Francisco González, expresidente de BBVA, testifica hoy en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia
González ha dejado temporalmente la presidencia de honor de BBVA por el 'caso Villarejo'. Foto: EP

Francisco González, expresidente de BBVA, testifica hoy en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia

Rato lo acusa de haber forzado su salida del banco junto al exministro Luis de Guindos
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03/4/2019 09:43
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Actualizado: 10/7/2019 14:09
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El expresidente de BBVA Francisco González declara hoy como testigo en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia que se celebra en la Audiencia Nacional, en la sede de San Fernando de Henares (Madrid).

Francisco González dejó a mediados de marzo la presidencia de honor de BBVA y la Fundación temporalmente tras verse involucrado en una presunta trama de espionaje a políticos, empresarios y periodistas para supuestamente evitar el intento de Sacyr de controlar la entidad en 2004, y para ello, el banquero habría empleado los servicios del excomisario José Manuel Villarejo, en prisión provisional desde noviembre de 2017 por el ‘caso Tándem’.

La comparecencia de Francisco González es una de las más esperadas de entre los testigos, ya que fue acusado en varias ocasiones por el expresidente de Bankia Rodrigo Rato de haber forzado su salida del banco junto al exministro de Economía Luis de Guindos.

Rato, que se encuentra en la prisión de Soto del Real cumpliendo condena de 4 años y medio por las ‘tarjetas black’, situó  González en el centro de una «conspiración» orquestada por el Gobierno para forzar su dimisión como presidente de Bankia.

«El presidente de BBVA fue el primero en pedir que dimitiera y Guindos ratificó que tenía la misma opinión», manifestó Rato ante el tribunal.

Durante el interrogatorio del fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, Rodrigo Rato señaló directamente a González como el más interesado en que dejara la presidencia de Bankia.

Según Rato, González fue el primero que le pidió que dimitiera, al considerar que no era buena la idea de que un antiguo miembro del gobierno del PP siguiera al frente de un banco que debía ser rescatado.

En 2013, en la instrucción, Francisco González declaró como testigo a petición de UPyD. Entonces reveló que las cuentas de Bankia, entidad a la que calificó como «el elefante en la habitación», no le resultaban creíbles, y que para atajar la desconfianza había que actuar con rapidez.

Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, el día que se sacó a bolsa la institución, el 20 de julio de 2011. Foto: EP

Rato se enfrenta a peticiones de hasta 12 años y medio de cárcel por este caso. El tribunal juzga a 31 de exdirectivos de la entidad por presuntas irregularidades en la salida a bolsa de la entidad. También se sientan en el banquillo de los acusados el auditor de Deloitte Francisco Celma,  la propia consultora, Bankia y la matriz de ésta, Banco Financiero y de Ahorros (BFA), como personas jurídicas.

Catorce de los acusados ya han sido condenados por las ‘tarjetas black’ de Caja Madrid.

LA VERSIÓN DE LUIS DE GUINDOS

El exministro de Economía Luis de Guindos, que declaró el pasado día 26 de marzo en el juicio, y negó cualquier tipo de injerencia del Gobierno en la gestión de la entidad, incluida la dimisión de Rato.

Relató que en los días previos a la salida de Rato de Bankia se celebraron una serie de reuniones. Contó que el 4 de mayo de 2012 citó a Emilio Botín, de Santander; Francisco González, de BBVA; Isidro Fainé, de Caixa, y Rodrigo Rato, de Bankia para exponerles el nuevo real decreto por el que pediría más provisiones a los bancos.

Rato pidió entonces una nueva reunión para explicar el plan de recapitalización que había preparado para Bankia, que De Guindos no tuvo tiempo de analizar, pero hacia el que González y Botín mostraron su «desconfianza».

De este modo, el actual vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) negó que pidiese la salida de Rato en dicha reunión y que se analizara en profundidad el plan de recapitalización presentado, porque al día siguiente, el 7 de mayo, el entonces presidente de Bankia presentó su dimisión, y un día después le llamó para comunicarle su intención de no hacer efectiva la misma hasta la próxima junta de accionistas.

«El 8 de mayo Rato me llamó y me dijo que estaba pensando en no hacer el cambio directamente, sino esperar a la junta de Bankia y nombrar a Goirigolzarri consejero delegado. Yo le dije que en absoluto, que convocara al consejo de administración y dimitiera inmediatamente», señaló De Guindos.

Aunque el exministro se había reunido con Rato en tres ocasiones en abril de 2012 debido al entorno de «enorme incertidumbre y alarma sobre la situación del sistema bancario español», dijo que este nunca le trasladó en esos encuentros su intención de dimitir o de ceder poder a un consejero delegado.

‘CASO VILLAREJO’

Francisco González abandonó la presidencia del grupo BBVA el pasado 31 de diciembre, tras cumplir 75 años. Fue sustituido por el hasta entonces consejero delegado, Carlos Torres, a quien sucedió el turco Onur Genç.

Pocos días después de dejar su cargo, los días 28 y 31 de diciembre, compró un millón de acciones por un importe de alrededor de 4,64 millones de euros. Cuenta con un total de 5,46 millones de acciones.

El pasado 14 de marzo anunció su renuncia temporal como presidente de honor de BBVA y de la Fundación, hasta que concluyan las investigaciones en curso por el ‘caso Villarejo’, pues quiere evitar que se utilice su persona para dañar la imagen del banco.

El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, le agradeció este gesto e informó que PwC le ha trasladado que se requerirán «varios meses» más de trabajo en la investigación externa que realiza junto a Garrigues y Uría Menéndez por este caso.

Actualmente, la investigación está liderada por los despachos Garrigues, Uría Menéndez y la consultora PwC, «todo ello con el impulso del consejo de administración», según dijo Torres.

Explicó que a raíz de las noticias aparecidas en medios decidieron poner en marcha una investigación interna que consistía en la revisión de contratos, facturas, servicios prestados, procedimientos de contratos seguidos, «con la complejidad» que tiene trabajar con información relativa a un periodo de tiempo tan largo. Las supuestas actividades ilícitas se iniciaron en 2004 y se prolongaron hasta 2017.

Fue a partir del 9 de enero, fecha en que comenzaron a aparecer informaciones que apuntaban al seguimiento e intervención de comunicaciones privadas, cuando BBVA decidió cambiar su estrategia. «Esa fecha marcó un punto de inflexión», informó Torres.

También recordó que envió una carta a los empleados de la entidad tras la aparición de las primeras noticias, que de ser ciertas, «se trataría de conductas indudablemente muy graves, deplorables y contrarias a los valores de BBVA».

La entidad también está analizando los posibles efectos que las informaciones pudieran tener en la actividad del grupo y en el mercado. Según aseguró Torres, a día de hoy BBVA no ha encontrado impactos relevantes en su negocio o en la cotización ocasionados por la investigación.

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