Prisión para un sargento del Ejército de Tierra por una pelea que comenzó tras un «tu apellido no siempre te va a salvar»
El sargento ha sido condenado a 14 meses de cárcel por un delito consumado de insulto a un superior en la modalidad de maltrato de obra. Foto: Ministerio de Defensa

Prisión para un sargento del Ejército de Tierra por una pelea que comenzó tras un «tu apellido no siempre te va a salvar»

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28/6/2023 06:31
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Actualizado: 27/6/2023 22:05
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La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha confirmado la condena impuesta a un sargento 1º del Ejército del Tierra por agredir por la espalda a un teniente e intentar meterle los dedos en los ojos. Acabó en el hospital con contusiones y una brecha en la cabeza. 

Ha sido condenado a 14 meses de cárcel por un delito consumado de insulto a un superior en la modalidad de maltrato de obra, penado en el artículo 147 del Código Penal Militar (CPM) en relación con un delito de lesiones del artículo 147 del Código Penal. 

Además, también le condenaron como autor de un delito consumado de lesiones a pagar una multa de 180 euros y a indemnizar al compañero con 1.003 euros por los daños causados. 

Esta sentencia, que confirma la dictada por el Tribunal Militar Territorial Segundo, es la 53/2023 de 14 de junio y ha sido dictada por los magistrados José Alberto Fernández Rodera (ponente), Jacobo Barja de Quiroga López, (presidente), Clara Martínez de Careaga y García, Fernando Marín Castán y Ricardo Cuesta del Castillo.

Sala de lo Militar del Tribunal Supremo. Carlos Berbell/Confilegal.

Ocurrió en un acto de despedida de mandos

Según los hechos probados de la sentencia de instancia, el 29 de diciembre de 2020, tanto el teniente como el sargento acudieron de paisano a la caseta de la playa del Tercio Gran Capitán de la legión de Melilla a un acto de despedida de algunos mandos.

Durante el transcurso de la tarde, el sargento 1º se puso a hablar con un comandante y, en el transcurso de la misma, el teniente la interrumpió al considerar que al tener un puesto diferente, no podían hablar. Las formas no gustaron al sargento 1º.

El tenso ambiente no terminó. El teniente decidió marcharse a casa sobre las 22:00 horas aunque no sin antes decirle en voz alta al sargento la frase que desencadenó todo: “tu apellido no siempre te va a salvar”.

Tras escuchar esas palabras, el sargento 1º le atacó por la espalda, le dio un golpe con la mano en la cara a la altura de la mandíbula, le rodeó el cuello con sus brazo a la vez que con la otra mano le daba puñetazos y le intentó meterle los dedos en el ojo llegándole a ocasionar distintos arañazos en la cara.

El forcejeo provocó que ambos cayeran al suelo y que el teniente se golpease la cara y se hiciese una brecha.

Alarmados por la sangre, varios compañeros levantaron al teniente del suelo y le acompañaron al baño para que pudiese limpiarse la herida. En esos instantes, el acusado abandonó el local y se marchó a casa.

El teniente tuvo que acudir a urgencias

El teniente tuvo que acudir al servicio de urgencias del Hospital Comarcal de Melilla donde estuvo casi 8 horas en observación. El informe médico relató policontusiones y erosión frontal por agresión. 

El sargento decidió recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo para buscar su absolución basándose en que se había vulnerado su presunción de inocencia y que se le había impedido tener un proceso con todas las garantías.

Respecto al primer alegato, el derecho a la presunción de inocencia, los magistrados han destacado que el tribunal de instancia tomó tal decisión valorando las pruebas aportadas en el juicio y las declaraciones de la víctima.

Además apuntaron que su declaración, la del sargento 1º, ofrecía una versión inverosímil y poco creíble. Pues, según declaró en el juicio, se abalanzó sobre él, tropezaron y cayeron al suelo.

Sin embargo, los magistrados de la Sala resaltaron que, por el contrario, la víctima declaró de manera persistente desde el comienzo de la instrucción, sin contradicciones y siempre tuvo la misma versión a lo largo de todo el procedimiento, algo que le dotó de “absoluta credibilidad y verosimilitud”, explican en la sentencia.

Además, esta versión fue corroborada por la perito, la médico de urgencias que le atendió y que dijo que las heridas eran compatibles con una agresión y por una caída en el suelo. En definitiva, para los magistrados del Alto Tribunal, no había ninguna duda de cómo ocurrieron los hechos.

El segundo alegato, que hace referencia a una posible indefensión ligada al derecho constitucional a un proceso con todas las garantías, tampoco convenció a la Sala porque el sargento 1º siempre tuvo conocimiento de todo el proceso y se produjeron diversas declaraciones. 

Por lo que han desestimado el recurso y han confirmado la condena impuesta.

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