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La «leyenda negra» española, «Fake News made in» Inglaterra y Holanda

La «leyenda negra» española, «Fake News made in» Inglaterra y Holanda
Manuel Álvarez de Mon Soto, ha sido magistrado, fiscal y funcionario de prisiones. Actualmente es abogado. En su columna desenmascara a los autores de la "leyenda negra" española, de la que se nutren los indigenistas antiespañoles actuales ([email protected]). Foto: Carlos Berbell/Confilegal.
12/10/2021 19:36
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Actualizado: 12/10/2021 19:36
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El día 12 de octubre, aniversario de la llegada de Colón a América al mando de una flota de la Corona de Castilla financiada por su Reina, Isabel La Católica, se reproducen y se reiteran ataques de hispanofobia de los herederos de la ya arcaica «leyenda megra» de la que son seguidores los nuevos indigenistas, que hoy se nutren de ella en sus campañas públicas de falsa reinterpretación histórica, que no son más que desinformación, y de difamación histórica.

Campañas de «Fake News», dicho en el lenguaje de nuestro tiempo.

La «leyenda negra» es un claro ejemplo. Es un texto repleto de falsedades históricas cuyo objetivo fue, desde su creación, desacreditar a la Corona española por intereses económico-políticos y fomentar la hispanofobia. 

Y, de paso, ocultar las atrocidades de la conquista inglesa y de otros países europeos, que hicieron un genocidio casi total de los pueblos indígenas.

Para prueba un botón: La América española y portuguesa se construyó con la mezcla de razas de todo tipo. Nuestros antepasados se mezclaron y dieron a luz nuevas razas mestizas.

Los documentos históricos hablan de mestizos (hijo de español e indígena), castizo (hijo de español y mestiza), zambo (hijo de africano e indígena), mulato o pardo (hijo de español y african), morisco (hijo de español y multa), coyote o cholo (hijo de mestizo e indígena), y chino (hijo de mulato e indígena).

¿Cuántos anglosajones se mezclaron con los nativos de lo que hoy es Estados Unidos? ¿O en las colonias holandesas? 

Las dos preguntas se responden por sí mismas.

Inglaterra, junto a Holanda, fueron los principales impulsores de esa campaña de difamación histórica y de desinformación que es esa «Fake News» que hoy se conoce como «leyenda negra».

POR COMPLEJOS ABSURDOS, POR IGNORANCIA O POR CLARO INTERÉS POLÍTICO TODAVÍA HOY EN ESPAÑA SE DA PÁBULO A LA «LEYENDA NEGRA»

«Fake news» que en España, todavía a día de hoy, algunos todavía compran, ya sea por complejos absurdos, por simple ignorancia de la historia o por claro interés secesionista o de división –y control final– de la ciudadanía.

El escritor y periodista británico George Orwell –el seudónimo de Eric Blair– lo expresó muy bien dentro de su novela “1984” en su famosa frase «Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro». 

Esto lo tienen muy claro los que tratan de fomentar la interpretación de nuestra historia.

En este sentido, los ingleses han sido depurados maestros en construir campañas de difamación contra su enemiga histórica, España. 

Voy a referirme a un terrible episodio histórico, poco conocido, que fue la gravísima responsabilidad inglesa en crear el sustrato que llevó a la Primera Guerra Mundial, Alemania y Austria-Hungría de un lado y Francia, Rusia y Reino Unido, de otro, con sus  respectivos aliados.

Ese conflicto fue la consecuencia del odio que Inglaterra alentó durante todo el comienzo del siglo XIX en Francia y Rusia contra Alemania sabiendo que ello llevaría, antes o después, a la guerra, que se inició en 1914 con el pretexto del asesinato del príncipe heredero del Imperio austrohúngaro en Sarajevo en 1915.

Esa fue meramente la gota que colmó el vaso bélico, creado por el Reino Unido –a quien le  interesaba la guerra– contra Alemania, sabiendo que su situación geográfica insular le protegía de posibles ataques alemanes.

