juzgado de Guardia por su inactividad y denuncia ante la Secretaría de Estado del Ministerio del Interior por los mismos hechos el 27 de mayo de 2015. Esto provocó que el comisario jefe de Chamartín, Jaime Barrado, investigar lo ocurrido y convocara una rueda fotográfico en la que reconoció por dos veces a Villarejo como el autor de la segunda agresión.

Sin embargo, no fue hasta el 6 de junio de 2017, un año después de que Elisa Pinto y su abogada consiguieran que se revocara el archivo de la causa con un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, cuando se celebró una rueda de reconocimiento en condiciones.

VILLAREJO IDENTIFICADO SIN NINGUNA DUDA

En ella, la doctora identificó, nuevamente y sin ninguna duda a Villarejo, como la persona que la había pinchado con un objeto punzante. La magistrada impuso una orden de alejamiento que prohibió al excomisario José Manuel Villarejo acercarse a menos de 500 metros de la doctora Elisa Pinto. 

La narración de ocurrido a la dermatóloga, a la vista de su lectura, bien podría ser la base para una serie de televisión o de terror psicológico. Porque a todo lo padecido también hay que sumar la manipulación mediática de que fue objeto, producto de filtraciones interesadas de informes policiales publicados en prensa antes de ser notificados a las partes, o de declaraciones judiciales en CD, por no mencionar un intento de disputarle la custodia de su hijo menor, testigo de la segunda agresión.

Una pesadilla cuyo desenlace corresponde ahora a la Justicia.

¿Cuánto cobró Villarejo y su empresa CENYT por dichos servicios? Esa es la pregunta del millón. Una cifra que, quizá, no va desencaminada.

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