Penal Económico: Los errores bancarios pueden convertirse en delito si el cliente pretende aprovecharse de ellos
La justicia "cazó" a Patricia y la condenó por el delito de estafa procesal al querer apropiarse de 54.000 euros. Foto: EP

Penal Económico: Los errores bancarios pueden convertirse en delito si el cliente pretende aprovecharse de ellos

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05/2/2023 06:49
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Actualizado: 04/2/2023 21:40
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¿Qué harías si un banco te ingresa por error miles y miles de euros en tu cuenta? ¿lo devolverías, o te lo quedarías? La decisión que tomes puede hacer que todo quede en una anécdota o que te acuerdes de ello para siempre al cometer un delito.

Como bien es sabido, un banco maneja por sus dimensiones una gran cantidad de datos y a veces, por error, los trabajadores pueden cometer deslices.

Patricia (nombre ficticio), es la propietaria de una empresa de ganadería y un día acude al BBVA a ingresar 6.000 euros. Pero la empleada del banco comete un error y, sin querer, teclea un cero de más, por lo que se le introduce una cantidad de 60.000 euros, obteniendo un recibo de dicha cuantía.

Ese mismo día la sucursal se da cuenta del error y le reclama a Patricia la cantidad que se ha ingresado de más al ser un dinero que no le correspondía.

Esta situación -indeseada a todas luces- puede provocar dos situaciones: o que se aclare de forma educada y constructiva el asunto, o que se lleve a cabo una conducta que puede ser constitutiva de delito.

Y en este caso, Patricia intentó aprovecharse de la situación y demandó a BBVA con el objetivo de apropiarse 54.000 euros sin darse cuenta de que quizá, la que estaba cometiendo un delito era ella.

El juez le dejó muy claro que el ingreso era un error y, por tanto, desestimó su petición. Pero la historia dio un giro de 360 grados porque el banco consideró que había que poner los puntos sobre las íes y decidió demandarla por un delito de estafa procesal. Esto significa utilizar torticeramente un documento o pruebas falsas para obtener una sentencia favorable a pesar de que se tiene conocimiento de que lo que se está haciendo no está bien.

Las mentiras tienen las patas muy cortas

Las mentiras tienen las patas muy cortas y hay un dicho que dice que «se pilla antes a un mentiroso que a un cojo», por lo que la justicia cazó a Patricia y la condenó por este delito que le supuso una pena de 8 meses de prisión y el pago de una multa de 1.500 euros.

Pero Patricia quería seguir batallando al considerar que la condena no era justa, por lo que acudió al Tribunal Supremo para lograr su absolución. Pero no tuvo suerte.

Esta sentencia, que es la 1319/2011 de 17 de noviembre ha sido analizada por el exmagistrado y abogado especialista en penal económico del despacho Kepler-Karst, Eduardo de Urbano, en su libro “Derecho penal económico: 101 casos resueltos por el Tribunal Supremo”. 

La condena de la «víctima» del error bancario se fundamentó en varias pruebas. Por ejemplo, no dio pie a aclarar las cosas con BBVA; los empleados se dieron cuenta ese mismo día del fatal error y que el estado de sus cuentas provocaba que con regularidad siempre ingresase un importe similar, 6.199 euros.

El Código Penal castiga estas situaciones

Para entender el motivo de la condena, hay que partir de la base de que en el Código Penal se hace referencia a los errores bancarios por los ingresos indebidos.

Pues bien, el artículo 254 castiga como una modalidad de apropiación indebida a aquellas personas que, habiendo recibido por error una cantidad de dinero, mientan y digan que no han percibido tal importe extra. O, también, que no quieran devolverlos siempre y cuando supere los 400 euros.

Y en este caso, que es un delito de estafa procesal, Patricia intentó engañar al juez con pruebas falsas con el objetivo de salir absuelta a pesar de que era consciente de la injusticia de la reclamación. Intentó hacerse la despistada.

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