Firmas

Debería asegurarse el derecho internacional a la vacuna contra el coronavirus

Debería asegurarse el derecho internacional a la vacuna contra el coronavirus
El abogado Jesús Seligrat en la Academia de Jurisprudencia y Legislación, de la que es académico de número. Foto: Confilegal.
05/2/2021 06:45
|
Actualizado: 05/2/2021 10:42
|

Reconozco con la humildad de los que escuchan y la sabiduría de los que aprenden, que en el actual mundo hay muchos asuntos que no logro comprender y otros que no soy capaz de aceptar por su insensatez, por su falta de transparencia, por su ilicitud y por su ilegitimidad, dicho sea con supremo respeto y en defensa de la libertad de expresión y opinión.

Garantizar mundialmente el derecho humano a la vida y el derecho humano a la salud, constituye obligación inexcusable de todos los poderes de la Tierra, por lo que la prevención y la erradicación del coronavirus, debe ser exigido desde el pueblo, por el pueblo y para el pueblo, sin demagogias, sin intereses partidistas y, con todo el respeto, desde la libertad de la verdad.

A las controversias de todo tipo, en determinados supuestos, estamos padeciendo la estéril, inadecuada y triste lucha de poderes, de ideologías, de partidos políticos, que quizás olvidan, que su más obligada función-deber reside en que esta catástrofe vírica que no lograron evitar, sean capaces de erradicar con la vacuna segura, acertada, inmune y saludable, que garantice el derecho humano a la vida y a la salud, dicho sea, con total respeto y en defensa de la dignidad de todo ser humano, en cumplimiento de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y en inexcusable y legítimo derecho de todo ser humano, mujer y hombre que habitan sobre el globo terráqueo, sin discriminación alguna, sin enfrentamientos, sin animadversiones y sin luchas con el necesario talento institucional.

Defender el derecho humano a la salud y el derecho humano a la vida, desde la libertad de la verdad en mi respetuosa y sincera opinión, no debe verse mermado por aducidas o presuntas corrupciones vacunales, ya que el derecho a una vacuna en favor de todo ser humano, que sea capaz de inmunizar con seguridad y eficacia a la totalidad de la población en el mundo, jamás debe ser objeto de discordias, ni de absurdos enfrentamientos, ya que, la más grave corrupción en este tema vital para la Humanidad, residiría en hacer negocio de las enfermedades, en gestar negocio de tan letal pandemia coronavirus que hiere, mata y sangra vidas, economías, sueños y realidades, poniendo mi corazón y mi noble deseo por que tal situación jamás suceda en nuestro mundo.

NO DEBE HABER MUNDOS DE PRIMERA Y DE SEGUNDA

Las empresas farmacéuticas, deben cumplir con la obligación de surtir a todo el globo terráqueo de la vital vacuna que inmunice con seguridad y eficacia del referido virus mortal, sin que haya mundos de primera, de segunda ni de tercera, resultando a todas luces, que todos los Estados de la Tierra deben establecer la obligación por las empresas farmacéuticas en abastecer en tiempo, forma y seguridad sanitaria, las vacunas suficientes para que el derecho humano a la vida y el derecho humano a la salud no continúen muriendo.

De igual forma que en el prestigioso Régimen de la Seguridad Social española, quien no tiene capacidad económica para costear determinados medicamentos, los sufraga la referida Seguridad Social, en este supuesto tan grave, así debe ser y aquellas mujeres y hombres que tienen capacidad económica, deben sufragar el coste económico de la mencionada vacuna, que evite la muerte, la pandemia viral y sus letales efectos.

Considero que la vacunación de un virus tan mortal, jamás debe ser objeto de discordia, sino de unitiva concordia internacional en base al principio económico y fiscal de redistribución de la riqueza, evitando la desigualdad económica, evitando que los ricos y los pobres sean enfrentados, cuando lo más valioso en este terrenal mundo, reside en nuestra salud, en nuestra vida, que ninguna vida, ninguna muerte, deben tener precio por su incalculable valor en todos los sentidos y dimensiones existenciales, sanitarias y emocionales.

