El inspector jefe de la UDEF asegura al juez de ‘Kitchen’ que le ofrecieron un puesto en Lisboa y en la ONU para apartarle de la Gürtel
La declaración del comisario Manuel Morocho ante el juez García-Castellón se ha alargado durante más de tres horas, por lo que continuará este viernes a partir de las 9.30 horas. Foto: EP.

El inspector jefe de la UDEF asegura al juez de ‘Kitchen’ que le ofrecieron un puesto en Lisboa y en la ONU para apartarle de la Gürtel

Durante su declaración como testigo en esta pieza separada del caso Tándem
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16/6/2021 06:46
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Actualizado: 16/6/2021 06:46
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El inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que dirigió la investigación de la trama Gürtel, Manuel Morocho, ha señalado ante el juez que instruye la pieza ‘Kitchen’ que en junio de 2013 en una reunión en una cafetería con el exjefe de su unidad, el comisario José Luis Olivera, éste le ofreció un puesto en Lisboa e incluso en la ONU porque querían apartarle de sus pesquisas en las que indagaba en la ‘caja B’ del PP.

Según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, Morocho, que acudía por segunda vez como testigo de esta pieza del caso Tándem, ha resaltado además que mandos policiales le impidieron incluir en un informe que presentó en 2013 la relación de las personas que eran receptoras de dinero de esa ‘caja B’, se refería a un informe que como policía judicial preparaba para el juzgado Central de Instrucción 5.

Su declaración ante el juez Manuel García-Castellón, que se ha alargado durante más de tres horas, continuará este viernes a partir de las 9.30 horas ya que en esta primera jornada solo han podido interrogar el magistrado y los fiscales.

En esta pieza separada número 7 del caso Tándem se investiga la operación parapolicial que se orquestó con el objetivo de sustraer al extesorero del PP Luis Bárcenas documentación sensible que podía comprometer a dirigentes ‘populares’ en la causa que se seguía en la Audiencia Nacional.

Estas mismas fuentes han explicado que el inspector ha relatado ante el juez que en esa reunión con Olivera –comisario que si bien aparece en el sumario en repetidas ocasiones, aun no ha sido imputado–, éste descolgó su teléfono móvil y mantuvo una conversación con alguien al que identificaba como el ministro del Interior, quien por aquel entonces era Jorge Fernández Díaz.

En esa llamada, el exministro –también investigado en ‘Kitchen’– se habría interesado en saber si el inspector aceptaba alguno de los destinos que le ofrecía Olivera. Fuentes de la defensa de Fernández Díaz han indicado tras la declaración de Morocho que esa llamada telefónica nunca se produjo y han matizado que el propio inspector tampoco está seguro de que quien estuviera al otro lado de la línea fuera el ministro porque quizá era una artimaña para impresionarle.

Lo que sí ha dejado claro Morocho es que en esa etapa vivió una serie de presiones con el objetivo de bombardear su investigación, presiones que por un lado se traducían en sobrecarga de trabajo y, por otro lado, en ofertas de destinos dorados, que no solo comprendían puestos en lugares como Lisboa –cercanía y facilidad de idioma–, sino también cursos en el FBI. «¿Qué embajada quieres?», ha indicado que Olivera le llegó a decir.

Quienes le querían lejos eran sus mandos policiales, sus superiores, los mismos que le ponían trabas a sus informes y que le censuraban parte de ellos haciéndole quitar anotaciones.

Según otra fuente presente en su declaración, en un momento dado, Morocho habría relatado que las zancadillas llegaban hasta tal punto que los investigadores tuvieron que adoptar medidas de seguridad tanto en el despacho como en el transporte, y que incluso debieron extremar la cautela para que la entrada y registro tanto en la sede del PP como en Unifica –estudio de arquitectura que realizó las obras de la sede de los ‘populares’– no fuera en vano.

El magistrado, durante su interrogatorio, se habría interesado por las anotaciones de las agendas del comisario José Manuel Villarejo y que García-Castellón plasmó en el auto por el que imputaba a la exsecretaria general de PP María Dolores de Cospedal y a su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, en esta pieza ‘Kitchen’.

García-Castellón indicaba que había observado «varias entradas significativas» referidas a Morocho en esos apuntes siendo la primera del 29 de abril de 2013, donde junto a la entrada ORTI, supuesta alusión a José Luis Ortiz, ex jefe de Gabinete de Cospedal, escribe: «Aviso de problemas sobre el último informe de MOROC» –por Morocho–.

El instructor en su auto relacionaba ese comentario con Morocho, recordando que por aquel entonces era el jefe del grupo de la UDEF que actuaba como policía judicial en la causa conocida como ‘Caja B’, que en ese momento aglutinaba todo lo relacionado con los ‘papeles’ de Bárcenas. El inspector hoy ha indicado que esa fecha coincide con un informe que entregó y en el que hablaba de donantes y receptores de dinero negro del partido.

Según fuentes, ha explicado que sus superiores habrían tratado de que quitar uno de los nombres que aparecía en ese informe, el de Ignacio López del Hierro, pero esa corrección no se habría llegado a producir dado que el inspector lo consultó con el juez y éste le dijo que no tocara ni una coma. También habría explicado que se filtraba gran parte de la información que él incluía en sus pesquisas y que también le retenían informes.

Esto último tiene que ver con otra de las anotaciones de Villarejo, la del 13 de mayo de 2013, en la que apunta tras las siglas IHL, el marido de Cospedal: «Dice que MD hablará con CHISCO y con Oli y, si puede, también conmigo. Muy decidido a todo».

Diez días después, el 23, reseña: CHISCO «muy mosca porque COSPE le dio gran bronca». Y, en el último apunte sobre Morocho que recoge el juez, del 16 de junio, Villarejo señala a CHISCO y apostilla «MOROCHO-LISBOA». En el mimo día, en otra entrada con COSPE, plasma: «Este MORCOC nos necesita a Losa y a mí. MOROCHO-LISBOA».

Así pues, esas anotaciones de Villarejo casan con la versión que hoy ha ofrecido el inspector principal de la Gürtel, y es que le tentaron con todo tipo de destinos, incluido Lisboa, para que se olvidara de su investigación.

Esta no era la primera declaración de Morocho ante García-Cstellón, ya en febrero de 2019 compareció en esta causa y sostuvo que en enero de 2015 le trasladaron durante un año y medio a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) para que realizara una labor de apoyo y que tuvo la impresión de que ello se hizo para que no avanzara en la investigación sobre la red corrupta liderada por Francisco Correa.

Según explicó, el periodo comprendido entre 2013 y 2015 fue uno de los más «convulsos», de «carga de trabajo muy elevada» para la unidad de investigación de la que era responsable porque estaba analizando la información remitida desde Suiza –«en francés, inglés y alemán», recalcó– para elaborar los informes que plasmaran «los elementos indiciarios de la estructura financiera que tenía Luis Bárcenas (extesorero del PP) en Suiza».

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