Porque Alemania no disponía de una armada con capacidad para invadir Gran Bretaña, por lo que su fuerza militar terrestre y, por tanto, todo el peso de la guerra recaería en Francia y sobre todo en Rusia, como así fue.

TAMBIÉN FOMENTÓ LA FOBIA ANTIALEMANA

En lo que aquí nos interesa y en relación directa con la histórica fobia británica antihispana voy a referirme, por su semejanza, a esa fobia histórica antialemana, causas y medios de llevarla a efecto .

Para ello, nos vamos a basar en importantes documentos de  diplomáticos belgas que, entre 1904 y 1914, alertaron inútilmente a su gobierno de lo que se estaba fraguando por los ingleses y que acabaría en el terrible conflicto bélico de la Primera Guerra Mundial, germen a su vez de la todavía más terrorífica Segunda Guerra Mundial.

El conde de Lalang, diplomático belga, relató desde Londres, el 7 de febrero 1905, a su ministro de Negocios Extranjeros, el barón de Fereveu, que «la enemistad del pueblo inglés por la nación alemana no es reciente y está fundada en la envidia y en el temor; en los celos por los proyectos económicos y comerciales de Alemania y por el temor de que la supremacía naval inglesa pueda ser un día disputada por la flota alemana. Este estado de ánimo es fomentada por la prensa inglesa a la que nada importan las complicaciones internacionales».

Y el mismo diplomático señala en 1907 como  lord Northcliffe, periodista y editor entre otros de los influyentes periódicos Daily Mail, Daily Mirror, Daily Express y Evening News, en una entrevista concedida al diario Le Matin declaró: «Sí, detestamos cordialmente a los alemanes. No quisiera que se insertara nada en mis periódicos favorable a Alemania».

Esta actitud de odio inglés hacia Alemania fue corroborada por otro diplomático belga, el barón Greidtel, en una carta, también fechada en 1905, que dirigió a su jefe, en la que señaló las mismas razones: la verdadera causa causa era la envidia por el extraordinario desarrollo de la marina mercante, del comercio y de la industria alemanas.

Como último botón de  muestra, el diplomático M.A.Leghait, que ratificó que el fin primordial de la política inglesa era aislar a Alemania.

Otros diplomáticos belgas, como los barones Beyens, Guillaume y otros, se expresaron en el mismo sentido en sus documentos oficiales.

En definitiva, Inglaterra siempre ha tratado de desacreditar a sus posibles rivales de poder político y económico.

EL «BREXIT», TAMBIÉN

En su momento fue el Imperio Español, para el que construyó –con la cooperación holandesa– la «Fake News» «leyenda negra», cuyos efectos todavía seguimos sintiéndolos en España con la absurda complicidad  de algunos sectores españoles.

Después le tocó a Alemania.

Últimamente ha sido la Unión Europea, con las falsedades vertidas sobre lo positivo que sería el «Brexit»; otra clara campaña de «Fake News».

Las consecuencias negativas de ese «Brexit» no han hecho más que empezar.

La unión hace la fuerza y no el egoísmo personal o de los pueblos.

Afortunadamente no todos los británicos piensan igual. España y Alemania cuentan con muchos amigos en Gran Bretaña.

Quizá algún día puedan dar marcha atrás a ese proceso. Aunque depende de los políticos. De que piensen en el bien común, lo que no siempre sucede.

Decía el escritor, poeta, novelista, dramaturgo y filósofo francés Edmond Thiaudére que «La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular». Y no le faltaba razón.

Lo que es aplicable también a las naciones. A la historia me remito, en un 12 de octubre como este. Los españoles no fuimos genocidas, como ahora se pretende hacer creer. Tampoco fuimos santos, es cierto.

Pero lo que nadie nos puede negar es que llevamos la civilización y nuestra religión a un continente cuyas gentes vivían en el neolítico, donde se practicaba el sacrificio humano ritual y el canibalismo, con lo que acabamos para siempre, lo que parece olvidar el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador cuando promueve el discurso indigenista, olvidando mencionar a Francisco de Vitoria y Bartolomé de las Casas.

Ese es un hecho histórico. Lo demás son «Fake News».

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