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Guerra de sexos

Guerra de sexos
El abogado Jesús Seligrat en la Academia de Jurisprudencia y Legislación, de la que es académico de número. Foto: Confilegal.
03/6/2021 06:46
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Actualizado: 10/3/2022 14:06
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Resulta evidente, público y notorio, que la mejor paz en la Tierra no se logrará guerreando, sino amando.

Los seres humanos, su género, su sexo, hemos nacido para amar siendo amados, unirse siendo libertades y jamás atarse, atacarse, maltratar o ser maltratados, siendo la convivencia reflejo de sentimiento, razón, cordura, humildad, respeto y comprensión.

A veces, el corazón enamorado perdona todo, pero la vida pasa factura, dejando el sentimiento en números rojos.

Sumar errores es fracasar. Multiplicar afectos constituye senda saludable para triunfar. Las libertades como garantes del derecho humano al respeto, jamás deben ser heridas, sangradas, vulneradas ni manipuladas en toda convivencia socio-familiar.

La convivencia en libertad destierra toda dictadura impositiva, sentimental, económica, afectiva, social, laboral, íntima, cultural o existencial.

El amor como todo lo que une sin mezclarse, necesita la autonomía de su esencia, de su raíz vivencial, como figura existencial de libertad, pasión y dignidad, emblema, patrimonio universal en el sentimiento de la Humanidad.

Ser amor es libertad en la verdad del sentimiento, poniendo vida en los latidos del corazón social y biológico de la Humanidad, amando lo que une a los seres humanos, labrando senderos de concordia, comprensión, pasión, lealtad, entrega y humanidad.

Las sociedades familiares deben constituir hogar de solidaridad, concordia, libertades, derechos y verdades. El adoctrinamiento también en el ámbito socio-familiar, sangra la libertad en el ser humano, hiere su dignidad y corrompe su natural y biológico ADN.

Ningún ser humano debe ser héroe ni mártir en contiendas matrimoniales, parentales, vivenciales, familiares o de parejas en uniones consensuales, constituyendo un crimen socio-sentimental, determinados comportamientos, sumado a las distintas responsabilidades penales, civiles y económicas, sin olvidar los daños emocionales como herida que sangra sentimientos.

Respetar la unicidad en toda relación socio-familiar, constituye premisa fundamental para que la convivencia pueda ser en verdad libre, sumando voluntades, jamás restándolas.

La denominada guerra de sexos, como bélico concepto, delata violencia, agresividad, confrontación, animadversión, contienda y enfrentamiento, siendo grave que hasta la fecha, en el mundo, la guerra de sexos como violencia, como nociva crueldad, continúe realizándose en millones de supuestos donde el ser humano resulta herido emocional, física, psíquica o sentimentalmente con atroz gravedad, siendo exponente de que nuestro mundo continúa estando en guerra hasta en parejas, en familias y en matrimonios.

Determinados matrimonios, desgraciadamente se han transformado en «mártirmonios!, haciendo de la convivencia un calvario, cavándose la fosa de la crueldad, la incompatibilidad sentimental y el negacionismo integral, para lograr vivir en unión de libertades, en unión de corazones, resultando ataduras esclavizadas en este siglo de avances, transformaciones y cambios, convirtiéndose matrimonios, parejas y convivientes en criminalidad social alarmante.

La violencia de género contra la mujer, delata que la criminalidad ha entrado hasta en los sentimientos, en los poros de la piel en seres humanos, que lejos de sentir en el amor, hogar de comprensión, de comunicación, de sensualidad, de pasión, de ternura y de compromiso en libertad, sentencian socio-criminalmente que el terrorismo alcanza alarmantes cuotas también en el ámbito socio-familiar, matrimonial y de parejas con mujeres maltratadas, heridas y fallecidas, sin que hasta la fecha, a pesar de las múltiples Instituciones públicas y privadas existentes, haya sido erradicada tan repugnante criminalidad, como patología que afecta al corazón social y biológico en las entrañas de la Humanidad.

La violencia entre los seres humanos continúa existiendo, generando criminalidad con grave repercusión en mujeres, hombres, menores, jóvenes y mayores en múltiples supuestos impregnados de violencia dentro del ámbito socio-familiar, sin olvidar el aumento mundial en menores maltratados, víctimas de prostitución, así como mujeres jóvenes víctimas de trata de seres humanos y la trágica existencia de ancianos víctimas de malos tratos físicos, psíquicos y emocionales, como lacra que se extiende con horror en determinados confines del planeta.

A la repugnante violencia de género contra la mujer en las distintas etapas de su vida, coexisten también situaciones de violencia contra el hombre, sufriendo violencia psíquica, emocional, con malos tratos que, en la mayoría de las ocasiones permanecen en el más opaco silencio.

Resulta justo y necesario no olvidar determinados y tétricos supuestos de violencia contra ancianas y ancianos en su tercera y cuata edad, con problemas de salud física, psíquica, mental o emocional, hechos que en determinadas situaciones no son denunciados, quedando en la más total y absoluta impunidad.

Millones de seres humanos en el mundo, en su gran mayoría mujeres, sufren contiendas graves, alarmantes, silenciadas por error, por horror y en determinados supuestos por la gestación de patologías, situaciones de dependencia psíquica del maltratador, que las convierte en víctimas impunes a lo largo de su vida, en el silencio cruel y amargo de la esclavitud, en un mundo donde los Derechos Humanos de las Mujeres están garantizados jurídica y procesalmente. ¡La muerte más trágica constituye sufrirla en vida!

En nuestro país desde que logramos la necesaria luz verde normativa por las Leyes de 7 de julio de 1981, 13 de mayo de 1981 y RD de junio de 1981 constituyéndose los Juzgados Especializados de Familia y Salas Especializadas de Familia, sumando normativamente a lo largo de los años más seguridad y garantía en el cumplimiento de los derechos jurídico sociales, civiles, económicos, asistenciales, sanitarios, culturales y existenciales, las mujeres conforme a Derecho poseen plena seguridad jurídica, garantía legal y procesal en el ámbito socio-familiar, matrimonial y de parejas, encontrándose España a la cabeza de Europa en derechos y libertades en favor de las mujeres, como reflejo de eficaz y garante Estado Social y Democrático de Derecho.

El mundo, nuestro mundo jamás debe olvidar que ser mujer es libertad, garantía de éxito, progreso, avance, constancia, inteligencia social y talento capaz de lograr un mundo más justo, más verdad, más seguro, más libre en aras de alcanzar eficaz igualdad también en la riqueza en todos los seres humanos del planeta.

Frente a la gravedad por la guerra de sexos, ante tantos corazones víctimas del desamor, mis latidos de libertad, concordia y paz, jamás olvidan aquellas cenizas enamoradas que hacen inmortal la verdad del Amor.

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