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Catilina y Puigdemont, una historia que se puede repetir… al revés

Catilina y Puigdemont, una historia que se puede repetir… al revés
Javier Nistal Burón hace un paralelismo histórico entre el romano Lucio Sergio Catilina y el catalán Carles Puigdemont que, 2000 años después, puede tener un desenlace opuesto, para mal.
24/9/2023 06:31
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Actualizado: 25/9/2023 11:51
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Carles Puigdemont i Casamajó es un político español, actual diputado del Parlamento Europeo y expresidente de la Generalitat de Cataluña, que en el año 2017, declaró de forma ilegal la independencia de una parte del territorio español, como es la Comunidad Autónoma Catalana, siendo procesado por varios delitos de los que no ha respondido aun ante la justicia por hallarse fugado del territorio español.

Por su parte, Lucio Sergio Catilina fue un destacado político romano que ha pasado a la historia por ser el protagonista de una conjura encabezada por él para dar un golpe de Estado con la intención de tomar el poder en la República Romana en el año 63 antes de Cristo. 

Catilina, que se había postulado varias veces, sin éxito, por el consulado, buscó la posibilidad de obtenerlo a través de medios ilegítimos, como la conjuración y la revolución.

Sin embargo, Catilina se encontró en su deriva golpista con un notable político de aquella época, como fue Marco Tulio Cicerón, cónsul de Roma, hombre de letras y filósofo, a quien se considera como uno de los más grandes retóricos, que al tener conocimiento de esta conjura, denunció a Catilina ante el Senado romano en sus famosos cuatro discursos, conocidos como las “Catilinarias” pronunciados entre noviembre y diciembre de ese año 63 antes de Cristo.

De la primera “Catilinaria” es una de sus más famosas frases, que ha pasado a la historia: «¿Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?». ¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia, Catilina?

Este interrogante que planteó Cicerón en sus discursos contra Catilina se podría trasladar, en estos momentos, a Carles Puigdemont ¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia, Puigdemont?

En el caso de Catilina el interrogante planteado por Cicerón tuvo una pronta respuesta, pues descubierta la conjura fue reprimida y los conspiradores fueron juzgados y condenados.

En el caso de Puigdemont la respuesta a este mismo interrogante va a ser muy diferente a la que obtuvo Catilina, pues además de que Carles Puigdemont no va a responder ante la justicia por los delitos cometidos, tal y como lo hicieron sus compañeros, se van a atender, puntualmente, todas y cada una de sus demandas políticas, premiando así su rebelión, algo difícilmente entendible en un Estado de derecho del siglo XXI.

La rebelión de Puigdemont al haber declarado ilegalmente la independencia de Cataluña hubiera tenido una respuesta más ajustada a derecho en la República Romana de hace más de 2.000 años, que la que va a tener en la España del año 2023.

Parece evidente que la política, que se practicaba en el Senado romano en el año 63 antes de Cristo, era más coherente con los valores de la legalidad y de la justicia, que la política que actualmente se practica en España, lo que demuestra que la condición humana, en lo que a la política se refiere, no solo no ha mejorado con el paso de los siglos, sino que ha empeorado.

A nuestros políticos actuales no les vendría nada mal copiar algo de los senadores romanos y demostrar que han sido elegidos para cumplir con la legalidad y no para violentarla por espurios intereses partidistas.

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