Mérito, capacidad y antigüedad tienen nombre de mujer: María Asunción Salvo Tambo
María Asunción Salvo Tambo, 7.500 sentencias, 34 años, 11 meses y 15 días en la carrera judicial y número 2 de los especialistas de lo Contencioso, aspira a la vacante dejada por Pedro Yagüe en la Sala Tercera del Supremo. En la foto lleva la Cruz de San Raimundo de Peñafort, que le fue concedida por ser número 1 de su promoción.

Mérito, capacidad y antigüedad tienen nombre de mujer: María Asunción Salvo Tambo

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14/1/2018 06:15
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Actualizado: 14/1/2018 09:38
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Con toda probabilidad la candidatura de la magistrada María Asunción Salvo Tambo, de 62 años, no será tenida en cuenta por la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cuando mañana haga la selección de la terna de aspirantes para la vacante de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.

Con una seguridad del 99 por ciento, porque ya hay un “candidato oficial”, según fuentes consultadas por Confilegal.

Y eso que Salvo Tambo lo tiene todo: mérito, capacidad y antigüedad.

No se le supone, como rezaba en las antiguas cartillas de la mili al licenciar a cada soldado.

En ella está probado.

Con creces.

El puesto al que aspira, y que no obtendrá, es la vacante de magistrado especialista dejada por Pedro Yagüe al cumplir 72 años, la edad de la jubilación.

7.500 SENTENCIAS

Y eso que la magistrada Salvo Tambo cumple todas y cada una de las condiciones de la base quinta de la convocatoria.

“Para la provisión de la plaza anunciada serán objeto de valoración preferente los méritos reveladores del grado de excelencia alcanzado en el estricto ejercicio de la función jurisdiccional”, dice el primer párrafo de la base quinta de la convocatoria realizada por acuerdo de la Comisión Permanente del CGPJ.

Salvo Tambo es, en la actualidad, presidenta de la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional; antes presidió la Segunda y la Sexta.

Como ponente ha elaborado 7.500 sentencias y ha formado parte de tribunales que han dictado más de 20.000 sentencias.

El segundo párrafo de la base quinta dice: “Asimismo serán objeto de ponderación el tiempo de servicio activo en la Carrera Judicial, el tiempo de ejercicio en órgano correspondientes al orden jurisdiccional contencioso-administrativo y el tiempo de servicio en órganos judiciales colegiados”.

Su antigüedad en la carrera judicial, el tiempo de servicio activo, es de 34 años, 11 meses y 15 días, de forma ininterrumpida.

Y el de ejercicio en órganos de lo contencioso-administrativo, de 30 años y 7 meses, todos ellos cumplidos en la mencionada Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.

Jamás ha sido letrada del Constitucional, del Supremo o del Ministerio de Justicia, ni ha solicitado servicios especiales para nada.

Es una “juez-juez”.

Número 287 del escalafón judicial.

NÚMERO 1 DE SU PROMOCIÓN Y PRIMERA MUJER EN LA AN

Salvo Tambo es, además, triple número 1: Número uno de su promoción de la carrera judicial (la de 1983) en la que hay juristas como tan conocidos como Julián Sánchez Melgar, fiscal general del Estado y magistrado de la Sala de lo Penal en servicios especiales, o Joaquín Huelin y José Luis Requero, magistrados de lo Contencioso-Administrativo del Supremo, lo mismo que Clara Martínez de Careaga, esta destinada en la Sala de lo Militar y vocal del CGPJ, o Concepción Espejel, presidenta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

También fue la primera mujer que superó la oposición restringida de magistrados especialistas de lo contencioso-administrativo; es la número 2 en la «Relación de magistrados especialistas del orden contencioso-administrativo».

Y primera mujer que accedió a la Audiencia Nacional en su historia.

En su expediente académico constan 14 matrículas de honor (entre ellas en Derecho Administrativo, Financiero y Tributario) y 9 sobresalientes, la misma nota que consiguió en su licenciatura.

