El Habeas Corpus no es lo mismo que el Corpus Christi, aunque algunos delincuentes los confundan

El Habeas Corpus no es lo mismo que el Corpus Christi, aunque algunos delincuentes los confundan

En ocasiones, cuando se encuentran abogados penalistas, se suele comentar el gran conocimiento que algunos delincuentes tienen del derecho penal práctico.

Una opinión que suscriben bastantes policías y guardias civiles.

Por ejemplo, cuando ha llegado el caso, cuando algunos de estos delincuentes creen que han sido detenidos erróneamente, que en esa ocasión son inocentes, no dudan en exigir a los responsables de su confinamiento un “corpus christi”. 

QUÉ ES Y CUANDO SE APLICA EL HABEAS CORPUS

No se trata de nada religioso. El «corpus christi» al que se refieren no es la fiesta católica que celebra la Eucaristía sino al recurso de “habeas corpus”.

Es una figura jurídica que está regulada en el artículo 17.4 de la Constitución y desarrollada en la Ley Orgánica 6/1984 reguladora del procedimiento de Habeas Corpus que nos protege a todos los ciudadanos de los arrestos y detenciones arbitrarias.

El Tribunal Constitucional, en su sentencia 13/2017, de 30 de enero, explica muy bien cómo opera. 

Para ser más precisos: es el derecho que tenemos todos los ciudadanos, cuando hemos sido detenidos o estamos presos, a comparecer de una forma inmediata y pública ante un juez o tribunal para que, tras escuchar nuestro testimonio, resuelva si nuestro arresto fue o no legal y si debe alzarse o mantenerse.

En España, el plazo de detención preventiva es de un máximo de 72 horas.

CÓMO FUNCIONA EL HABEAS CORPUS

La citada Ley Orgánica sobre Regulación del procedimiento de Habeas Corpus lo explica de una forma muy clara.

El Habeas Corpus es un escrito dirigido al juez de guardia que redacta –y puede hacerlo a mano-, pidiendo amparo, aquella persona que sienta que ha sido detenida errónea o ilegalmente.

En el documento de habeas corpus debe constar el nombre y los dos apellidos, las circunstancias personales, el lugar donde se halla privado de libertad, la autoridad que lo custodia y todos aquellos datos que considere relevantes.

Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tienen la obligación de hacer llegar dicho escrito de habeas corpus al juez de una forma inmediata.

La autoridad judicial, a su vez, ordenará a los agentes que lleven a su presencia al solicitante para decidir si la detención ha sido realizada de forma correcta.

Si el juez determina que la detención no cumple los requisitos establecidos, ordenará la puesta en libertad del detenido.

Si no es así, este volvería al punto de detención, o a otro establecimiento policial diferente, si el magistrado lo considerara apropiado.

Sin embargo, el Habeas Corpus no solo sirve solo para solicitar ser puesto en libertad ante una detención arbitraria. El abogado Marcos Molinero lo invocó para poder llevar comida a sus clientes al cuartel de la Guardia Civil de Majadahonda, donde estaban detenidos sus clientes, porque los alimentos que allí estaban recibiendo no eran suficientes.

ORIGEN DEL HABEAS CORPUS

El Habeas Corpus procede del latín y quiere decir ¨que tengas el cuerpo¨.

Data de la época más remota del Imperio Romano, aunque su origen más moderno se halla en la Carta Magna británica de 1215.

En el derecho histórico español aparece con otro nombre, en 1428, en el Fuero del Reino de Aragón.

Se le denominaba recurso de manifestación de personas.

Con un nombre u otro, esta institución estaba concebida como una forma de evitar agravios e injusticias cometidas por los señores feudales contra sus súbditos o personas de clase social inferior.

Durante la Revolución inglesa la burguesía consiguió satisfacer sus exigencias de tener alguna clase de seguridad contra los abusos de la corona y limitó el poder de los reyes sobre sus súbditos.

Habiendo proclamado la Ley de Habeas Corpus en 1679, en 1689 el Parlamento impuso a Guillermo III de Inglaterra en la «Bill of Rights» (Carta de Derechos) una serie de principios sobre los cuales los monarcas no podían legislar o decidir.

En nuestro tiempo los señores feudales han desaparecido, pero lamentablemente todavía existen arbitrariedades y agravios.

Para eso está el Habeas Corpus. Para protegernos de ellos.

Y si, llegado el caso, nos olvidamos de su nombre específico, como último recurso podremos invocar el de «Corpus Christi», que ya se ha demostrado que funciona.

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