Debe haber vacunas seguras y eficaces para todas y para todos, sin discriminación alguna y quien tiene capacidad económica para pagarse la vacuna, así lo haga y aquellas mujeres y hombres que carecen de capacidad económica suficiente, deben ser vacunadas y vacunados a costa de los servicios de la Seguridad Social, de los Servicios Públicos, siendo los Estados los máximos garantes en la seguridad y eficacia del cumplimiento integral del derecho humano a la vida y del derecho humano a la salud.

Pregunto con supremo respeto ¿cómo se puede digerir, lograr entender qué un mundo abarrotado de Instituciones Públicas y múltiples cargos garantes por la salud y seguridad sanitaria de los pueblos, de las mujeres y de los hombres en la actual sociedad internacional, brote en determinados supuestos tanta descoordinación, tanta carencia de lógica a la hora de materializar y efectuar la referida vacunación a todos los seres humanos de la Tierra, ante tan alarmante coronavirus mortal?

En mi opinión, tener que recurrir a establecer una nueva tipificación delictiva como la denominada corrupción vacunal, delataría que este mundo envuelto en conflictos, controversias y guerras de toda índole, resultaría un mundo inseguro, descoordinado y con grave indefensión sanitaria para millones de mujeres y hombres en la Tierra, dicho sea con todo el mayor y mejor respeto y con la más profunda tristeza y decepción como ser humano defensor del derecho humano a la salud, del derecho humano a la vida y del derecho humano a conocer desde la libertad de la verdad, todo cuanto sucede en este controvertido, abatido y herido mundo.

La verdad, la vida, la libertad y la salud en la Humanidad, no deben ser diseñadas por ninguna ingeniería mediática, ya que, constituye obligación inexcusable ser garantizadas integralmente, internacionalmente y universalmente con total transparencia, sin borrones, manchas ni tergiversaciones en todos los confines de la Tierra.

Si la vida constituye libertad abierta a la verdad, que la conciencia y la ciencia en el mundo pongan vida a la vida, jamás destrucción, logrando un mundo más seguro en su destino, en su salud y en su veracidad, evitando que las enfermedades sean pasto de enriquecimiento, de negocio o de discriminación, garantizando el derecho a la salud y el derecho a la vida como obligación inexcusable y natural por todos los poderes en el Globo Terráqueo.

Qué sanar a la Humanidad, jamás deje de constituir necesaria ideología universal en todos los confines de este mundo, sin discriminaciones, sin utopías, sin demagogias, desde la seguridad de la ciencia y la responsabilidad de la conciencia mundial.

Siento, desde lo más profundo de mi corazón, que resulta inviable amar la libertad, amar la vida, amar la verdad de la Humanidad, sin poner integral transparencia en todo lo que afecta a la salud mundial.

Otras Columnas por Jesús Seligrat:
Últimas Firmas
  • Opinión | La protección constitucional de la buena reputación
    Opinión | La protección constitucional de la buena reputación
  • Opinión | Juicios telemáticos: ¿evolución o involución?
    Opinión | Juicios telemáticos: ¿evolución o involución?
  • Opinión | CDL: A vueltas con la ‘Anti-Suit Injunction’: UniCredit contra RusChemAlliance ante la Jurisdicción de Inglaterra y Gales (I)
    Opinión | CDL: A vueltas con la ‘Anti-Suit Injunction’: UniCredit contra RusChemAlliance ante la Jurisdicción de Inglaterra y Gales (I)
  • Opinión | Se acercan las vacaciones y mi ex no me autoriza a viajar al extranjero con el menor: ¿qué puedo hacer?
    Opinión | Se acercan las vacaciones y mi ex no me autoriza a viajar al extranjero con el menor: ¿qué puedo hacer?
  • Opinión | Apuesta por la Abogacía
    Opinión | Apuesta por la Abogacía