Salvo Tambo ha sido, además, profesora universitaria, tutora de tres promociones, en la fase de prácticas, de magistrados especialistas, autora de una nutrida producción científica jurídica y ponente en una larga lista de Conferencias.

Un “coquito”, que se dice en el lenguaje de la calle.

UN TRIBUNAL SUPREMO COPADO POR HOMBRES

Actualmente, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, a la que aspira Salvo Tambo, está compuesta por 35 magistrados, de los que solo 4 son mujeres: Celsa Pico, Pilar Teso, Inés Huerta e Isabel Perelló.

Un 11,4 por ciento del total.

A día de hoy, de los 77 magistrados conforman el Tribunal Supremo sólo 11 son mujeres; un 14,2 por ciento: María Ángeles Parra, en la Sala de lo Civil; Ana Ferrer, en la Sala de lo Penal; las cuatro mencionadas en la Sala de lo Contencioso-Administrativo; María Luisa Segoviano, Lourdes Arastey, Milagros Calvo y Rosa María Virolés, en la Cuarta; y Clara Martínez de Careaga (también vocal del CGPJ), en la Sala de lo Militar.

El Alto Tribunal no refleja, ni de lejos, la presencia de las mujeres en la carrera judicial, donde son ya mayoría: un 56 por ciento.

Tampoco en su Sala de Gobierno, compuesta por 12 magistrados –presidente, vicepresidente, los 5 presidentes de Sala y 5 miembros electos-; todos hombres.

El pasado miércoles, los portavoces socialistas en el Senado en Justicia e Igualdad, Tontxu Rodríguez Esquerdo y Laura Berja, respectivamente, denunciaron “la escasa presencia de las mujeres” en los puestos importantes dentro del ámbito de la Justicia, y en especial en el Tribunal Supremo.

Y pideron que se pongan en marcha medidas para “derribar las barreras” para su promoción en la carrera judicial.

Imagen del Rey con los miembros de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, todo hombres, en la Apertura de Tribunales de 2016. Yolanda Rodríguez.

EL INFORME GRECO

Uno de los talones de Aquiles que frenan la igualdad en este campo es la ausencia de una ley que establezca con claridad las condiciones de mérito y capacidad, tal como recordaba recientemente en su último informe sobre España el Grupo Europeo de Lucha contra la Corrupción (GRECO).

La ausencia de esa ley favorece el favoritismo en los nombramientos, como bien le recordó la vicepresidenta de la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial, Elisa de la Nuez, al propio presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, en la reunión que mantuvo la máxima autoridad de la justicia con esta asociación.

MARÍA ASUNCIÓN SALVO TAMBO NO ES LA ÚNICA CANDIDATA

La magistrada Salvo Tambo no es la única candidata a la vacante de Yagüe. También optan 3 compañeras más, todas ellas de la Sala de lo Contencioso-Administrativo: Ana Isabel Martín Valero, de 50 años, Concepción Montero Elena, de 55 años, y María Alicia Sánchez Cordero, de 56 años.

El número de aspirantes masculinos se eleva a 16, entre los que se encuentra Fernando Román, el que se dice “favorito” del presidente, Carlos Lesmes, amigo suyo, públicamente reconocido.

En un intento anterior, en 2016, Lesmes se abstuvo en la votación; se supone que, en esta ocasión, hará lo mismo.

La candidata lo tiene todo.

Este es uno de esos casos cruciales, vitales, en los que se tiene que probar aquello que se pregona, como un mantra, desde los órganos decisorios: que los elegidos por el Pleno del CGPJ, que será quien decidirá en último término, son siempre los mejores, en mérito, capacidad y antigüedad.

Como se dice: una prueba del algodón, que también tendá que repetirse en las vacantes a la Sala de lo Penal y a la Sala de lo Social. 

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