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La Abogacía va a cambiar en 2021

La Abogacía va a cambiar en 2021
León Fernando del Canto es abogado español y barrister en Londres; dirige el bufete Delcanto Chambers.
20/12/2020 06:46
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Actualizado: 20/12/2020 09:19
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Se cierra el telón del 2020 y queremos olvidar lo que más que 365 días ha sido como la pesadilla de una mala noche, Digamos que tocaría olvidarlo, si tan sólo pudiésemos.

En este 2020 hemos visto, como abogadas y abogados, muchas cosas que no nos gustan. Cosas que no queríamos ver y, sobre todo, cosas que es necesario cambiar.

Pero llegando al punto final de este «annus horribilis», lo que genera cierta sensación de vértigo es ver que posiblemente, en lugar de un punto final, nos enfrentemos a un simple punto y seguido.

PREDECIR, ENTRE EL CINISMO Y LA ESPERANZA

Predecía Bill Gates hace unos días que “más del 50% de los viajes de negocios y más del 30% de los días en la oficina desaparecerán».

Sin duda el sueño húmedo de alguien que vive en, y del, mundo virtual.

Predecir suele salir gratis.

Por una parte la historia pasa sus facturas de forma caprichosa a quienes más tienen y, por otra, la memoria del resto de nosotras y nosotros suele ser frágil.

No hay duda que aprendemos mucho durante las guerras, crisis y pandemias. Durante las mismas nuestro deseo de cambiar se proyecta hacia el futuro.

Pero cuando la crisis termina tendemos a olvidar, de forma directamente proporcional, lo que aprendimos en esos momentos.

Y es que, frente al dolor, y la desesperación que muchas y muchos hemos y estamos viviendo en 2020, el cinismo o el cansancio no pueden ganar la batalla a la esperanza.

JUNTO A UNA ACTITUD CRÍTICA, LA ESPERANZA EN UN MUNDO MEJOR PARA LA ABOGACÍA SERÁ LA ÚNICA VACUNA EFECTIVA EN 2021

Durante este año 2020, semana tras semana, en esta columna hemos adoptado una posición crítica frente a problemas que vivimos a diario las abogadas y abogados.

Y es cierto que la Abogacía mayoritaria, la independiente, ha sido golpeada igual que el resto de las y los autónomos y la ciudadanía de a pie en el 2020.

Pero lo más doloroso en nuestro caso, ha sido darnos cuenta del desamparo que nos asiste a nivel público e institucional.

LA ABOGACÍA INDEPENDIENTE HA ESTADO DESAMPARADA EN 2020

En primer lugar, públicamente, la capacidad colectiva que tenemos de exponer nuestras demandas se ha demostrado ineficaz.

Nos hemos dado cuenta de que no tenemos una representación efectiva y la que “formalmente” existe, tanto a nivel ministerial como institucional, parece no oír, no ver y no hablar; como la famosa estatua de los tres monos.

Foto: Nikkō Tōshō-gū.

El Ministerio de Justicia conoce esta, nuestra, debilidad y fiel a la marca de la casa se ha dedicado a responder con cortinas de humo o proclamas cesaristas —cuando se digna a hacerlo.

Pongamos como ejemplo el ya fallido Anteproyecto de Ley Orgánica del Derecho de Defensa, donde el ministro Campo y la señora Ortega como presidenta del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) organizaron un interesante espectáculo de ilusionismo para hacer desaparecer este proyecto.

Para ello nombraron al paladín de los grandes bufetes, Antonio Garrigues, como maestro prestidigitador; asegurandose los apoyos políticos necesarios para decapitar de nuevo un proyecto esencial.

El señor don Antonio Garrigues Walker, por su parte, además de su arrogante respuesta a los mensajes que le he dirigido personalmente, sigue sin responder a la Carta Abierta que, por lo demás, sigue abierta.

Durante este año 2020 no se ha ofrecido ninguna solución a los problemas de la Abogacía. Punto.

A fecha de hoy la única realidad es que no tenemos ni planes sectoriales, ni respuestas fiscales, ni estímulo bancario alguno a nivel profesional.

Como consecuencia, muchos y muchas compañeras han colgado sus togas para siempre.

Pero en segundo lugar, institucionalmente, nos hemos dado cuenta de la falta de representación real que sufrimos.

Por un lado, nos resignamos ante la parsimonia e indiferencia de un CGAE que, de tanta frustración que nos genera, ya ni siquiera nos enfada.

SIN NOTICIA DE LAS ELECCIONES TELEMÁTICAS EN EL ICAM

Por otro lado, el ICAM, como la mayoría de colegios, se sigue representando únicamente a sí mismo y a sus decanas o decanos. Por el momento, seguimos sin recibir noticias de las prometidas elecciones electrónicas que podrían cambiar algo.

Aunque se hayan realizado cambios estéticos en el colegio de Madrid, como en el area de comunicación o gobernabilidad, el problema de la falta de representatividad efectiva sigue siendo sistémico.

En tercer lugar, hemos constatado que la discriminación de género en la abogacía, lejos de reducirse, ha experimentado un amplio retroceso.

La realidad es que el trabajo virtual ha devuelto a muchas compañeras a una doble jornada en sus casas.

Algo que hemos constatado, además de por otros factores, por la falta de representación de mujeres abogadas en la mayoría de las mesas de debate y «webinars» del 2020.

Por último, este año ha sido la constatación de la inexistencia del mutualismo en la Abogacía Española.

Nuestras mutuas, frente a la imperiosa necesidad de auxilio, se han posicionado claramente como lo que son: fondos de inversión ineficientes que aún tienen que demostrar su capacidad para hacer frente a las demandas reales de sus mutualistas.

LA ABOGACÍA VA A CAMBIAR EN 2021; DE HECHO YA HA CAMBIADO EN 2020

No, este año no ha sido un año perdido. Ha sido un año duro, pero no hemos perdido el tiempo. E

stán comenzando a cambiar muchas cosas o, al menos, se está evidenciando la necesidad de un cambio.

Es cierto que muchas y muchas hemos llegado al tope de nuestras fuerzas y necesitamos descansar.

Pero es importante reconocer que hemos aprendido mucho; y sobre todo, que hemos dejado en evidencia muchas cosas que ya no funcionan en lo que una vez fue la abogacía de toda la vida.

Éstas Navidades van a ser muy diferentes a las que hemos vivido en otro momento de nuestras vidas.

Nos tocará pasarlas sin la compañía y el apoyo de toda la gente que queremos.

No podemos dejar atrás a ninguna ni a ningún compañero y sinceramente desearía que cuando miremos al año 2021 durante estas fiestas, todas y todos los juristas de este país, desde la Administración, los grandes bufetes, el CGAE, el CGPJ, Fiscalía, Notaría, Registros y Procura, hagamos un esfuerzo por entender la problemática de la Abogacía independiente.

Ya no digo ayudar; solo un poco de empatía. Oír, ver y hablar.

El cambio lo vamos a realizar desde la Abogacía.

Este cambio en la Abogacía en 2021 costará, pero su coste es equivalente a la esperanza y el compromiso que demostremos con el progreso de nuestra profesión.

Ponemos así punto, que espero sea seguido, a esta última columna del año 2020 con un deseo de corazón para el 2021:

Ojalá que con menor o mayor fortuna, el día que elijamos en esta fiesta para hacer un brindis por un futuro mejor; que lo hagamos también por una mejor Abogacía. ¡Nos va demasiado en ella!

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